Redacción Canal Abierto | “Consideramos que en este marco no puede haber clases y estamos convencidos de que ninguna de estas medidas el gobierno porteño las toma pensando en los niños y niñas que van a las escuelas. Lo que se abre es un adelanto del escenario electoral de 2021 donde no deja de haber una puja con dos temas sensibles, que es el abordaje de la pandemia y el regreso de la escolaridad, entre el gobierno nacional y el porteño”, sostuve Jorge Adaro, secretario adjunto del sindicato docente Ademys, el cual decretó un paro de 48 horas que durará hasta el miércoles 14, inclusive.
La afirmación se dio luego de que la ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña, anunció que esta semana regresan las clases presenciales para los estudiantes del último año de las escuelas técnicas y comunes, mientras que los alumnos de séptimo grado de la escuela primaria lo harán la semana que viene. Y luego detalló que “se trabajará con grupos de diez chicas y chicos y un docente con el formato de burbuja” y que se habilitará el transporte público para los alumnos.
“El gobierno está vendiendo que empezaron las clases, y lo hicieron sólo en dos escuelas con un porcentaje de la matrícula muy baja -aseguró Adaro en diálogo con Canal Abierto-. Todos estos meses estuvimos costeando la conectividad igual que las familias para poder trabajar con los alumnos. Familias presentes, docentes presentes, gobierno ausente: esa fue la situación. Ahora hay todo un sector que plantea que no queremos trabajar, mientras que el 11 de septiembre el gobierno porteño reconocía el trabajo que venimos sosteniendo los docentes en este marco. Quieren aliviar un poco a un segmento de la sociedad que tienen que reafirmar en su voto, con un aperturismo a ultranza”.
Marketing versus salud
Para el gremio –que viene denunciando los problemas estructurales del sistema educativo porteño antes de la pandemia-, las escuelas no están preparadas para sostener clases presenciales en el marco de la emergencia sanitaria dado que desde el gobierno dirigido por Horario Rodríguez Larreta no se designó ningún presupuesto de emergencia para acondicionarlas.
“Nosotros somos los primeros que queremos volver al aula, porque estamos trabajando y porque nuestro lugar es el aula. Pero la pandemia en nuestro país no ha tocado techo. En la Ciudad de Buenos Aires estamos en unos 900 casos diarios. Y entendemos que la apertura de las escuelas no va a mejorar este panorama. No es un capricho: no queremos la presencialidad porque no están dadas las condiciones. Hay experiencias en nuestro país donde provincias como San Juan o Catamarca, que tenían un relativo bajo porcentaje de casos de COVID-19, abrieron las escuelas y casi de inmediato tuvieron que volver sobre sus pasos porque empezó el crecimiento de los contagios”, agregó Adaro.
En la misma línea, UTE –el otro gremio mayoritario en representación de los docentes porteños- reafirmó “la necesidad de garantizar la provisión de dispositivos y conectividad a las y los 6.500 estudiantes que lo necesitan hasta tanto la circulación del virus sea baja o nula”, e instó a seguir educando “en modalidad a distancia en contexto de pandemia”. También acusó a Larreta y Acuña de priorizar “el marketing por sobre la salud de las y los estudiantes, sus familias, los trabajadores y las trabajadoras de la Educación en un distrito en el que la cantidad de casos sigue siendo muy alta”. Y convocó a la Retención de Servicios Educativos Presenciales.
Experimentar con los más vulnerables
Mientras, Acuña anticipó una instancia de evaluación y calificación de contenidos a fin de año y la implementación de una “escuela de verano en enero” para fortalecer lo aprendido. De igual manera, informó que se evalúa adelantar un mes el inicio de clases en el período 2021 para recuperar lo perdido durante la pandemia.
Para Adaro, la vuelta a clases presenciales en este contexto va a contramano también de lo que piden las familias de los chicos en edad escolar.
“La pandemia no es igual para todos. No es lo mismo reponerse de un cuadro de COVID-19 para las personas que tienen cubiertas sus necesidades de salud que para los que no tienen nada. Y acá el experimento se está haciendo con los 6.500 alumnos y alumnas que no tuvieron conectividad, que precisamente pertenecen a los sectores más periféricos de la ciudad, los más golpeados por la crisis –consideró el dirigente gremial-. Nosotros estamos en contacto con las familias, yendo a las escuelas cada quince días para la entrega de los bolsones y del material didáctico. Y de esa relación lo que surge es la preocupación sobre en qué condiciones se vuelve a las aulas. Estamos representando lo que la mayoría piensa, que es que no hay condiciones para volver”.
Foto: BAE Negocios