Por Sergio Alvez | Misiones se encuentra asentada en su totalidad sobre el Acuífero Guaraní, tercer reservorio de agua dulce más grande del mundo. Sin embargo, más del 20% de su población no tiene acceso al servicio de agua potable. Por estos días, de norte a sur de la provincia se extienden los reclamos por los prolongados e inexplicables cortes en un servicio caro y deficiente, que en el caso de la ciudad de Posadas y alrededores, además, se encuentra concesionado a una empresa extranjera.
En los últimos días, y tras una semana padeciendo cortes en el suministro, vecinas y vecinos de numerosos barrios de Puerto Iguazú salieron a cortar la ruta nacional 12 para exigir soluciones urgentes. “Estamos en la ciudad de las Cataratas, por donde pasan cientos de miles de turistas, y nosotros quienes vivimos en los barrios del pueblo no tenemos agua. Con más de 40 grados de sensación térmica tenemos que sufrir estos cortes de varios días que se dan por la falta de inversión y la desidia de quienes deben garantizar este servicio esencial”, resumió uno de los vecinos afectados.
Para paliar la dramática situación de los afectados, intervino hasta el municipio brasileño de Cascavel, trayendo y distribuyendo agua en camiones para las familias de Iguazú.
Las críticas apuntan tanto al gobierno provincial como al municipal. La gravedad del caso obligó al cuerpo de ediles del Concejo Deliberante local, a convocar al presidente del Instituto Misionero del Agua, Joaquín Sánchez, para que explique la situación de obras que debían encararse en la ciudad ante problemas con la provisión de agua.
Además, con un cacerolazo en una de las plazas principales de la ciudad, los Vecinos Autoconvocados exigieron que se declare la emergencia hídrica.
Un aspecto importante que explica la precarización del servicio domiciliario de acceso al agua potable –junto a la desinversión- es el modelo turístico. La expansión de grandes hoteles y complejos con piscinas -que utilizan cantidades descomunales del líquido vital- provoca una demanda desmedida que termina afectando a la inmensa mayoría y beneficiando a unos pocos, un rasgo característico de dicho modelo en la ciudad de las Cataratas.
En vísperas de año nuevo, la secretaria de Gobierno municipal, Marcela González, publicó un video en el cuál califica de “desesperante” la situación en la comuna y apunta contra el gobierno provincial. “Tenemos 85.000 habitantes, es imposible llegar con todas las demandas que tenemos, por eso solicitamos al gobierno provincial que dé respuestas, nuestra comunidad hoy está totalmente carente con respecto al servicio de agua potable. Como municipio hacemos todo lo posible pero no llegamos. Hay barrios enteros dónde familias con bebés, con niños, no tienen agua hace varios días”.
En las últimas horas, desde el Instituto Misionero del Agua señalaron que la situación se está normalizando.
“El pasado viernes, representantes del organismo retiraron de Buenos Aires el motor de 250 hp, el cual fue instalado en la toma de agua del río Iguazú. Esto implicó un descenso de 40 metros de profundidad. Además se realizaron pruebas ininterrumpidamente durante todo el fin de semana. Con esta incorporación la planta registró un mayor ingreso de agua a la torre y desde el domingo comenzó a normalizarse la distribución de agua en diversos barrios de la ciudad de las Cataratas”, indicaron.
En tanto, en el otro extremo de la provincia, las ciudades de Posadas y Garupá también fueron epicentros de manifestaciones debido a cortes prolongados en el servicio de agua potable.
En algunos casos, los cortes llevan más de un mes. Graciela Castillo, del barrio Piedras Blancas, relató que “tenemos que bañarnos con trapos húmedos porque hace un mes no tenemos agua; esto es desesperante, hace calor y nuestros hijos sufren de manera tremenda la falta de agua, muchos caminamos más de 20 cuadras por un poco de agua, nos higienizamos humedeciendo un trapo y pasando por nuestros cuerpos o de los chicos que en muchos casos ya estan teniendo problemas de salud”.
Tanto en Posadas como en Garupá, el servicio de la administración y regenteo del servicio de agua potable y cloacas le pertenece desde 1999 a la empresa española Samsa.
Días atrás, vecinos provenientes de una docena de barrios posadeños afectados por los cortes realizaron una protesta frente a la sede de la empresa. “Todos los años, llega el verano, y es el mismo problema. Largan el agua de noche y cortan todo el día. Corta a las 7 de la mañana y vuelve a las 22. Es injusto. Todo el año pagamos boletas carísimas por un mal servicio. El agua no debe ser un negocio, es un bien social. Esta empresa extranjera es una estafa para todos los misioneros”, expresó una vecina afectada.
Pese a la dramática carencia de agua en miles de hogares misioneros, el gobierno provincial de Misiones extrae, envasa y vende agua potable del Acuífero Guaraní a través de la empresa estatal Aguas de las Misiones, creada por ley en 2009.
El artículo 10 de la ley que creó esta empresa, en su inciso B señala que “el 55% (cincuenta y cinco por ciento) de las utilidades (económicas) de la empresa debieran destinarse al desarrollo de planes sociales y de obras e investigaciones destinadas al uso racional y sustentable del recurso hídrico provincial”.
A casi una década, el agua que no debiera escasear a ninguna persona en Misiones, se sigue vendiendo y exportando a distintos lugares del mundo. Mientras, miles de familias padecen la escasez ante la falta absoluta de respuestas estructurales y definitivas a un problema cada vez más grave.