Por Nahuel Croza | Este domingo el pueblo ecuatoriano defendió la Constitución de Montecristi de 2008 y rechazó categóricamente las cuatro preguntas de la consulta popular planteadas por el gobierno del presidente Daniel Noboa, electo el pasado mes de abril.
“Es una defensa incondicional de innumerables derechos frente a la amenaza que traía implícita la ofensiva del gobierno. Los grupos de poder atrincherados detrás del presidente buscaban consolidar un proyecto autoritario y antipopular a través de un resultado favorable en las urnas”, sostuvo en diálogo con Canal Abierto Alberto Acosta, político y destacado referente ambiental, quien supo presidir la Asamblea Constituyente que consagró, entre otros, los derechos de la naturaleza.
Cerca de 10 millones de ecuatorianos y ecuatorianas se acercaron a las urnas para expresar su derecho democrático. “Son resultados contundentes. Son resultados que yo no esperaba, soy absolutamente franco”, sostiene Acosta. “Creía que podíamos ganar la pregunta uno y la cuatro, tema de las bases y de la Constituyente. Las otras dos preguntas estaban dulcemente envenenadas, pero el pueblo ecuatoriano es un pueblo inteligente, un pueblo intuitivo. Es impresionante”.
Las preguntas
Las preguntas del referéndum apuntaban a socavar el andamiaje institucional vigente desde 2008. La primera buscaba eliminar la prohibición de instalar bases militares extranjeras a fuerzas armadas de otros países, sustituyendo el artículo 5 de la Carta Magna por una fórmula que sólo define a Ecuador como “territorio de paz”.
El texto era el siguiente: “¿Está usted de acuerdo con que se elimine la prohibición de establecer bases militares extranjeras o instalaciones extranjeras con propósitos militares, y de ceder bases militares nacionales a fuerzas armadas o de seguridad extranjeras, reformando parcialmente la Constitución de conformidad con el Anexo de la pregunta?”.
El “No” bloquea la posibilidad del inminente desembarco de tropas estadounidenses que preveían recuperar la base de Manta (cerrada en 2009) e instalar una nueva en Salinas, ambas en la costa pacífica. A tal punto era así que la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, visitó la semana pasada junto al “banana kid” las posibles instalaciones para sus tropas. Ya estaban eligiendo alfombras.
El resultado para esta pregunta fue del 60,64% para el NO y 39,36% para el SI.
La segunda apuntaba al financiamiento de las organizaciones políticas por parte del Estado. Rezaba: “¿Está usted de acuerdo con que se elimine la obligación del Estado de asignar recursos del Presupuesto General del Estado a las organizaciones políticas, reformando parcialmente la Constitución de conformidad con el Anexo de la pregunta?”.
En este caso los guarismos fueron: NO: 58,07% – SI: 41,93%.
La tercera pregunta proponía reducir la cantidad de representantes a la Asamblea Nacional, favoreciendo la concentración del poder en sectores minoritarios.
“¿Está usted de acuerdo con reducir el número de asambleístas y que se les elija de acuerdo con los siguientes criterios: diez asambleístas nacionales, un asambleísta elegido por cada provincia, un asambleísta provincial adicional por cada 400.000 habitantes de acuerdo al último censo nacional?”.
El resultado para esta consulta, la C del referendo, fue de 46,53% para el SI y 53,47% para el NO.
La cuarta era la frutilla del postre y la que podría haber desatado todos los demonios. Proponía la convocatoria a una nueva Asamblea Constituyente:
“¿Está usted de acuerdo en que se convoque e instale una Asamblea Constituyente, cuyos representantes sean elegidos por el pueblo ecuatoriano, de acuerdo con las reglas electorales previstas en el Estatuto Constituyente adjunto, para elaborar una nueva Constitución de la República, la cual entrará en vigencia únicamente si es aprobada posteriormente por las y los ecuatorianos en referéndum?”.
Esta pregunta recibió el NO más categórico del domingo, 61,65% frente al 38,35% del SI.
La reciente fue la decimoquinta consulta popular que llevó adelante el estado ecuatoriano desde el retorno democrático en 1978. En 2024, en su primer mandato de poco más de un año para completar el periodo de Guillermo Lasso (caído tras proclamar la muerte cruzada ante su inminente destitución), Noboa realizó una consulta en la que triunfó el “Sí”, sobre una agenda de seguridad y otras reformas frente a la crisis que vivía el país.
Ecuador, a la derecha “ma non troppo”
“Esta consulta tenía muchos elementos muy preocupantes. Quería echar abajo la Constitución de Montecristi (ciudad sede de la constituyente, en la provincia de Manabí) del 2008, que es la Constitución de los derechos de la naturaleza y los derechos humanos ampliados, porque incluyó los derechos colectivos: el derecho a la resistencia, a la salud pública gratuita, a la salud educación pública gratuita y una cantidad enorme de cuestiones que querían echar abajo las oligarquías desde el año 2008”, analiza Acosta quien fue elegido presidente de la Asamblea Constituyente en 2007, puesto al que renunció un tiempo después por divergencias con Rafael Correa, en ese momento al frente del Ejecutivo.
