Por María Florencia Alcaraz y Lucila Swarcz de LATFEM* | La discusión por la legalización del aborto se trata de una de las grandes deudas de la democracia y que el proyecto de ley que se presentará por séptima vez por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito este 6 de marzo debe debatirse en el Congreso. Así como decimos #JuntasAbortamos también estamos seguras que es necesario sacar nuestros abortos del clóset y hablar sobre el tema dando información útil y segura sobre las interrupciones de los embarazos. En esta nota derribamos cinco mitos del sentido común en relación a la práctica.
[mks_highlight color=»#eeee22″] 1. “En la Argentina el aborto es ilegal” [/mks_highlight]
FALSO
Según el Código Penal, el aborto está penalizado salvo en dos causales de acuerdo al artículo 86: en casos de violación y de peligro para la vida o la salud de la mujer. Esta legislación existe desde 1921.
En 2012 el histórico fallo FAL de la Corte Suprema aclaró que el aborto es legal en todos los casos de violación y que la persona que accede al derecho no necesita realizar una denuncia ni se puede judicializar el pedido. El máximo tribunal del país también puso la lupa sobre la causal salud y especificó que se refiere a la salud en términos integrales, tal cual la entiende la Organización Mundial de la Salud. Para clarificar el panorama, la Corte instó a las provincias a elaborar protocolos hospitalarios de atención. Hoy, a más de 5 años, sólo 9 jurisdicciones cumplen con este pedido del máximo tribunal. Las provincias de Catamarca, Corrientes, Formosa, Mendoza, San Juan, San Luis, Santiago del Estero y Tucumán no elaboraron ningún tipo de protocolo.
El incumplimiento de la legislación vigente por parte del sistema de salud, en la mayoría de los casos, pone barreras y obstáculos a las mujeres y cuerpos gestantes. Por eso es necesaria una ley que no dé lugar a variadas interpretaciones ni a la objeción de conciencia como barrera al acceso a derechos.
Aún aquellas personas que tienen derecho a un aborto legal hoy en día, muchas veces encuentran trabas. Un ejemplo reciente de ello es la historia de Juana, una nena wichi de 12 años víctima de violación por parte de un grupo de criollos en 2015 en Salta. Ella no pudo acceder a su derecho al aborto legal. Tuvo que sostener un embarazo inviable hasta la semana 31. Al día de hoy, no se investigó la violación de la niña.
[mks_highlight color=»#eeee22″] 2. “El aborto seguro sólo puede hacerlo un médico de manera quirúrgica” [/mks_highlight]
FALSO
El aborto inseguro es aquella práctica que, según la OMS, es llevada a cabo por personas que carecen de la preparación necesaria o en un entorno que no reúne las condiciones médicas mínimas, o ambas cosas a la vez. Es decir, para que un aborto sea seguro deberían practicarlo profesionales de la salud en un entorno que cumpla con las condiciones necesarias. Pero actualmente existen pastillas abortivas que hacen más difícil hablar de abortos inseguros. Se propone entonces hablar de abortos más riesgosos o menos riesgosos.
El procedimiento quirúrgico recomendado para el primer trimestre de gestación es la Aspiración Endouterina, que puede ser realizada por un profesional médicx o por otrxs profesionales de la salud capacitadxs, como enfermerxs, obstétricxs o médicxs no especialistas.
Por otra parte, la evidencia demuestra que es seguro utilizar pastillas abortivas (combinación de mifepristona y misoprostol o misoprostol solo) durante el primer trimestre de embarazo en la casa. No es necesario que lo indique un profesional médico dado que otros profesionales de la salud, aún de nivel básico, también pueden realizar consejerías en aborto con medicamentos, garantizando el acceso a abortos seguros.
Además, diversas investigaciones demuestran que brindar información sobre aborto y realizar consejerías y acompañamientos por fuera del sistema de salud es una alternativa posible, segura y efectiva para el acceso a una interrupción del embarazo, tanto en el primer como en el segundo trimestre de gestación.
Hay sobradas experiencias de acompañamiento: la red de Socorristas, las consejerías de Nuevo Encuentro, los espacios comunitarios de Seamos Libres, la línea de Lesbianas y feministas por la Descriminalización del Aborto, quienes fueron pioneras en este camino. Hoy, Socorristas en Red, desde distintas ciudades y provincias del país, llevan acompañados más de 8000 abortos.
Es necesario enunciar que el aborto no tiene riesgos cuando se puede acceder a controles médicos pre y post interrupción y existe la posibilidad de concurrir a una guardia sin ser juzgada, violentada o criminalizada. Por eso, los abortos seguros se traman en alianzas entre el socorrismo y los centros y profesionales de la salud que respetan los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y cuerpos gestantes, mientras exigimos que se cumpla con la legislación vigente, se leglicen y descriminalicen todas las causales, y se respete el derecho de las mujeres y personas con capacidad a acceder a abortos legales y/o a ser atendidxs en un marco de confidencialidad.
