Redacción Canal Abierto | El último informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) revela que entre el año 2015 y 2018 la caída de la producción automotriz alcanzó el 14%, mientras que el descenso entre el primer semestre 2015 y 2019 fue del 40%.
A su vez, el estudio explica que la utilización de la capacidad instalada promedio de los primeros cuatro meses de este año se ubicó en el 33,4%, 13 puntos porcentuales menos que en cada uno de los tres años anteriores. Es decir, que durante el periodo -en promedio- el 66,6% de la infraestructura productiva del sector se encontró paralizada.
Sin embargo, el dato más alarmante que arroja el informe es la baja en la producción de las unidades nacionales sobre el total de las ventas: la participación de los importados pasó del 72,1% en junio de 2018 al 77,2% en el mismo mes de 2019.
Como es de suponer, el reemplazo de producción local por importada impactó directamente en los niveles de empleo. Siempre en base a datos colectados por CEPA, entre 2018 y lo que va de 2019 cumulan más de 21.500 suspensiones respectivamente.
En marzo de 2017 el presidente Mauricio Macri anunciaba un plan quinquenal para la industria automotriz: “Alcanzamos este acuerdo estratégico que tiene dos metas fundamentales: lograr producir un millón de automóviles y no solo cuidar la familia de trabajadores de esta industria, que es tan importante, sino hacerla crecer en más de 30.000 puestos de trabajo”.
A más de dos años de aquella presentación, todos los indicadores demuestran que dichas previsiones no solo no se cumplieron, sino que la situación es hoy todavía más acuciante para el sector.