“Además nos quería embarcar en el enfrentamiento imperial entre China y Estados Unidos. Quería que Ecuador tenga una base militar de los Estados Unidos”. La base de Manta fue desalojada en 2009 tras una lucha de 10 años de protestas y reclamos por decisión de la Asamblea Constituyente.
“La Constitución de Montecristi no fue elaborada por un partido político determinado ni por un grupo de iluminados. Fue el resultado de una minga democrática en la que participaron muchísimas fuerzas sociales”, sostiene Alberto.
“Esta defensa del pueblo ecuatoriano a su Constitución es fantástica”
“La cantidad de votos que se obtiene en la cuarta pregunta, en la que más respaldo tiene el No, es casi igual al volumen de votos que se obtuvo para ratificar la Constitución luego de la Asamblea Constituyente. La Constitución de Montecristi es la única que ha sido aprobada en un referendo luego de una Asamblea Constituyente”, explica el expresidente de la misma.
“Ecuador tiene 20 constituciones hasta la fecha, y esta Constitución vuelve a ser ratificada ahora en un ambiente totalmente adverso. Luego que aquí se hicieron campañas de parte del gobierno y de las oligarquías para tratar de convencer a la gente que todos los males del país están explicados por la existencia de esta Constitución”.
Quien fuera candidato presidencial y uno de los fundadores del partido Pachakutik, nos transmite su experiencia tras haber recorrido el país haciendo campaña por el NO a la consulta. “Lo único que les faltó decir es que dentro de la Constitución de Montecristi están las 10 plagas de Egipto. Todo lo malo estaba ahí. Pero la gente salió a defender sus derechos y sus garantías, porque, insisto, fueron construidas en esa minga democrática, como una lucha de años, de décadas”.
“El pueblo ecuatoriano es inteligente, intuitivo y valiente. No se olvida que el gobierno aparecía, con el apoyo de los grandes medios de comunicación, como el gran triunfador luego del Paro Nacional en el que reprimió brutalmente al mundo indígena en algunas provincias. Y se mostraba como vencedor ante la CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador), que había derrotado a los indígenas que estaban aceptando el progreso, los avances de la civilización y creía que la población de la provincia de Imbabura, norte de Pichincha, norte de Quito, en su mayoría le iba a respaldar porque se presentaban como los liberadores de las ciudades blanco mestizas… Bueno, ahí es donde sufre la mayor derrota. Es impresionante”.
“Las urnas están llenas de muchas luchas. Este 4-0 es una goleada, pero son luchas que van llenando las urnas. Esa gran marcha de ‘El quinto río’ (movimiento socioambiental) en la ciudad de Cuenca para proteger el agua, los páramos e impedir la minería. El paro nacional, la resistencia, eso está ahí. El dolor, las lágrimas, los muertos por la represión del gobierno, eso está ahí. La defensa de la educación pública y de la salud pública, eso está en esas urnas. La defensa de la seguridad social que pretendían privatizar, también está en las urnas. La defensa de la paz al no aceptar las bases militares, se encuentran en esas urnas. Igualmente se encuentran en las urnas una defensa de la democracia, porque se querían echar abajo una serie de consultas populares, las consultas ambientales en general”, concluye Acosta.
Un triunfo popular
“Nadie puede arrogarse esta victoria más que el pueblo. Hay algunos que quieren aparecer como ganadores. Esto no es un triunfo de un partido político, de un movimiento social, de una persona. Es del pueblo, un triunfo popular. Fue impresionante”, valora el entrevistado.
“Yo viví eso porque recorrí el país. Estuve más de dos meses dedicado en cuerpo y alma a eso. Viendo como la gente se organizaba, no teníamos recursos. Aquí en mi escritorio tengo unos fósforos a los que les pusieron un sticker diciendo, «Vota todo, no.» La creatividad de la gente fue maravillosa. Hacían sus propios afiches y pegaban en los postes. Claro, después las redes sociales fueron fundamentales y en las redes sociales, la juventud y su creatividad y su imaginación fue algo que realmente me emociona, me emociona el pensar todo lo que se hizo.”
¿Cómo queda parado el gobierno luego de este resultado?
“El gobierno sale muy golpeado, veremos si entiende el mensaje. El mandato que le da el pueblo ecuatoriano es claro y firme. Si no entiende, vamos a pasar momentos muy complicados, porque los problemas de fondo no se resolvían ni con la consulta ni tampoco se resuelven sólo diciendo “No”. ¿Qué hacemos frente al crimen organizado? ¿Qué hacemos frente a la pobreza y la miseria que aumentan y la concentración de la riqueza que crece? ¿Qué hacemos frente a la falta de empleo? ¿Qué hacemos ante la ausencia de un horizonte esperanzador para la juventud? ¿Qué hacemos frente a esos problemas que interesen a la gente?”, cuestiona Acosta. “Eso es lo interesante, que la población, este pueblo sufrido, golpeado, dolorido, a pesar de eso es capaz de dar una respuesta esperanzadora”.
