Por Sergio Alvez | Cada 14 de marzo, desde 1997 – cuando se realizó el Primer Encuentro Internacional de Afectados por Represas- se conmemora el Día Mundial de Acción contra las Grandes Represas. Se trata de una jornada de lucha para denunciar la afectación social, sanitaria, económica y ambiental que ocasionan las grandes represas hidroeléctricas. En el mundo existen casi 45.000 represas en actividad y más de 1200 en construcción o pre construcción. Millones de personas en el planeta padecieron y padecen las consecuencias de las represas. Cada vez que se construye una represa hidroeléctrica, se altera el curso de ríos y arroyos, contaminándolos y dando lugar a enormes lagos que sepultan ciudades enteras, destruyen culturas y condenan al desarraigo a comunidades completas. En la gran mayoría de los casos, el proceso de expulsión y relocalización de poblaciones afectadas está aparejado a severas violaciones a los derechos humanos. Numerosas enfermedades vectoriales, están directamente relacionadas con la construcción de represas, a tal punto que la propia Organización Mundial de la Salud desaconseja la instauración de las mismas en zonas sub tropicales y tropicales.
Misiones
En la Argentina, la provincia de Misiones es uno de los puntos que mayor importancia le atribuye a esta efeméride, y esto se explica en el hecho de que el pueblo misionero fue severamente afectado por la represa hidroeléctrica Yacyretá, y en menor medida por la de Urugua-í.
Este año, se realizarán una serie de actividades para conmemorar la fecha. Una de ellas, organizada por ATE Misiones y por las Regionales Wanda y Apóstoles de la CTA Autónoma, es una movilización que arrancará en la propia represa Urugua-í. En la ocasión, se piensa reafirmar el rechazo a la construcción de nuevas represas en la región, exigir una “reparación histórica” en materia energética para el pueblo misionero, y al mismo tiempo reclamar por la instauración de una discusión profunda y participativa para la instauración de un “modelo energético popular”.
“Durante largos años tuvimos que pelear muy duro para evitar la construcción de nuevas represas en Misiones y esa fue una pelea ganada. ATE fue protagonista de todas estas luchas contra Corpus, Garabí y Panambí, proyectos que amenazaban con seguir destruyendo nuestros territorios. Hoy seguimos defendiendo estos territorios pero también reclamando una reparación ante los daños inmensos y nunca compensados de las represas Yacyretá y Urugua-í” afirmó el Secretario General de ATE César Fariña.
Las represas que afectaron a la provincia, llegaron con promesa de energía barata y abundante, pero sólo sembraron pobreza, enfermedad, desarraigo y contaminación. A cambio, tarifas exorbitantes para un servicio eléctrico deficiente.
Otra de las actividades estará concentrada en la capital provincial, dónde la conducción de CTA convoca a una charla debate titulada “Matriz Energética y Bienes Comunes”, que contará con la participación del dirigente de ATE y CTA-A, Rodolfo Kempf.
Desde Puerto Iguazú, en horas de la mañana partirá por el río Paraná una caravana de kayaks bajo la consigna de rechazar nuevas represas, papeleras y todo emprendimiento que contamine los ríos y destruya humedales.
En Colonia Aurora se llevará adelante una charla a cargo del ambientalista Rulo Bregagnolo, integrante de la Mesa Provincial No a las Represas, que aglutina a más de 40 organizaciones en la provincia.
La acción de este espacio mancomunado tiene un largo historial de lucha. Entre los más cercano en el tiempo se recuerda la Marcha por los Ríos Libres, que en 2013 recorrió 160 kilómetros desde Panambí a Posadas, para rechazar el proyecto hidroeléctrico Garabí, un emprendimiento binacional que los estados brasileño y argentino llegaron a licitar, y que amenazaba con borrar del mapa a más de 30 pueblos del río Uruguay. También están detenidos empresarios vinculados a compañías brasileñas que habían ganado esa licitación.
Otra acción memorable del pueblo misionero fue la Consulta Popular sobre Represas, una instancia que en 2014 unificó el voto de 120 mil personas, de las cuales el 98% le dijo No a la construcción de nuevas represas en Misiones.
Millones de personas en el planeta padecieron y padecen las consecuencias de las represas. Cada vez que se construye una hidroeléctrica se altera el curso de ríos y arroyos contaminándolos y dando lugar a enormes lagos que sepultan ciudades enteras, destruyen culturas y condenan al desarraigo a comunidades completas. Las represas que afectaron a Misiones llegaron con promesa de energía barata y abundante, pero sólo sembraron pobreza, enfermedad, desarraigo y contaminación. A cambio, tarifas exorbitantes para un servicio eléctrico deficiente.
Brasil
En Brasil, donde existen más de un millón y medio de personas afectadas por represas, la organización que sostiene la lucha hace 30 años es el Movimiento Afectados por Barragens (MAB). “Hace 20 años la historia del MAB viene siendo construida con la participación integral de las poblaciones afectadas en la vida del movimiento. Somos afectados por las represas, campesinos, pequeños agricultores, sin tierra, indios, pescadores, «ribeirinhos» (comunidades que viven a orillas de los ríos) y «quilombolas» (comunidades negras), buscadores de minerales y también poblaciones urbanas. En Brasil, somos más de un millón de personas expulsadas de nuestras tierras, de nuestras casas, de nuestras comunidades, por la forma dictatorial de construcción de represas. Cada 100 familias afectadas, 70 tienen su derecho negado por las empresas constructoras. En los próximos tres años, 100 mil familias más están amenazadas de perder sus tierras en función del interés de las empresas transnacionales” denuncian desde el MAB.
“Para acercarnos a las razones sociales que explican la necesidad de luchar contra las grandes represas, hay que tener en cuenta que más de 400 mil kilómetros cuadrados de tierra en el mundo fueron inundados por la construcción de 45 mil represas y que este hecho ocasionó el desplazamiento de sus tierras de un número que va de 60 a 80 millones de personas, entre los cuales la mayoría son campesinos e indígenas” asegura Patricia Agosto, Historiadora de la Universidad de Buenos Aires (UBA) e Investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas.
“La lucha contra las grandes represas tiene detrás de sí la autodeterminación de los pueblos y el respeto a la tierra y a todos los recursos que ella alberga. Con estos mega proyectos los pueblos se ven obligados a abandonar sus tierras, sus modos de vida y su relación armónica con la naturaleza. Ésta es herida de muerte porque estos proyectos traen consigo la pérdida definitiva de los recursos, no el aprovechamiento temporal de los mismos. Porque los pueblos y las comunidades lo saben es que no se dejan convencer por los argumentos basados en los supuestos beneficios que traerán el “progreso” y la “modernización” para las sociedades. Saben que detrás de estos argumentos están los objetivos del gran capital que nunca fueron beneficiar a los pueblos y sí hacer un uso irracional de los recursos para grandes negocios y negociados entre unos pocos” añade.
Berta vive en la lucha
Un ícono de la lucha contra las grandes represas en Latinoamérica es la ambientalista indígena Berta Cáceres, asesinada en Honduras el 2 de marzo de 2016. Cáceres fue una férrea denunciante y encabezó la resistencia al proyecto hidroeléctrico Agua Zarca, que amenazaba con inundar territorios indígenas en Honduras.