Redacción Canal Abierto | La Universidad Nacional de San Luis (UNSL) es escenario en estas horas de un debate a raíz de la censura llevada adelante por un titular de cátedra a los contenidos propuestos por un docente de la misma.
Se trata del doctor Darío Ramírez, titular de la asignatura Biología Molecular e Ingeniería Genética de la Licenciatura en Biotecnología de la Facultad de Química Bioquímica y Farmacia de la UNSL. Este profesor eliminó de la plataforma digital (classroom) de la materia, en dos ocasiones, una actividad propuesta por el Jefe de Trabajos Prácticos (JTP) Dr. Leonardo Seguin, con contenidos vinculados al Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) y al Índice de Abuelidad.
El argumento de Ramírez para censurar el material propuesto es que se trataba de una pieza de “adoctrinamiento”. En respuesta al pedido de información del área a la que pertenece, el mencionado alude que “la universidad no es una unidad básica ni centro de adoctrinamiento (…) no estamos formando militantes”.
En Argentina, desde la Reforma Universitaria de 1918, fue consagrada la libertad de cátedra que establece el derecho de los docentes a expresar sus ideas en el ámbito de su especialidad. Este principio, relacionado a la libertad de expresión e ideológica, está incluido en la Ley de Educación Superior (N.º 24.521/95) y en la Ley de Educación Nacional (N.º 26.206/06). El derecho a la libertad de cátedra encuentra su límite, no exento de debates, en la obligación del docente de evitar declaraciones apresuradas, no verificadas o exageradas, contrarias a la dignidad o que contengan discurso de odio.
Seguín, en una carta que dirige al decano de su facultad, Sebastián Andujar, explica que el trabajo pretendía “explicar el funcionamiento de un laboratorio donde se realizan estudios de filiación (BNDG)”, ya que “engloba varios aspectos”. La orden 16/22 y el Plenario 1169/22 del CIN (Consejo Interuniversitario Nacional) promueven la curricularización de los Derechos Humanos en las trayectorias formativas de todas las carreras de pregrado y grado de las Universidades Públicas Argentinas, argumenta el JTP.
Índice de Abuelidad
Este índice, fruto de las investigaciones iniciadas por las Abuelas de Plaza de Mayo con la colaboración de la científica norteamericana Mary-Claire King, es una fórmula estadística que determina la probabilidad de parentesco entre un nieto y sus abuelos desarrollada para identificar a los nietos apropiados durante la dictadura cívico militar.
La genetista estadounidense trabajó junto con otros científicos, como Víctor Penchaszadeh, Eric Stover, Cristián Orrego, a pedido de las Abuelas que necesitaban un método válido para establecer la identidad de sus nietos, hijos de sus hijos e hijas desaparecidas. Gracias a este método, desde 1984 a la fecha se han recuperado 140 nietos y nietas, la primera de ellas Paula Eva Logares, nieta de la Abuela Elsa Pavón, cuya historia inspiró el film La historia oficial, de Luis Puenzo.
Un negacionista
El bioquímico Ramírez, por otra parte, en sus redes sociales tiene mensajes claramente negacionistas respecto a la dictadura militar y en línea con los discursos de odio que emanan desde el Poder Ejecutivo en manos del libertarianismo.
En su último posteo en Facebook, reivindica al genocida Videla: “Es parte de nuestra historia! debería volver a ser puesto en su lugar. Nos quisieron ocultar la historia verdadera, pero así no funciona. definitivamente es parte de nuestra historia. ocultando, no se borra la historia. Que más genocida que los gobiernos kirchneristas?”, sostiene en un mensaje que acompaña la foto en que Néstor Kirchner ordena retirar la foto del dictador en la Casa Rosada.
Es, evidentemente, un provocador que, a tono con la época, saca a pasear sus miserias y aprovecha sus cinco minutos de poder.
Foto principal: Mary Claire King explica a las Abuelas Estela de Carlotto y Nélida Navajas cómo se determina el “índice de abuelidad” (1983). Imagen: Abuelas de Plaza de Mayo.
