Redacción Canal Abierto | Un estudio realizado por tres importantes centros de investigación demuestra que “a pesar de los discursos desvalorizadores promovidos desde el gobierno nacional”, la población mantiene “niveles significativos de apoyo” a las agendas de derechos de las mujeres y diversidades, y de derechos sexuales y reproductivos que Argentina conquistó en las últimas décadas, con avances pioneros en su marco normativo y en materia de políticas públicas.
Entre otros datos, el estudio “Puntos de vista sobre género y derechos sexuales y reproductivos en Argentina 2024”, realizado por el Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES) en articulación con el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), y la colaboración de Luis Costa y Asociados, arrojó que el 80% de las personas encuestadas considera que falta mucho por hacer para asegurar la igualdad de derechos en la Argentina, y el 50% cree que interrumpir el embarazo en situaciones seguras afecta positivamente la vida de las personas.
“Para enfrentar el actual asedio y descalificación de las agendas de género y derechos sexuales y reproductivos es clave generar conocimiento acerca de cómo la sociedad percibe y valora esas agendas. Este conocimiento sirve no sólo para hacer valer las voces de la sociedad, sino también para nutrir el debate público y orientar la acción política a fin de sostener los derechos adquiridos y fortalecer el vínculo de esas agendas con la democracia”, señaló Silvina Ramos, coordinadora general del estudio e investigadora del CEDES, un instituto fundado en 1975 y asociado al CONICET.
La impopularidad de la motosierra
El estudio aplicó una encuesta en línea a 2000 personas a nivel nacional y desarrolló 13 grupos de discusión en todas las regiones. Se encuestó a personas mayores de 16 años, seleccionadas para representar la diversidad de contextos sociales y territoriales de la Argentina, y se relevó información sobre temas como: el rol del Estado en la resolución de problemas sociales, las desigualdades entre mujeres y varones, y las simpatías y los acuerdos con causas sociales y con los temas de la agenda de género y derechos sexuales y reproductivos, entre otros.
Ocho de cada 10 personas encuestadas consideran que es necesario hacer mucho para asegurar la igualdad de derechos para todas las personas en el país. Esa misma proporción aseguró preferir un Estado que provea más servicios como salud, educación y obras públicas. Siete de cada 10 personas cree que el Estado debería involucrarse y/o invertir mucho o bastante en brindar asistencia integral a víctimas de violencia de género, facilitar información y métodos de prevención de embarazos e ITS (enfermedades de trasmisión sexual), y brindar educación sexual integral.
En otras cuestiones sociales, como aumentar salarios en salud y educación esta valoración alcanza el 80%, y se acerca o supera el 90%, en cuestiones como garantizar la calidad y continuidad educativas y reducir la pobreza, reclamos que, por otra parte, fueron bandera del paro general que realizaron ayer las tres centrales sindicales.
“Una mirada global de los resultados permite tener una apreciación diferente de lo que el clima cultural parecería indicar. El Estado aparece como un actor clave que, lejos de retirarse, debería involucrarse y garantizar inversión social en una sociedad en la que las personas consideran que resta mucho por hacer para generar condiciones de mayor igualdad de derechos”, analizó por su parte Lucila Szwarc, otra de las investigadoras del CEDES.
De acuerdo a la misma pesquisa, las simpatías son especialmente fuertes con las causas de derechos de las personas con discapacidad -también muy golpeadas por los recortes brutales del gobierno libertario-, derechos de niños, niñas y adolescentes, y defensa de las mujeres en situación de violencia.
“La sociedad no rechaza las reivindicaciones de las organizaciones que luchan por la igualdad entre varones y mujeres, por el contrario, las apoya: causas como el registro de violadores y el acceso a información sobre métodos anticonceptivos y prevención de enfermedades de transmisión sexual generan las mayores adhesiones (8 de cada 10 personas)”, sostiene el informe. En tanto, un tema al que el Gobierno se opone abiertamente como el acceso al aborto y los cupos femeninos en espacios de trabajo “tienen menores niveles de acuerdo relativos, aunque nunca por debajo del 50%”.
Además, en contraste con el discurso que desestima la desigualdad entre los géneros, 6 de cada 10 personas considera que existen desigualdades grandes o muy grandes entre mujeres y varones y 5 de cada 10 cree que estas desigualdades son menores que hace 10 años. Un dato que el Gobierno, que vació completamente todas las áreas de asistencia tras el cierre del Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad debería atender con urgencia: la violencia por motivos de género en la pareja es considerada el principal problema que enfrentan las mujeres, seguido de los problemas de exposición a abusos y a violencia sexual.
En la misma línea, 5 de cada 10 personas considera que interrumpir un embarazo en condiciones seguras, que las adolescentes puedan prevenir un embarazo y que haya una distribución más igualitaria de las tareas de cuidado en el hogar son situaciones que afectan positivamente la vida de las personas. Recordemos que la administración de Javier Milei desmanteló el Plan ENIA, de prevención del embarazo adolescente que en cinco años había reducido este flagelo a la mitad, y en todo 2024 no gastó un peso del presupuesto en la compra de la medicación para la práctica de la Interrupción Voluntaria o Legal del Embarazo (IVE e ILE) , además de los recortes en distintos programas de salud como el de prevención de VIH:
Por último, las personas encuestadas piensan que la mayoría de la sociedad está de acuerdo con distintas intervenciones, políticas o campañas que fomenten la igualdad de género.
¿Hay diferencias entre mujeres y varones?
Según el mismo estudio, la fuerte adhesión a temas de salud reproductiva como la prevención del embarazo en la adolescencia, el acceso a los métodos anticonceptivos y a la interrupción del embarazo, y la atención a las víctimas de violencia de género es común a mujeres y varones.
A su vez, las mujeres muestran un mayor respaldo a la equidad de género, la ESI (educación sexual integral) y los derechos de personas LGBT, mientras que entre los varones se detectaron mayores niveles de críticas hacia el movimiento que defiende los derechos de las mujeres.
Las mujeres apoyan más que los varones los derechos de las personas LGBT (33% y 17% respectivamente) y tienen mayor valoración positiva del acceso a un documento acorde a la identidad de género para la vida de las personas (44% y 30%). En este punto, también sorprende el alto apoyo a una política pública de inclusión que en todo el mundo es blanco predilecto de las ultraderechas. En Argentina, y bien asumió Milei eliminó el DNI no binario, para personas cuyas identidades no encajaban en el binomio hombre-mujer.
Sostener los avances
“Los resultados de este estudio parecen indicar que el cambio cultural sobre la agenda de género y derechos sexuales y reproductivos experimentado por la sociedad argentina en las últimas décadas ha sido profundo y ha dejado sus huellas”. En ese marco, “el desafío a futuro es visibilizar las adhesiones de la sociedad a estas agendas para sostener los avances logrados, continuar fortaleciendo la comunicación social para enfrentar los embates y evitar retrocesos tanto en el clima cultural como en la garantía normativa de esos derechos”, analizan desde el CEDES y el ELA en torno a los sorprendentes resultados que arrojó la encuesta. “Lo que la marea trajo y el viento no se llevó -concluyen- es mucho más de lo que el lugar común actual nombra y propone”.