Redacción Canal Abierto | Desde la semana pasada y hasta este viernes 22 de noviembre se lleva adelante la 29ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Bakú, Azerbaiyán. En esta edición, toda la expectativa está puesta en el financiamiento ya que se tiene que definir cuál será la meta que reemplazará los USD 100 mil millones anuales que los países del Norte Global se comprometieron a otorgarle al Sur Global para sus políticas de adaptación y mitigación.
Así lo explicaron desde la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), que viajaron a la convención. También señalaron que una de las medidas relevantes de la primera semana fue la expeditiva aprobación de una metodología para la regulación de los mercados de carbono.
Si bien este tipo de medidas se plantean como una forma de combatir el cambio climático, “rara vez los mercados de carbono han solucionado el problema de las emisiones de los gases de efecto invernadero”, matizó al respecto Camila Mercure, del área de Política Climática de FARN, sobre los sistemas creados para comprar y vender créditos para respaldar emisiones o compensarlas.
El otro tema que partió aguas -y que le aportó visibilidad a la cumbre- fue la retirada de la delegación argentina el pasado miércoles. “En esta COP29 se está decidiendo cuánta plata recibirán los países del Sur Global para abordar políticas de adaptación o mitigación de la crisis climática. Que nuestro país no participe de esta negociación pone en juego el financiamiento que podríamos llegar a recibir”, señaló la especialista sobre la decisión del gobierno de Javier Milei.
A partir de lo acordado en estas conferencias, nuestro país podría recibir fondos para mitigar los incendios, tomar medidas de adaptación ante las olas de calor e inundaciones, entre otras cuestiones que afectan y preocupan a grandes sectores de la población.
Pero además del impacto ambiental y social, la decisión tiene consecuencias económicas: “Hoy en día, los distintos bancos o instituciones brindan más financiamiento teniendo en cuenta cuáles son las directrices de los países en lo que respecta a políticas climáticas y ambientales”. Entonces, aunque parezca que esta decisión opera más en el campo de lo simbólico que de lo concreto, “puede alejarnos del financiamiento que nuestros países necesitan”, explicó Mercure.
La clave es cuánto y cómo
En la segunda semana de la convención la cuestión del financiamiento estará de nuevo en el centro del debate, ya que la expectativa es que se cierren acuerdos concretos respecto a “cuánto, cómo y quiénes tienen que poner la plata para abordar la crisis climática”, explicaron desde FARN.
Desde el Sur Global, los países plantearon que una cifra razonable estaría en torno al billón de dólares. Al respecto, desde la Fundación aclararon que no serviría de mucho una meta que sea de un billón de dólares si la mayor parte se brinda en forma de préstamos. Para que esta meta sea lo suficientemente ambiciosa, debe contemplar financiamiento público, indicaron.
Greenwashing y limpieza étnica
La activista sueca Greta Thunberg, quien la semana pasada participó en manifestaciones en repudio a la COP29 junto a ciudadanos de Azerbaiyán, Armenia y Giorgia criticó duramente los alcances del evento en una columna publicada en el Washington Post.
“Las reuniones de la COP han demostrado ser conferencias de greenwashing (una estrategia de marketing para aparentar respeto por el medioambiente) que legitiman los fracasos de los países para garantizar un mundo y un futuro habitables, y también han permitido que regímenes autoritarios como Azerbaiyán y los dos anfitriones anteriores (Emiratos Árabes Unidos y Egipto) sigan violando los derechos humanos”, señaló la activista.
Thunberg también se había referido al anfitrión de la COP en sus redes: “Durante la COP, la imagen de Azerbaiyán que presentarán los medios será una versión blanqueada y ecológica que el régimen se esfuerza por presentar. Pero no nos engañemos: es un Estado represivo acusado de limpieza étnica”, alertó.
Portada: Peter Dejong/AP