Redacción Canal Abierto | Tarcísio Motta es vereador (concejal) de Rio de Janeiro y jefe del bloque del Partido Solidaridad y Libertad (PSOL) que compartía con Marielle Franco hasta que la militante carioca cayera asesinada junto a su chofer, Anderson Gomes, por las balas de dos sicarios, ex policías, recientemente detenidos.
Motta fue candidato a gobernador por esta fuerza en las últimas elecciones y hoy dio un discurso de homenaje en la Cámara Municipal de Rio en la bancada que desde esta fecha lleva el nombre de la vereadora asesinada. Minutos después nos comunicamos con él, en el marco de un día en que el nombre de Marielle resonó en todo Brasil y el mundo.
“Marielle se convirtió en un símbolo porque en un país desigual como el nuestro, un país donde los espacios de poder siempre fueron frecuentados por las clases dominantes, por los más ricos, por hombres y blancos, ella representaba la posibilidad de perforar ese bloqueo. Que una mujer, negra, favelada, llegara a un espacio de poder y se destacara en este espacio», sostuvo el concejal carioca.
Y agregó: «El asesinato de Marielle es también la interrupción de este sueño democrático mínimo de que los espacios en los parlamentos, los espacios de poder, puedan ser también alcanzados por la mayoría del pueblo brasilero. Por eso muchas mujeres, muchas negras y negros, muchas amerindias, muchos LGBTs se identificaron con ella y sintieron el dolor de su pérdida y por eso siguen en lucha por su memoria y por cobrar justicia por Marielle. La gravedad del crimen es tamaña que la respuesta debe estar a la altura».
A poco más de un año de iniciada la intervención militar en Rio de Janeiro, ¿cuáles fueron los resultados de esta medida?
-La propia Marielle sostuvo, a menos de un mes de iniciada la intervención militar, que “era un falso remedio para un problema real”. La violencia sigue sin disminuir en Rio de Janeiro, las comisiones policiales no fueron saneadas, la corrupción y los problemas administrativos de gestión no fueron resueltos y las tropas en las calles no trajeron seguridad para la población. La intervención se mostró como un remedio errado. Continuamos sin una policía que tenga condiciones de investigar los homicidios, con pocos recursos invertidos en el área de inteligencia, de equipamiento que podrían generar algún tipo de solución. No se atacan las causas reales de la violencia que están vinculadas a la desigualdad social. Seguimos viviendo en un país profundamente desigual y cada vez más autoritario, y ese autoritarismo acaba generando más violencia, más infelicidad y creando más problemas.
El asesinato de Marielle es señal de una sociedad que está enferma porque no se detiene frente a un asesinato político de este tamaño. La intervención probó que más allá de que en el discurso tuviera algunos elementos correctos, estos discursos cayeron en el vacío al no contar con una política que trajera seguridad a las personas, trajo más miedo y más muerte.
La captura de los ex-policías Ronnie Lessa, sospechoso de ser el autor de los disparos que mataron a la concejala, y Elcio Vieira, ¿trajo un poco de alivio a la demanda de justicia?
-Fue un paso importante en las investigaciones, pero el paso decisivo es saber quién los mandó a matar, quién los contrató, quién les pagó para asesinar a Marielle y Anderson. Ese es lo que nosotros queremos saber, sin ese paso no sabemos cuál es la verdad sobre el crimen.
¿Qué reflexión te merece que hoy gobierne Brasil Jair Bolsonaro, un político que expresa sin tapujos todo lo contrario de los valores que representaba Marielle?
-Es señal de una sociedad que está muy polarizada. En tanto que Marielle bregaba por el diálogo, procuraba buscar salidas en que se pudiese encontrar el diálogo inclusive entre diferentes, el presidente continúa reafirmando su autoritarismo, su pensamiento único, su completa incapacidad de conversar con quien no habla su mismo idioma. Estamos viviendo hoy en un país con un gobierno absolutamente autoritario y cobarde. Aquellos que hoy lloran por Marielle, resisten a este gobierno y sé que muchas personas van a ingresar en la plataforma de homenaje a Marielle, y podrán percibir cuán errada es la postura del gobierno Bolsonaro que sigue afirmando el terror, la dictadura y el exterminio como caminos y la gente sabe que estos caminos son absolutamente errados.
«El asesinato de Marielle es también la interrupción de este sueño democrático mínimo de que los espacios en los parlamentos, los espacios de poder, puedan ser también alcanzados por la mayoría del pueblo brasilero. Por eso muchas mujeres, muchas negras y negros, muchas amerindias, muchos LGBTs se identificaron con ella y sintieron el dolor de su pérdida y por eso siguen en lucha por su memoria y por cobrar justicia por Marielle. La gravedad del crimen es tamaña que la respuesta debe estar a la altura».
Quién era Marielle
Marielle Franco creció en la zona norte de la ciudad de Rio de Janeiro, en la favela de Maré, la segunda en cantidad de pobladores (alrededor de 132.000 personas) de la urbe de la bahía de Guanabara. «A cidade maravilhosa» cuenta con un 20% de sus seis millones de habitantes (11 millones, si se cuenta el área metropolitana) residiendo en favelas.
Mujer, negra, lesbiana y madre. Socialista. Militante por los derechos humanos, comenzó su participación comunitaria y política cuando entró en el cursillo para acceder a la universidad y perdió una amiga víctima de una bala perdida. Al lado de Marcelo Freixo, coordinó la actuación de la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa de Rio de Janeiro.
En el año 2016 con 46.052 votos llegó a ser concejal en la Cámara Legislativa local, siendo la 5ª más votada. En este cuerpo, presidió la Comisión de la Mujer y propuso diversos proyectos e iniciativas durante poco más de un año de mandato.