Redacción Canal Abierto | Se desarrolla en la ciudad de Rafaela la segunda audiencia de la Megacausa por delitos contra la humanidad cometidos en el noroeste santafesino durante el terrorismo de Estado.
Se trata del primer juicio por violaciones a los derechos humanos en el que se juzga la figura de aborto forzado como crimen de lesa. Es el caso de Silvia Suppo, ex detenida desaparecida en el Centro Clandestino La Casita, sobreviviente del genocidio, asesinada en 2010.
El proceso comenzó el pasado jueves y se extenderá hasta mediados de octubre.
Los imputados son cuatro ex policías: los comisarios Ricardo Ferreyra y Juan Calixto Perizzotti, la sargenta María Eva Aevi y el oficial Oscar Adolfo Farina.
El abogado querellante Guillermo Munne, explica a Canal Abierto que “abarca la mayor parte de los crímenes de la última genocida cívico-militar-eclesiástica y, en este caso con más fuerza que nunca, patriarcal, cometidos en la zona”
El calvario de Silvia Suppo se incorpora mediante entrevistas periodísticas, un documental, testimoniales suyas en la etapa de instrucción, testimonios de familiares y compañeros, y a través de su declaración en el juicio de 2009, en el que relató los tormentos, las violaciones y el aborto al que la forzaron los represores.
“Se destaca el carácter misógino y patriarcal de esta dictadura retrógrada y reaccionaria en todas las dimensiones políticas, culturales y sociales, en los hechos que es que se juzgan: las violaciones contra Silvia y el aborto impuesto por el embarazo producto de esas violaciones, cuando fue secuestrada a los 17 años de edad”, aclara el abogado, que junto a Lucila Puyol encabezan la acusación.
Entre otros hechos, Ferreyra está acusado por los delitos sexuales. La interrupción del embarazo fue organizada por Perizzotti con la participación de Aebi y Farina. El hijo de Perizzotti, que es abogado y defiende a su padre, es reconocido militante anti-derechos contra el aborto legal, seguro y gratuito.
El 29 de marzo de 2010 Suppo fue asesinada en su negocio de nueve puñaladas en un hecho que su familia y las organizaciones de derechos humanos denunciaron como una venganza y un intento de amedrentar a la militancia por los derechos humanos. En 2015 el Tribunal Federal de Santa Fe condenó a Rodolfo Cóceres y Rodrigo Sosa, auto-implicados en el crimen, a prisión perpetua, como «coautores del delito de homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía y para procurar impunidad».
En este juicio su voz la alzan sus hijos, Marina y Andrés Destéfani y su cuñada, Rita Destéfani.
Munne asegura que “con el asesinato buscaron acallar para siempre las denuncias de Silvia, pero no lo lograron, porque sus hijos mantuvieron esa lucha. Ella fue la denunciante inicial de esta causa, empezó con la denuncia de la desaparición de quien era su novio en el año 1977, Reinaldo Hattemer. Toda esa historia enorme de militancia de amor de valentía es la que llega a juicio en la mega causa”.
Silvia Suppo “es un emblema de todas las mujeres, de lo que es mantener la memoria siempre”, la reivindica Guillermo Munne
En la Megacausa Rafaela además se juzgan los casos del secuestro y desaparición de Reinaldo Hattemer, en la iglesia Sagrado Corazón de Rafaela, durante el casamiento de su hermano menor, Oscar Hattemer. Silvia Suppo era entonces novia de Reinaldo –que sigue desaparecido- y madrina de la boda; el homicidio de Rubén Carignano en la comisaría 4ª de Santa Fe; el secuestro del hermano de Silvia, Hugo Suppo, y de Jorge Destéfani, quien luego sería su esposo, en La Casita; secuestro y torturas de Graciela Rabellino y su compañero Ricardo Díaz, en el mismo circuito represivo.