Redacción Canal Abierto | Las mujeres no saben de deporte ni de economía. Tampoco tienen sentido del humor. Sólo un 14% entiende de política y un 31% está habilitada para encabezar equipos. Este sería el pensamiento de los responsables de la programación de las cinco radios AM y FM más escuchadas según la medidora Ibope, y se ve reflejado en el trabajo de monitoreo realizado por el programa radiofónico «Nos quemaron por brujas» que se emite por Radio Presente desde el Sitio de la Memoria Ex-Olimpo.
Según el relevamiento, presentado bajo el título #FaltamosEnLaRadio, el único rol en el que las mujeres tienen predominancia sobre los hombres es en el de locución de piso. Y esto no es necesariamente una buena noticia para ellas.
«El ser locutoras implica un acuerdo tácito que es : me voy a reír de tus chistes porque sos un conductor varón y no necesariamente deconstruido o antipatriarcal, voy a estar acá sometida a ser sujeta de tu humor misógino. Y ese rol pivot entre el chiste y reírme lo ocupan las mujeres locutoras. No solamente son los discursos que se escuchan al aire, sino también los lugares que obligan a las compañeras locutoras cumplir al aire», dijeron Angela Ciorciari y Celeste Farbman, integrantes del equipo de «Nos quemaron por brujas», en esta entrevista a Canal Abierto.
También se refirieron al lugar que ocupa la mujer en el contenido de las noticias, ya no sólo en las radios de mayor audiencia, sino en todo el espectro informativo, según relevamientos internacionales realizados desde 1995 por la WACC: «Sólo el 24% de las noticias que circulan en tele, radio gráfica y redes sociales a nivel global tienen a mujeres como protagonistas. Además, cuando aparecemos, mayoritariamente lo hacemos como víctimas. No aparecemos como especialistas de política, de economía. Cuando aparece alguna mujer política en los medios se resaltan cosas de su vestimenta o de su edad».
En las últimas semanas, las acusaciones de acoso sexual al locutor Ari Paluch pusieron sobre el tapete la situación de las mujeres en los medios, ya no frente al micrófono o cámara, sino lo que ocurre cuando la luz de aire se apaga: «Son las violencias a las que estamos expuestas en cualquier tipo de trabajo: violencias verbales y sobre todo simbólicas que se dan en muchos trabajos. La diferencia es que en en los medios de comunicación todo esto queda mucho más expuesto» sostuvieron las comunicadoras.