Por Elisa Corzo | Cada Gobierno le pone su sello al uso de los servicios de inteligencia y en el mes de julio el de Javier Milei avanzó con una catarata de medidas para definir, al menos en los papeles, el rol del área. Con los decretos 614 y 615, disolvió la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y selló el regreso de la Secretaría de Inteligencia del Estado, la SIDE.
Marcelo Saín es investigador del Instituto Latinoamericano de Seguridad y Democracia (ILSED), con una vasta trayectoria en la gestión pública: participó del diseño de la AFI, estuvo al frente de la Escuela Nacional de Inteligencia, dirigió la Policía de Seguridad Aeroportuaria y fue ministro de Seguridad en Santa Fe. Para él, la recuperación del nombre e incluso de algunos miembros de la vieja y oscura Secretaría menemista, como el “Tata” Yofre o Alejandro Colombo, o incluso de gente cercana a Jaime Stiuso, no implican la vuelta al ruedo de aquella estructura. Los que podrían revivirla, dice, “están muertos, decrépitos o fuera de juego”.
No obstante, sí pone el ojo en el manejo de las redes y en prácticas como el doxeo como algo “estratégico” para esta gestión, y en el otro decreto, el 656/2024, mediante el cual el Gobierno le asignó a la SIDE $100 mil millones extra. Mientras diputados y senadores opositores intentan hacerlo llegar al recinto y darlo de baja, la Secretaría ya se gastó el 80% del total. Un monto que, para Saín, no hay forma de gastar ni en uno, ni en dos, ni en tres años, al menos no para los fines previstos.
En esta entrevista con Canal Abierto también explica cuál debería ser la función de la Inteligencia en un país como el nuestro y habla del intento de asesinato a Cristina Fernández de Kirchner, al que define como “un complot político”.
“Un Gobierno de incompetentes”
¿Creés que hay una ruptura o una continuidad en la estrategia del gobierno de Milei respecto al uso de los servicios de inteligencia?
-No sé si hay si hay una ruptura o una continuidad, pero sí tengo claro que en el fondo lo que enmascaró esta reforma es una brutal asignación de fondos para objetivos que son ajenos a la producción de Inteligencia. Esos 100.000 millones de pesos son imposibles de ser gastados en un período de uno, dos, o tres años, principalmente, por la estructura actual de lo que era la AFI, ahora Secretaría de Inteligencia de Estado. Es imposible. No hay operación, no hay complejidad, no hay ningún tipo de objetivo que amerite gastar esa cantidad de dinero, ni siquiera a través de la adquisición de aparatos de última tecnología. Con lo cual, me queda claro que han utilizado a la SIDE para hacer uso de ese conjunto de fondos para, imagino, comprar empresas o financiar la construcción de su partido político a nivel nacional.
¿Qué tipo de empresas?
-Da la impresión de que se trataría de empresas vinculadas a la administración o gestión de redes sociales, y también, a la compra de opositores. O sea, un uso político, ilegal, porque ahí no habría solamente un desvío de fondos del Estado para tareas ajenas, sino además, una malversación de fondos, porque esos fondos están para producir Inteligencia. Y la Inteligencia está para producir conocimiento, sea en un plano estratégico o en un plano más táctico, a los efectos de identificar riesgos, amenazas o situaciones que permitan formular políticas y estrategias en materia de Defensa Nacional, por un lado, y en materia de Seguridad Interior, por el otro. Ese es el cometido de la Inteligencia, no hay ningún otro objetivo conforme a la legislación vigente, que ellos no cuestionaron en esta reforma que han propuesto. Porque la reforma es exclusivamente organizacional.
¿Qué significa entonces el regreso de la SIDE? ¿Es un impacto meramente simbólico?
-Ellos tienen una enorme incapacidad de gestión para conformar organismos nuevos, de la envergadura de lo que está anunciado. Me da la impresión de que no cuentan con los cuadros de gestión capacitados para eso. Ni siquiera recibiendo todo el apoyo de Estados Unidos o de Israel, que son los dos grandes referentes en esta materia del Gobierno de Milei. Es un Gobierno de incompetentes en todas estas materias, un Gobierno que vive del montaje de operaciones mediáticas y de redes sociales, pero no de la gestión político institucional. Y esto requiere de mucha gestión.
