Redacción Canal Abierto | El 17 de noviembre de 1972, un grupo de jóvenes marinos liderados por el oficial de Guardia Marina Julio César Urien tomaba la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Motivados por la convicción de que las Fuerzas Armadas debían estar al servicio del pueblo, la intentona respaldaba al regreso a la Argentina de Juan Domingo Perón y enfrentaba el gobierno de facto de Alejandro Agustín Lanusse.
Tras seis meses en prisión, Urien recibió la amnistía de Héctor Cámpora. Sin embargo, el calvario represivo de Urien no terminaría allí: a los pocos años el auto denominado Proceso de Reorganización Nacional volvería a encarcelarlo, esta vez durante ocho años y medio en los pabellones de la muerte de la Unidad 9 de La Plata.
“Soy un marino del pueblo que enfrentó a la dictadura”, asegura el Teniente de Fragata retirado y capitán de “La Sanmartiniana”, velero que en 2015 recorrió las costas del país como una forma de concientizar sobre la importancia del mar y revalorizar la soberanía del país.
Integrante de la Fundación Interactiva para Promover la Cultura del Agua (Fipca) y las agrupaciones sanmartinianas, Urien es un fuerte crítico del gobierno de Mauricio Macri. “Hoy, está política neoliberal, va por la destrucción de las Fuerzas Armadas, a partir de una política de desinversión y la modificación de su rol. Quieren nuevamente meter, con la excusa de la lucha contra el narcotráfico, a los militares en los asuntos internos”, señala.
“Hoy está en juego la soberanía. El endeudamiento bestial tiene como garantía los recursos naturales y el territorio, como hicieron con Grecia que está vendiendo las islas”, asegura el marino, y agrega: “los sectores del campo nacional y popular, además de defender sus sectores y derechos sociales, tiene que asumir la defensa del territorio”.
A ocho meses de la desaparición del ARA San Juan, Urien explica: “todavía no sabemos qué pasó con un submarino desaparecido en una zona de conflicto. Más allá de la solidaridad con los familiares y la reivindicación de los camaradas desaparecidos, es una obligación del Gobierno encontrar el submarino”.
“Algunos hablan de determinados desperfectos. No lo podemos afirmar, pero desde mi punto de vista no hay que descartar que haya sido hundido”, sentencia.
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