Redacción Canal Abierto | El 15 de noviembre pasado Sergio Maldonado había adelantado que pediría se llame a testificar al juez Otranto en el marco de la causa en la que estuvo al frente hasta el 22 de septiembre. «Queremos que declare porque él dijo, en una nota, que su hipótesis era que Santiago se había ahogado. Queremos saber qué datos tenía», señaló el hermano mayor de Santiago.
“A la declaración testimonial requerida por la Querella de Sergio Maldonado, del Sr Juez Federal, Dr Guido Otranto, NO HA LUGAR por impertinente, puesto que el conocimiento que pudiera tener de los hechos objeto de investigación, no lo fue en calidad de testigo, sino, en razón del ejercicio de su Magistratura (art 199 del CPPN)”, argumentó el magistrado en su escrito. También detalló que el próximo viernes 24 de noviembre, una vez presentados los resultados finales de la autopsia, el cuerpo deberá ser entregado a los familiares directos.
Desde un primer momento, Guido Otranto se mostró permeable a las hipótesis –varias de ellas alimentadas por el propio Gobierno nacional- que deslindaban de toda responsabilidad a Gendarmería y el Estado en la desaparición y posterior muerte de Santiago Maldonado.
Incluso a mediados de septiembre el magistrado había declarado al diario La Nación que su principal hipótesis era la del ahogo, y que no observaba la intervención de terceros hasta ese momento de la investigación.»La hipótesis de que [Santiago Maldonado] se podría haber ahogado es una de las opciones que me parecen más razonables, de acuerdo con la interpretación de las pruebas que estoy realizando», subrayó entonces.
Estas afirmaciones apresuradas, sumadas a una actitud de indiferencia para con los familiares de la víctima, llevaron a que la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia resolviera el apartamiento de Otranto. Fue entonces que la causa pasó a manos del juez federal Gustavo Lleral.
Santiago Maldonado tenía 28 años y hasta el momento de su desaparición vivía en El Bolsón. Hasta el 20 de octubre –cuando fue hallado el cuerpo– el joven había sido visto por última vez el martes 1 de agosto mientras era perseguido por la Gendarmería durante la brutal represión que la fuerza de seguridad llevó adelante en el Pu lof en Resistencia mapuche Cushamen, en Chubut. Desde entonces, familia y amigos lo buscaron intensamente. En varias oportunidades, masivas movilizaciones exigieron al Estado argentino que acompañe esa búsqueda. Hoy el reclamo es, nada menos, que por verdad y justicia.