Redacción Canal Abierto | Trabajadores nucleados en ATE, UOCRA y Luz y Fuerza resisten la avanzada vaciadora del gobierno de Milei en materia de energía nuclear y que se vio materializada en los 230 despidos efectuados en la construcción del reactor CAREM. En el marco de los cortes que realizan en Zárate, definieron que marcharán mañana para acompañar a los jubilados ante la posibilidad de que la Cámara de Diputados avale el veto a la reforma por parte de Milei y para visibilizar su situación.
El CAREM es un prototipo de reactor pequeño, con capacidad de generar 32 megavatios, suficientes para abastecer a ciudades de hasta cien mil habitantes y es un desarrollo que se encuentra a la altura de otros similares elaborados por potencias nucleares como China, Rusia y EEUU.
En diálogo con Canal Abierto, el coordinador de la Mesa Nacional de ATE CNEA Daniel Sánchez explicó que, más allá de la paralización de la construcción de Carem, “estamos investigando en qué situación está el recipiente de presión que está construyendo IMPSA. También tenemos miedo porque quieren privatizar esa empresa y no sabemos qué destino va a tener el elemento más importante del reactor nuclear”.
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Sánchez también se refirió al vaciamiento que se produce en cuanto a las capacidades profesionales, más allá de los despidos. “Hay muchos compañeros y compañeras que están en el diseño y en la ingeniería del reactor que renunciaron por el congelamiento salarial y por culpa de la licuadora. No ven perspectiva de que se pueda avanzar rápidamente en este proyecto”, lamentó el referente gremial.
Y advirtió que “las consecuencias de no terminar esto es perder una oportunidad histórica. Nuestro pueblo viene invirtiendo mucho, muchas horas de trabajo y mucho dinero en esta obra con la expectativa de que sea el primer reactor nuclear de este tipo. Argentina puede ser el pionero en este tipo de reactores y poder tener un reactor para exportar pero también para poder comercializarlo y ponerlo en diferentes lugares del país para resolver consumos energéticos”.
Consultado por las motivaciones del Gobierno respecto de esta decisión que podría ser redituable en materia económica, Sánchez analizó que “esto para nosotros es una orden directa de Estados Unidos. Ya la generala Richardson había hecho un pedido para que este proyecto se pare, así que para nosotros que haya asumido este gobierno fascista, hambreador y amigo del imperialismo como Milei, es una debacle”.
“Esto que está sucediendo es algo que se veía que se iba a venir. Lo mismo con otras obras como el centro de protonterapia que es una obra que está haciendo la Comisión Nacional de Energía Atómica con la UBA, que está frenado”, concluyó Sánchez.