Redacción Canal Abierto | Este viernes, Fernando Oscar Soto, director Nacional de Normativa y Relaciones con los Poderes Judiciales y los Ministerios Públicos de la cartera a cargo de Patricia Bullrich, presentó una denuncia a los manifestantes que asistieron el miércoles a la marcha en apoyo al reclamo de los jubilados por recomposición de sus haberes.
Los acusa de “sedición, atentado al orden constitucional y la vida democrática y asociación Ilícita agravada” y enumera los bienes dañados y los oficiales heridos de las distintas fuerzas de seguridad intervinientes.
Pero en su diatriba, se hace eco de una información que, hasta ahora, el Ministerio negaba: que el fotógrafo Pablo Grillo —quien pelea por su vida luego de una brutal herida en la cabeza recibida durante la manifestación— fue herido “por un proyectil de gas lacrimógeno que habría sido lanzado con trayectoria horizontal”.
El jueves, apenas 24 horas antes, Bullrich aseguró en declaraciones mediáticas que el agente que hirió al fotógrafo “tiró como dice el manual”, que establece un procedimiento de disparo a 45 grados, con inclinación hacia arriba.
El fotorreportero sufrió “trauma grave de cráneo con pérdida de masa encefálica y múltiples fracturas de cráneo”. En su primera declaración luego de conocerse que Grillo había sido herido, la ministra había pretendido justificar el hecho diciendo que se trataba de “un militante kirchnerista” que trabajaba «en la Municipalidad de Lanús con Julián Álvarez». También dijo que estaba «detenido» cuando lo estaban operando.
Por su parte, el propio Soto, en su cuenta de X, aseguró que la marcha del miércoles no fue una protesta social, sino “un desembarco de violentos organizados por mafiosos que defienden sus negocios”. Y para ilustrar sus dichos, publicó un video de micros en tránsito llenos de hinchas de fútbol, que resultó ser de un partido entre Racing y Tigre en cancha de Huracán en 2022. Pese a ser desmentido por múltiples usuarios, al cierre de esta nota el funcionario no había borrado el tuit.
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El video
Durante la tarde del jueves, una investigación realizada por el colectivo Mapa de la Policía, en la que intervinieron los peritos científicos Guillermo “Willy” Pregliasco y Martín Onetto, ya había establecido el hecho del que ahora se hace cargo Soto: que el disparo del arma lanzagases que impactó sobre Grillo se realizó con un “ángulo de tiro horizontal”, muy lejos de “todas las recomendaciones y reglamentos relativos a este tipo de armamento que establecen que los disparos deben hacerse con un ángulo de 45 grados hacia arriba”.
“Tanto los efectivos de Gendarmería Nacional como los agentes de la Policía Federal disparaban a quemarropa —asegura el video difundido por el Mapa—. La sistematicidad con que se observa que diferentes efectivos disparan de modo irregular indica que la responsabilidad es de los jefes policiales y especialmente de la ministra Bullrich”.
A pesar de la admisión, la denuncia de Soto es fiel a la retórica emanada por el Ministerio de Seguridad desde la brutal represión del miércoles: afirma que se trató de una manifestación en la que diversas agrupaciones convocaron “a manifestarse en un reclamo de personas jubiladas, con consignas que avizoraban el ejercicio de conductas violentas por grupos organizados de ‘barras bravas’ de diferentes parcialidades deportivas”.
Además, asegura que los manifestantes cobraron “la suma de $.50.000 para ‘provocar disturbios’ enfrentando a la policía y generar ‘represión’”, según “medios periodísticos” entre los que cita al diario La Nación y al YouTube de derecha Agarrá la pala.