Nosotrxs

 Nada que conmemorar, porque 2001, como irrupción, rechaza la historia conmemorativa.
Nada que anhelar, porque 2001 se fue antes de llegar, y cuando vuelva será otra cosa.
Nada que despreciar, porque 2001 nos mostró encuentros imposibles, y las atmósferas marcan al cuerpo.
Nada que festejar, porque 2001 vio nacer la antipolítica de hoy, hizo reaccionario al descontento.
Nada que reprochar, porque 2001nos donó una política, hizo creativo y solidario al descontento.

Los testimonios dicen desde la distancia, unas veces saldada con cierta nostalgia, otras elaborada desde una nueva vitalidad;
los testimonios miran lo que pasó como un futuro posible, los testimonios buscan ensanchar un presente aciago, los testimonios buscan 2001 y encuentran fogonazos emancipativos, dolores imborrables y engendros monstruosos.
Ambivalente, 2001 insiste como disputa anímica entre lo común, lo posible y lo definitivamente perdido.