Redacción Canal Abierto | 12 años se cumplen de la segunda desaparición de Jorge Julio López. Mientras las manifestaciones sociales por la continuidad de los juicios por crímenes de lesa humanidad siguen en todo el país, hoy se estrena “Todxs somos López. Donde empieza la vida y termina la muerte”.
El film que se proyectará en el Cine Gaumont, es una crónica documental sobre los días sin Jorge Julio López, testigo y querellante en el primer juicio por genocidio en Argentina, en 2006. López, que había sobrevivido a los campos de concentración de la dictadura argentina a finales de los 70, desapareció por segunda vez en 2006 el día de la lectura del veredicto que condenaría a sus secuestradores.
Su hijo Rubén López y su nuera Koqui Dalieri relatan cómo fueron los treinta años entre los que López fue secuestrado en 1976 y 2006, cuando dio un testimonio completo: cómo López elaboró el trauma y el silencio que le impuso durante décadas el contexto social. Acompañado por el periodista Miguel Graziano, Rubén recorre los centros clandestinos en los que estuvo secuestrado su padre. Va encontrándose con esa historia que su padre guardó para protegerlo en su infancia y adolescencia.
En diálogo con Canal Abierto, Rubén contó cómo fue esta experiencia, y cómo enfrenta los días sin la presencia de su padre.
¿Cuáles son tus sensaciones en este nuevo aniversario de la desaparición de Julio?
– Lo raro de esto es que creía: “ya tengo aguante y esta me la banco”. Pero hoy cuando me desperté me di cuenta que es tan doloroso como el primer aniversario, como aquel primer reclamo a los dos días, cuando empezamos con esta lucha. Hoy, en un contexto más difícil en lo político y en lo social, hay un montón de otras cosas que se están perdiendo y eso genera la bronca e impotencia que todos tenemos hoy al reclamar por mi viejo. Pero también reclamamos para que los trabajadores no pierdan su laburo, para que los jubilados no pierdan su jubilación digna. Hay gente pidiendo de comer en la calle, y eso duele.
¿Qué pensás sobre los retrocesos que hubo por parte de la Justicia en materia de Derechos Humanos?
– Hay que remarcar que la lucha y la unión de los organismos fortaleció el reclamo para que Etchecolatz vuelva a la cárcel. Por otro lado el próximo presidente de la Corte Suprema es el autor intelectual del 2×1. En una línea sucesoria presidencial es el último en asumir. Eso es preocupante en el contexto político actual. Toda la pérdida de derechos, no solamente en los juicios de lesa humanidad. Todo eso duele. Esas cuestiones que creíamos que no nos podían robar y vemos que día a día nos la están hurtando en cada una de las acciones de este gobierno, y es eso lo que más preocupa.
¿Cómo te sentís con la película que se estrena hoy?
– Me costó entenderla, porque en gran parte del documental estamos nosotros, pero es por esta ausencia/presencia constante, que entra y sale de la pantalla, y la transformación que sufrimos nosotros como familia. El Rubén que se ve en el documental hoy es otra persona, y el documental refleja esa transformación, la de un tipo de laburo que lo único que quería era trabajar, cuidar de su familia, y no convertirme en una persona pública. Me tocó en suerte, pero estoy convencido de lo que hago.
“Todxs somos López…” surgió gracias a Jorge Villapol (1960-2013), a quien está dedicado este film. Tenía vínculos afectivos y filiales con la familia de Jorge Julio López, y fue quien motivó y acompañó una serie de charlas con Rubén López y Koqui Dalieri, para entender el recorrido de ellos como familia entre el juicio en el que Jorge Julio López fue querellante en 2006, su segunda desaparición y el después.
Esas charlas terminaron dando vida a este proyecto documental. Recibió los premios de Desarrollo en 2010, y de Producción en 2012 del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, que además, a través de la vía “Documentales Digital” subsidió el 70% del presupuesto del film, que se completó con aportes del equipo y la colaboración de ADULP.