Redacción Canal Abierto | Ayer, el Instituto de Estadísticas y Censos (INDEC) daba a conocer los datos de empleo para el último trimestre de 2024. En ese período, “las tasas de actividad y empleo en 31 aglomerados urbanos se ubicaron en 48,8% y 45,7%, respectivamente. Y la tasa de desocupación, que se calcula sobre la población económicamente activa, fue del 6,4%”, informó el organismo.
El investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA Autónoma, Luis Campos, fue uno de los que puso en contexto a esos guarismos: “En comparación con el mismo trimestre del año anterior, la desocupación subió del 5,7% al 6,4%, los ocupados demandantes del 15,5% al 16,6%, y la presión sobre el mercado de trabajo del 27,4% al 29,4%. Mucha gente buscando laburo”, tuiteó el especialista.
En números -y solo considerando los 31 aglomerados urbanos que releva el INDEC, que representan poco menos del 70% de la población total- esos porcentajes implican que, “en un año, hay 115 mil desocupados más”, y además, que “se sumaron 192 mil ocupados a la lista de los que buscan más trabajo”.
En diálogo con Canal Abierto, el investigador completó el análisis: “No es que la situación de los trabajadores y trabajadoras se puso difícil con el triunfo de Milei, venía difícil de antes y en gran medida eso contribuye a explicar su triunfo; el tema es que la forma que encontró el Gobierno de resolver muchos problemas que tenía la estructura macroeconómica fue descargar todas las consecuencias sobre las espaldas de los trabajadores”.
¿Qué pasó con los salarios, el empleo y las jubilaciones en el último año?
En las vísperas de una nueva huelga general, el investigador de la CTA señaló que, en materia salarial y de empleo, el 2024 “fue un año que muestra dos períodos muy marcados”. “Un primer semestre con cientos de miles de despidos y una fuerte caída del salario real, y un segundo semestre en el que esas variables se empiezan a estabilizar, e incluso recuperar, después de tocar pisos históricos”, aclara.
“En materia de empleo, en comparación con fines de 2023, se perdieron casi 200.000 empleos entre sector privado, público y casas particulares, y en materia salarial hay una heterogeneidad muy marcada: a grosso modo, los del sector privado prácticamente recuperaron la pérdida salarial de principios de 2024. Estamos en niveles de 2023 que ya eran muy bajos pero hubo una recuperación. No es el caso de los trabajadores del sector público, que tuvieron una caída mucho más fuerte en el inicio del Gobierno y siguen con una pérdida en términos reales de alrededor del 15%, en relación a fines de 2023”.
En relación a esto, Campos hace una aclaración: para pensar la situación de los trabajadores no se puede analizar los salarios en términos individuales, sencillamente porque “eso no funciona así en los hogares”. Por ejemplo, un hogar que tiene como cabeza a dos trabajadores del sector privado, en promedio, en materia de ingresos puede estar en la misma situación que a fines de 2023. El panorama cambia mucho en un hogar integrado por uno o más trabajadores del sector público.
Pero además, “estamos comparando con períodos ya de por sí muy bajos en cuestión de ingresos. Si en 2023 tu ingreso era de 80 pero tus gastos estaban más cerca de 100, porque ya venias perdiendo mucho en los años anteriores, y si después tu salario pasa a ser 82 y tus gastos 102, aunque porcentualmente le ganaste a la inflación, me vas a seguir diciendo que no te alcanza”.
Jubilados e informales
La situación de estos dos sectores es similar. En el caso de los jubilados y jubiladas, “venían de perder mucho, sobre todo en el segundo semestre del 2023, y lo que hizo el Gobierno actual fue congelar las jubilaciones y pensiones en los niveles más bajos de las últimas décadas”.
El sector informal o de la economía popular, por su parte, tuvo “un fuerte ajuste en sus prestaciones, tanto en los montos como en la cantidad de beneficios. Fundamentalmente, con el congelamiento del Potenciar Trabajo, que se desenganchó del Salario Mínimo Vital y Móvil”. Con ese ajuste, en este año y tres meses de Gobierno, esas prestaciones cayeron en términos reales un 60%, mientras que la cantidad de personas que acceden a la misma se redujo en 400.000.
Conflictividad
En síntesis, “es un contexto muy complicado, que no empezó con Milei, que venía de antes pero que este Gobierno lo profundizó y mucho”, afirmó el investigador del IPyPP. Ahora, “lo que estamos viendo en el último tiempo -con las movilizaciones de los jubilados y con el llamado a la huelga general para el 10 de abril- es que la legitimidad de origen del Gobierno para llevar adelante este ajuste y este ataque a los trabajadores empezó a resquebrajarse”.
“Esa resistencia que había sido muy importante a principios de 2024 y que luego se había diluido un poco parece que vuelve a repuntar”. Esto no necesariamente implica que ya estemos en un momento de resistencia, sostiene Campos, pero las convocatorias callejeras del último tiempo “sí pueden marcar un cambio en la dinámica”.
Portada: Primer paro de la CGT