Redacción Canal Abierto | El Gobierno publicó este lunes el decreto que oficializa la baja del Impuesto PAIS (Para una Argentina Inclusiva y Solidaria), tasa que se aplica sobre la compra de moneda extranjera y tiene fuerte impacto sobre bienes importados y fletes desde el exterior.
Pasó del 17,5% al 7,5%, los mismos diez puntos porcentuales que el propio Luis “Toto” Caputo había aumentado en diciembre de 2023, apenas asumió la administración libertaria.
Por ahora, no aplicará a los servicios turísticos y otros consumos con tarjeta en el extranjero, así como tampoco sobre la compra de los US$ 200 ahorro permitidos oficialmente.
Si bien el equipo económico nacional espera que la medida tenga impacto en los precios, la mayoría de los especialistas relativizan su impacto: según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal, implicaría una baja de entre el 1,14% y el 3,4%.
Así, un producto que hoy cuesta mil pesos pasaría a valer 988,60 o a lo sumo 966. “Podría ayudar con la inflación, pero hay que decir que no va a ser inmediato, porque lo que importé en meses anteriores ya lo pagué anticipadamente, y ese costo ya está reflejado en las góndolas”, detalla Hernán Letcher, director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
“Eso sí, es una medida a costa de ingresos, y alguien lo va a tener que pagar”, advierte el economista.
Desde el punto de vista fiscal, si el Gobierno no modificara la alícuota y mantuviera el impuesto como está desde principios de año, la recaudación en 2024 hubiera alcanzado el 1,13% del PIB. Esto supera el superávit fiscal anualizado, que se basa en la ejecución presupuestaria de los primeros siete meses del año, y es del 0,9% del PIB.
Por lo tanto, la rebaja de la alícuota del impuesto del 17,5% al 7,5% implicaría una pérdida de ingresos por 0,13% a 0,18% del PIB en los últimos cuatro meses del año. Esta pérdida representa entre el 14% y el 20% del superávit fiscal anualizado.
Si se cumple con la no renovación de impuesto PAIS cuando venza, a fin de año, la pérdida en la recaudación proyectada para 2025 sería del orden de 0,76% del PBI.
Creado de emergencia a fines de 2019, el tributo ganó cada vez más peso en las cuentas públicas, tanto con esta administración como la precedente. Sobre todo, tras la autoinducida recesión de Milei y Caputo, como refleja el cuadro fiscal de julio con un desplome de todos los tributos salvo el Impuesto PAIS (+193,6%) y los Derechos de exportación (+148,1%).
Según la ley 27541, lo recaudado por el impuesto PAIS debía ir en un 70% al financiamiento de ANSES y el PAMI, y el restante 30% a vivienda social, infraestructura económica y fomento del turismo. Sobre este último ítem, es por todos conocida la política de estrangulamiento de la obra pública, cuyas consecuencias golpean con fuerza a las economías provinciales.
En cuanto al primero, basta recordar que Milei finalmente vetó el 7,2% de aumento a las jubilaciones que habían aprobado “los degenerados fiscales” del Congreso, privando así de alrededor de 16 mil pesos extra por mes a quienes ahora cobrarán $304.540 de mínima.