Además, te agrego un elemento fundamental: la AFI es una estructura muy incompetente, muy deficiente para producir lo que la ley establece que debe producir, desde antes de la llegada de Milei, y eso no cambió. Entonces, ese temor que tienen sectores de la oposición de que a través de estas reformas hay una suerte de retorno de la vieja SIDE, por esta última razón, definitivamente no es así, es imposible. Porque las personas que necesitas para reproducir, emular o revivir aquella vieja SIDE del 83 en adelante, de los 90, o están muertas, o están viejas y decrépitas, o están fuera de juego.
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Con lo cual, los actuales integrantes con algún rango directivo de lo que era la AFI son personas extremadamente incompetentes. Lo hemos visto en todo lo que fue la red de espionaje que montó el macrismo con la red Mario Bros, que de hecho tuvieron que llevar un montón de policías de la Policía Metropolitana y gente de afuera para poder armar esa red de espionaje político. Por eso, yo no vislumbró la vuelta de la vieja SIDE de los ’90. Lo que sí, tienen dinero para tercerizar con estructuras de inteligencia que están fuera del aparato estatal y que eventualmente pueden prestarle algún tipo de servicio.
¿Las empresas que nombrabas?
-Hay muchas empresas. La mayoría legales, que se dedican a hacer inteligencia comercial o económica. Me imagino que la mayoría de ellas tienen un nicho de negocio muy rentable en materia de Inteligencia e Investigación Económica y no pondrían un pie en lo otro. Pero hay algún equipo de inteligencia que funcionó en el pasado que está ahí dando vueltas, aunque están un poquito más viejitos y oxidados. Muchos se han blanqueado a través de empresas que han formado con el dinero que han transferido desde la SIDE en su momento, que pueden estar disponibles. Me refiero al grupo Stiusio, hoy reconvertido y rodeado de un montón de cuadros políticos que fueron altos funcionarios del kirchnerismo.
En este marco, ¿los ataques coordinados en redes y el doxeo en el manejo de la inteligencia ocupan un lugar importante?
-Es estratégico, no importante, estratégico. Ellos han montado la campaña electoral en torno de estos instrumentos. Ahora, desde la Sociología te digo que ellos no han llegado a la presidencia por estos instrumentos, han llegado a la presidencia por una brutal crisis de representación del sistema político tradicional. Tampoco la bonanza del manejo de las redes, algo que hacen de manera magistral, va a impedir que se caigan si mañana se tienen que caer por razones absolutamente ajenas a esto. Es un instrumento pero no es un factor determinante.
Ellos le dan una centralidad importante y hay una porción de la de la población que se comunica, se informa y construye sentido políticamente a través de las redes, y no a través del periódico, ni de las redes de noticias ni de los medios tradicionales. Y yo creo que el problema que tiene el peronismo, entre otras cosas, es el desmanejo que tiene de estas cosas. Porque una cosa no quita la otra: puedo tener una unidad básica, puedo tener un sindicato, puedo tener una articulación territorial de la política tradicional y también puedo tener una empresa que maneja redes.
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¿Cuál es el episodio o los episodios que mejor reflejan el accionar de servicios en lo que va del Gobierno?
-La visión que tengo hoy es externa, porque ya no estoy en la función pública. Pero lo que te puedo decir es que la Inteligencia es un campo que, si no sos una potencia ni media ni de escala mundial, tiene que estar estrictamente subsumida a la producción de conocimientos que son fundamentales para la formulación de políticas. Punto.
Para mí sería clave que las SIDE, pero particularmente la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal, produzca un conocimiento muy fino de lo que es el narcotráfico en Rosario, y de cómo se estructura ese mercado a través de un flujo de dinero que va directamente, sin pasar por la policía -único caso- a las financieras y de ahí a financiar al gobierno santafesino y a la política santafesina. Eso el presidente lo tiene que saber, los decisores gubernamentales tienen que tener un diagnóstico de esto. Que te aclaro, no es hacer espionaje en las calles; esto lo descubrís contratando un buen equipo de académicos, tercerizados, como hacía la CIA en su momento, para que te haga un buen panorama de estas cosas, con información pública, con las causas judiciales. Esto es hacer inteligencia.