[mks_highlight color=»#eeee22″] 3. “Las mujeres que abortan no se quisieron cuidar,
tendrían que haberlo pensado antes” [/mks_highlight]
tendrían que haberlo pensado antes” [/mks_highlight]
FALSO
Las mujeres y personas que abortan lo hacen por una infinidad de motivos. Los datos de Socorristas en Red de 2015, indican que un 85% de las mujeres acompañadas usaban un método anticonceptivo habitual. Pero los métodos anticonceptivos pueden fallar en distintos porcentajes. Hay una distancia entre el uso ideal y la efectividad del uso habitual. Sólo por poner un ejemplo: los anticonceptivos orales en combinación (la «pastilla» o «píldora») tienen un porcentaje de efectividad que varía entre el 99% y el 92%.
Sabemos que vivimos en un mundo desigual donde muchas mujeres no pueden todavía tener relaciones sexuales desde el placer ni mucho menos negociar el uso del preservativo. La ola de denuncias de distintos tipos de abusos que estamos viviendo nos ayuda a dimensionar hasta qué punto las relaciones sexuales heterosexuales pueden estar marcadas por una relación desigual entre varones y mujeres. Los casos extremos son las situaciones de violencia, donde las parejas de las mujeres controlan su acceso a métodos anticonceptivos, o se dificulta la negociación del uso del preservativo.
En la Argentina, la ley de Educación Sexual Integral sancionada en 2006 tiene una aplicación muy desigual . Según un artículo de la periodista especializada Luciana Peker a nivel federal hubo despidos y se retrajeron capacitaciones. El 61 por ciento del presupuesto de 2017 no fue ejecutado Por otra parte, en los últimos dos años la provisión de métodos anticonceptivos por parte del Programa de Salud Sexual y Reproductiva enfrenta importantes demoras y su continuidad corre peligro.
[mks_highlight color=»#eeee22″] 4. “Si el aborto se legaliza las mujeres lo van a usar como método anticonceptivo” [/mks_highlight]
FALSO
La evidencia demuestra lo contrario. Legalizar el aborto es la mejor manera de que las mujeres no recurran al aborto. Si estás en contra del aborto, legalizándolo habrá menos abortos. Hoy en la Argentina se hace de todos modos: se calcula un aproximado de 500 mil abortos por año, es decir, 1200 por día. En los países donde el aborto se legaliza se puede percibir un aumento de la cantidad de abortos porque se pasa de no tener registros certeros a tenerlos, pero a largo plazo la tasa se estabiliza y disminuye.
Es el caso de Uruguay, donde no sólo bajó drásticamente la mortalidad materna, sino que descendió la cantidad de abortos.
También es el caso de la tendencia en Europa: en los países donde el aborto es legal, la tasa de aborto no para disminuir, a diferencia de los países que lo penalizan. En cambio, en América Latina, donde el aborto está penalizado en la mayoría de los países, se registra la tasa más alta de abortos y de muertes por aborto. Si estás en contra del aborto, legalizándolo habrá menos abortos. Es una cuestión de salud pública y de derechos humanos.
En la Argentina, el aborto sigue siendo la primera causa individual de muerte materna. En 2001 murieron, al menos, 100 mujeres. Para 2015 ese número bajó a 55. Las complicaciones por aborto siguen siendo la primera causa individual de muerte materna: las muertes por aborto en los últimos 5 años, van de 17 al 20% sobre la proporción de causas de mortalidad materna. Y, además, las muertes maternas indirectas son la segunda causa de muertes agrupadas, es decir, cuando se toman en conjunto enfermedades previas que se ven agravadas con el embarazo. Muchas de estas muertes podrían evitarse si se ofreciera a la mujer la posibilidad de interrumpir un embarazo, se explicaran los riesgos, y ella decidiera qué riesgos está dispuesta a correr.
Cada muerte por aborto es evitable, por eso decimos que el Estado es responsable. Son femicidios de Estado. Un caso emblemático es el de Ana María Acevedo que en 2007 pidió ayuda por un tratamiento de cáncer en un hospital de Santa Fe y se lo negaron porque estaba embarazada.
[mks_highlight color=»#eeee22″] 5. “Abortar siempre es traumático, ninguna mujer quiere abortar” [/mks_highlight]
FALSO
Hay diversas investigaciones que demuestran que el aborto no es traumático ni deja secuelas. Cada experiencia es única. El posible trauma se genera por el miedo, la clandestinidad, la soledad, el riesgo. Traumático es llevar a término un embarazo que no querés, en tu propio cuerpo. El aborto para las feministas también es elegir no maternar y eso es un acto no egoísta en el que se concibe la maternidad como algo que debe ser deseado y elegido. Elegir y desear abortar puede ser una decisión compleja y difícil de atravesar pero la que se considera como la mejor opción posible. Para cada mujer o persona gestante, abortar en una decisión personalísima compleja. Penalizar el aborto es no confiar en la capacidad de las mujeres de tomar decisiones éticas y justas para su propia vida. Si el aborto está penalizado en general, las mujeres somos ciudadanas de segunda. Buscamos la posibilidad de que las maternidades sean elegidas y deseadas, no forzadas. Queremos ser sujetas plenas de derecho que forjamos nuestros propios destinos, a contramano de una imposición dónde el único destino posible es el de devenir madres.
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- Reproducimos esta nota publicada en el medio de comunicación LATFEM – Foto: Gala Abramovich