Redacción Canal Abierto | Las últimas mediciones del Instituto Nacional de Estadística y Censos reconocieron un crecimiento del trabajo “en negro” que para el segundo trimestre se ubicó en el 33,7%, contra el 33,4 que había dado en el mismo período del año pasado.
La mínima suba de tres décimas no parece agravar demasiado la realidad que ya era alarmante antes de conocerse estos datos, pero sin embargo cobra importancia si se tiene en cuenta que en la semana el ministro de Trabajo se reunió con la cúpula de la CGT y avanzaron en un acuerdo para perdonar multas a empresas que, habiendo tenido empleados informales, los regularicen ingresándolos al sistema registrado.
Este blanqueo patronal es uno de los tres puntos impulsados por el Gobierno y la central obrera, que exime de castigos a los empresarios que normalicen la relación laboral de los trabajadores con los cuales mantienen contratos mediante la figura del monotributo o sobre quienes ni siquiera realizan aporte social alguno. Es decir, parte de ese universo del 33,7% revelado recientemente por el organismo de Todesca.
Según trascendió de fuentes sindicales, el Estado reconocería a cuenta los aportes al sistema previsional por una cantidad limitada de años, durante los que los trabajadores hayan estado en la informalidad. Es decir, sin costo alguno para el sector patronal.
El INDEC también anuncio que entre abril y junio de este año la tasa de desocupación bajó al 8,7%, desde el 9,3% que presentaba en el mismo segmento de 2016.
Sin embargo, lo que parecería una buena noticia, se ve relativizado con otro dato difundido que indica un repliegue de la Tasa de Actividad, es decir, la cantidad de gente en condiciones de buscar empleo, que se ubicó en el 45,4%, contra el 46% del año pasado.