Redacción Canal Abierto | Este viernes comenzará la primera gira latinoamericana del jefe de la diplomacia estadounidense, Rex Tillerson. El primer país al que llegará será México y el sábado recalará en la Argentina, donde su primer destino será el Parque Nacional Nahuel Huapi. Allí, el representante del país que se negó a firmar el acuerdo de París sobre cambio climático disertará “sobre intercambios científicos y prácticas de conservación».
El domingo viajará a Buenos Aires para reunirse con el canciller Jorge Faurie y con Mauricio Macri y tratar “nuestra común agenda bilateral para el desarrollo y la cooperación en seguridad”.
La gira continuará por Perú, Colombia y una isla del Caribe que no será Cuba –con quien el gran país del norte ha vuelto a enfriar relaciones-, sino Jamaica. Según el comunicado de prensa, el secretario de Estado “se comprometerá con sus ‘socios regionales’ para promover un hemisferio seguro, próspero, democrático y con seguridad energética”.
Su misión por estas tierras también, y sobre todo, “abogará para aumentar la atención regional a la crisis en Venezuela”, un punto tan importante de la agenda que no pudo esperar ni a salir de Washington. Pocas horas antes de iniciar la gira, Tillerson sostuvo en un discurso en la Universidad de Austin que el pueblo venezolano sufre de hambre, saqueos y falta de atención médica “por un régimen corrupto que roba a su propio pueblo”. Luego sentenció: “el régimen de (Nicolás) Maduro es el verdadero culpable y debe rendir cuentas».
Con una clara impronta intervencionista, la misión diplomática del secretario norteamericano intentará establecer un discurso común entre sus aliados en la región para esmerilar al gobierno de Maduro, que volvió a pararse sobre sus pies luego de ganar las elecciones de octubre pasado en 18 de 23 gobernaciones, y planea elecciones presidenciales antes del 30 de abril.
Desde esta parte del mundo, los deberes ya están al día. En una entrevista reciente en París, Macri aseguró que Argentina no reconocerá las elecciones en Venezuela por considerar que el gobierno madurista ha convertido su país en “una dictadura”.
La buena relación que intenta crear el gobierno nacional quizá alcance para hacer ante Tillerson el principal planteo que Argentina tiene hacia Estados Unidos: el perjuicio a la economía local que generó la decisión de Trump de elevar al 72% el arancel al biodiesel argentino.
Marcha atrás
Mientras la gira comienza, el presidente de los Estados Unidos anunció que mantendrá abierta la prisión de Guantánamo, situada en Cuba. La declaración anuló el plan de cierre del ex presidente Obama y generó las críticas de organismos internacionales de derechos humanos, como el Centro para los Derechos Constitucionales (CCR, por sus siglas en inglés) que afirmó que “la Casa Blanca de Trump está llena de supremacistas blancos que están ciegos a la razón por ignorancia y fanatismo”, y anticipó que será la Justicia y no “el autoritario en jefe” la que tiene la última palabra sobre el destino de Guantánamo.