Redacción Canal Abierto | “El primer aniversario de esta Junta Militar ha motivado un balance de la acción de gobierno en documentos y discursos oficiales, donde lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades”. Estas líneas pertenecen a la célebre “Carta Abierta a la Junta Militar”, escrita por Rodolfo Walsh y dada a conocer al cumplirse un año del gobierno de facto, hecho que le significó una condena inmediata: un día más tarde fue secuestrado y desaparecido, tal como denunciaba que estaba ocurriendo.
Este martes 12 de noviembre, la Cámara de Diputados bonaerense dio media sanción al proyecto de ley que declara como Bien de Interés Histórico y Cultural y sujeta a expropiación a la última casa en la que vivió el escritor y militante en el barrio El Fortín de la localidad de San Vicente, con el objetivo de ser convertida en un Sitio de Memoria. La iniciativa presentada por la legisladora del Frente de Izquierda Laura Cano (PTS) obtuvo el apoyo de los bloques de Unión por la Patria, de la UCR + Cambio Federal, la abstención del PRO y la negativa de La Libertad Avanza.
Allí, Walsh escribió la Carta Abierta. Esa humilde casa fue apropiada por integrantes del grupo de tareas de la ESMA que durante la dictadura cívico militar, persiguió y asesinó al periodista, y permanece en manos de familiares del apropiador.
El proyecto, previamente presentado por el diputado Claudio Dellecarbonara (PTS-FITU) en 2021, incluye documentación que prueba que Walsh era el titular de la vivienda antes de ser atacada y saqueada por la patota de la dictadura y posteriormente usurpada.
“La recuperación de la última casa donde vivió Rodolfo Walsh habla de una reparación histórica para su memoria, para su familia y, también, para todos aquellos que durante estos años no bajamos las banderas de Memoria, Verdad y Justicia”, sostuvo en diálogo con Canal Abierto la legisladora provincial Laura Cano.
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“Además es un hecho de justicia por lo que significa, en este momento, frente a un gobierno nacional que reivindica discursos pro dictadura, que inclusive reivindica lo hecho por la Triple A -como lo vimos semanas atrás con las declaraciones y la foto de la vicepresidenta Victoria Villarruel junto a María Estela Martínez de Perón-, me parece que esta otra cara habla de que sí se puede. Cuando desde muchos espacios políticos nos dicen que hay que agachar la cabeza, que no se puede, que prima la desmoralización y el desgano, aquí están dando un ejemplo los organismos de derechos humanos, los jóvenes que han empujado esta causa durante tantos años y ayer estuvieron presentes”, sostiene la joven diputada del FIT.
En la sesión estuvieron presentes Patricia Walsh, la hija de Rodolfo, junto a su abogada en la causa ESMA, Myriam Bregman, dirigentes de los gremios de trabajadores de prensa SIPREBA y FATPREN e integrantes de movimientos de derechos humanos, sociales y estudiantiles. “También estuvieron los compañeros y compañeras del espacio Walsh de San Vicente, jóvenes que han mantenido viva la memoria de esa casa durante todos estos años, que han peleado para cambiarle el nombre a la calle que ahora lleva el nombre del escritor”, destaca Cano.
Ahora, la expectativa está puesta en que el Senado dé la media sanción y la iniciativa sea ley. “Esperamos poder tener la ley antes de fin de año y que se pueda ejecutar en el próximo tiempo y construir allí un sitio de memoria para todos aquellos que no queremos olvidar lo que sucedió y que consideramos que es parte del presente también”, concluyó la diputada.
Desaparecer la verdad
Walsh, periodista, escritor y militante político, escribió en esa casa la “Carta Abierta a la Junta Militar”, donde, al cumplirse un año de gestión golpista, denunciaba los crímenes del gobierno de facto. El 25 de marzo de 1977, un día después de publicar ese documento histórico fue secuestrado y desaparecido en la esquina porteña de las avenidas San Juan y Entre Ríos.
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“Ese documento fue luego traducido en múltiples idiomas. Se lee en todas partes del mundo por el contenido político que expresa. A un año de la dictadura cívico militar la Carta Abierta da detalles muy precisos de la dictadura en curso. Rodolfo denuncia los centros clandestinos de detención y los denuncia como campos de concentración. Denuncia los vuelos de la muerte, las capturas, las picanas. Allí denuncia por primera vez que se había encontrado en las costas uruguayas cuerpos mutilados, por ejemplo, el de Floreal Avellaneda, un pibe de 15 años que se encontró maniatado de pies y manos y con múltiples signos de tortura”, reseña Cano.
De esa casa, cuando es desvalijada por la patota, también se roban muchos textos inéditos, entre ellos “Juan se iba por el río”, un texto que estaba listo para ser publicado. “Hay testimonios de que ese texto se vio en la oficina de Antonio Pernías en la ESMA”, sostiene la diputada.
El capitán de fragata retirado Pernías es uno de los genocidas que cumple su condena en la cárcel de Ezeiza por los delitos de lesa humanidad cometidos como miembro del grupo de tareas 3.3.2 de la Escuela de Mécánica de la Armada, “que fue visitado hace pocos meses por las y los diputados nacionales de La libertad avanza”.
Negacionistas
En la sesión en la legislatura bonaerense se vivió un momento de tensión cuando solicitó la palabra el diputado libertariano Guillermo Castello. Este se manifestó en contra de la iniciativa de Cano y trató de “terrorista asesino” a Rodolfo Walsh. “Las víctimas que quiero ver son las personas asesinadas por él, las víctimas de los atentados terroristas de Montoneros”, sostuvo.
Su intervención violenta, repudiada por gran parte de los legisladores, provocó que el titular del bloque de Unión por la Patria, Facundo Tignanelli, promoviera la creación de una comisión para revisar el discurso del diputado de LLA por considerar que atentaba contra la Democracia, moción que se votó y fue aprobada.
“De una forma muy provocadora atacó a la familia de Rodolfo y a quienes estábamos allí y acusó a Rodolfo de terrorista asesino faltando a la verdad”, relata Cano. “Además, su argumento para votar en contra tenía que ver con que estaba en contra de las expropiaciones porque defiende la propiedad privada. Pretende entonces desconocer que en realidad la casa de Rodolfo Wolf fue expropiada a fuerza de fusil, bala y sangre por los militares a la familia de Rodolfo. Cuando Walsh cae, tenía el boleto de compraventa en su maletín. Está comprobado en la causa ESMA que llevaba el documento firmado con el seudónimo Norberto Freire, nombre que utilizaba en aquellos años cuando la mayoría de la militancia popular tenía que vivir en la clandestinidad”.
Los militares luego del secuestro de Walsh y el saqueo de la casa, se apropiaron del inmueble y dejaron viviendo ahí a un miembro de la Policía Bonaerense y su familia.