¿Este tipo de trabajo se hizo en la gestión anterior?
-No, el gobierno de Alberto Fernández no hizo absolutamente nada, si al frente de la AFI estuvo una persona cuya única preocupación era tratar de establecer criterios de gestión que no vulneren derechos, pero eso no tiene nada que ver con la producción de Inteligencia. De hecho, desarticularon un área que nosotros habíamos creado, que está en el decreto 1311/2015 (Nueva Doctrina de Inteligencia Nacional), destinada a prevenir atentados contra el orden constitucional. Eso fue derogado con la idea de que ahí se hacía inteligencia política, y ahí se tendría que haber hecho inteligencia sobre “Los Copitos”. Todos los servicios de inteligencia democráticos del mundo tienen áreas que investigan esas cosas.
Intentaron asesinar a la Presidenta en el marco de un complot político, en el que se tercerizó el atentado a través de unos cachivaches, pero fue una gran operación política de inteligencia. Porque había dos maneras de matar a Cristina: de esta manera o con un sniper desde un edificio de enfrente, que era más seguro pero dejaba en evidencia que se trataba de un atentado político. En cambio, de esta manera, con la colaboración del partido judicial, lo que han logrado es un firewall de decir que fueron cuatro marginales que se juntaron en el Gran Buenos Aires y dijeron “vamos a matar a la vicepresidenta”. No te lo cree nadie.
Volviendo a Milei y los fondos reservados, ¿hay posibilidades de establecer mecanismos control?
-Si, en el decreto 1311/2015 estaba muy claro que todo el presupuesto de la AFI es público, y que excepcionalmente es reservado aquel presupuesto destinado a financiar operaciones en donde la publicidad de ese gasto ventilaría la operación. Pero, ¿por qué razón tendría que ser secreto el presupuesto destinado a salarios? Por ninguna razón. Lo mismo que la adquisición de infraestructura básica o a los gastos corrientes del organismo.
Se puede hacer una analogía con las policías, que también manejan fondos reservados para hacer investigaciones, pero donde el presupuesto integral es público. En Santa Fe, a mí me acusan de malversar fondos y de peculado porque yo financiaba las grandes investigaciones, que a ellos los comprometían, con fondos reservados, pero el resto del presupuesto era público. Es más, gran parte de los detectives investigadores que aplicaban o usaban esos fondos reservados tienen nombre, apellido y su salario es público.
¿La comisión bicameral no puede ejercer algún control?
-Depende quién la dirige y en qué contexto. Funcionó muy bien en el Gobierno anterior porque estaba dirigida por Leopoldo Moreau, hicieron un trabajo notorio. Si vos miras históricamente nunca se había trabajado tanto ni tan bien como en ese momento. Ahora, la comisión por sí misma no. Hoy la van a vaciar de contenido para que no haga control justamente de todo esto.
El tema de la SIDE parece bastante alejado de la cotidianeidad de la gente. ¿Por qué crees que es un tema al que hay que prestarle atención?
-Yo creo que hay que prestarle atención porque la están utilizando para financiar ilegalmente la política. Es lo que yo veo más gravoso, y quedó en evidencia. Fijate que te meten una reforma de la estructura orgánica y a la semana te aprueban $100.000 millones, en un país donde dicen que no hay plata y que no tienen plata para repartir comida para gente que se muere de hambre. Ahí está el tema.
Esa plata es para financiar la política, yo creo que es para financiar la estructura política de Milei a nivel nacional, para la adquisición de empresas dedicadas a este tipo de cuestiones y algunos otros negocios importantes. Vos pensá que la política necesita de mucho dinero hoy y todos aquellos que quieran tener proyección política tienen que abastecerse de empresas que les permitan financiarse, ya no hay más campañas electorales con pinturas en la calle de la militancia.