Redacción Canal Abierto | Finalmente, lo que se vaticinaba que podría ocurrirle a un Gobierno con muy poca presencia en las Cámaras, pasó. En 48 horas, la gestión libertaria sufrió tres derrotas al hilo propinadas por el Poder Legislativo que decidió dejar de darle la derecha, expresión nunca mejor usada.
En consonancia con el rechazo popular, la Cámara de Diputados rechazó este miércoles el DNU 656 con el que el Ejecutivo le otorgaba a la SIDE $ 100 mil millones para gastos reservados. Luego, el oficialismo perdió la presidencia de la Comisión Bicameral de Seguimiento de los Organismos de Inteligencia en manos del radical Martín Lousteau.
Ayer, el Senado sancionó de forma contundente la reforma de la movilidad jubilatoria con 61 votos a favor y solo ocho en contra (los ocho senadores de La Libertad Avanza). Situación que, bajo la mirada anarcocapitalista del presidente Javier Milei, es un atentado a su tan vitoreado déficit fiscal cero.
La nueva ley —que ya tenía media sanción de dos tercios en la Cámara Baja— aumenta las jubilaciones en un 8,1% para compensar pérdida en el poder adquisitivo producida por la brutal devaluación de enero, la actualización mensual por Índice de Precios al Consumidor (IPC), y suma un incremento adicional en marzo de cada año del 50% del índice de variación salarial. Pero el Presidente ya anticipó que la vetará.
“El veto va a ser completo, va a ser total”, dijo Milei esta mañana en una entrevista televisiva a LN+. Tampoco confirmó que se les pague a los jubilados el bono en septiembre.
El veto es una potestad del Ejecutivo contemplada en el artículo 83 de la Constitución Nacional, que también establece una posible revancha por parte del Parlamento. “Desechado en el todo o en parte un proyecto por el Poder Ejecutivo, vuelve con sus objeciones a la Cámara de su origen: ésta lo discute de nuevo, y si lo confirma por mayoría de dos tercios de votos, pasa otra vez a la Cámara de revisión. Si ambas Cámaras lo sancionan por igual mayoría, el proyecto es ley y pasa al Poder Ejecutivo para su promulgación”, asegura el texto.
Los votos de las Cámaras para insistir en la ley están, o al menos estuvieron para sancionarla en primer término. Vetarla le podría significar, entonces, obtener una nueva derrota y por el mismo tema, y pagar el costo político de oponerse a una ley que representa una mejora en las vapuleadas economías de los jubilados. Pero las rencillas de palacio que suscitaron estas derrotas parlamentarias del Gobierno también pueden haber dejado secuelas.
Rencillas palaciegas
Por un lado, la factura que La Libertad Avanza le hizo a la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien terminó por aceptar que se tratase el proyecto para mejorar lo que cobran los jubilados. Qué significará esto en una interna que arde a cielo abierto aún está por verse.
Por el otro, la otra interna caliente, la del PRO, donde subió un poco más la temperatura gracias a los tejes que significaron que el partido pretendidamente opositor que tiene representantes en el Gabinete votara en contra de los deseos oficialistas.
El escenario es confuso hasta para los propios. El expresidente Mauricio Macri empujó a sus senadores a acompañar el proyecto de movilidad jubilatoria, con los venia de los gobernadores, hartos de que Milei no les cumpliera las promesas de impulsar obra pública en sus respectivas provincias. Los trolls libertarios salieron a pegarle en masa y, en plena escalada, el líder el PRO se desdijo, lo que dejó en ridículo a todos.
“Por el bienestar de nuestros jubilados y los nietos de los jubilados, apoyo el veto del presidente Milei», afirmó Macri. El tuit había arrancado con un lapidario: “La mayoría de los senadores que ahora expresan su preocupación por los ingresos de los jubilados son los mismos que se opusieron con vehemencia al cierre y venta de empresas del Estado deficitarias y llenas de corrupción”.
El giro en el aire motivó una respuesta de su antigua aliada, líder de la facción del PRO que impulsa una fusión con La Libertad Avanza, y actual ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. “Uno está a favor o en contra del cambio. Está mal mandar a los senadores del PRO a votar a favor de un proyecto fiscalmente irresponsable y después públicamente salir a decir que estás en contra. Usan a los senadores como carne de cañón y atentan contra el plan económico del gobierno que dicen apoyar. Estás de un lado o del otro. Basta de especular”, le espetó.
Las especulaciones sobre los motivos que motivaron el cambio de opinión de Macri hablan de una reacción ante los ataques furibundos que recibió del mundo libertario que avivó la llama sobre la causa Correo Argentino, que desvela al exmandatario.
Otras, que tras una reunión en Olivos entre Macri y Milei donde comieron milanesas, arreglaron nuevos cargos para integrantes del PRO en el Gabinete, como Diego Santilli en Interior y Guillermo Dietrich, a cargo de concesionar la Hidrovía Paraná-Paraguay a una multinacional para la que el exmandatario hace lobby.