Redacción Canal Abierto | En las últimas semanas, los portales de noticias buscaron instalar -una vez más- en la agenda pública al que fuera el enemigo público por excelencia durante el macrismo: los mapuches. Es que, a partir de conflictos territoriales puntuales, la prensa hegemónica no dudó en construir un escenario en el que comunidades supuestamente violentas y extranjeras habrían aprovechado una aparente inacción estatal para atemorizar y expulsar a legítimos propietarios de sus tierras patagónicas.
Todo esto pese a que en el más resonante y mediático de los últimos casos, el de El Foyel, la mayoría de los ocupantes se retiraron sin resistencia a pocos días de iniciado el conflicto. De todos modos, la atención periodística se centró únicamente en el “peligro” que pesaba sobre los actuales acupantes -la familia Soriani-, sin mencionar si quiera el reclamo que desde 2003 sostiene la familia Gallardo para recuperar las tierras que les habrían sido arrebatas de forma irregular.
También te puede interesar: Argentina y la matanza silenciada
“La cobertura mediática de la prensa hegemónica no suele encuadrar o pensar estas acciones en un conflicto social con raigambre histórica, sino en acciones de delincuencia o vandalismo. En definitiva, lo que hay de fondo es un pedido abierto de represión, sin la adecuada reflexión sobre el proceso histórico de despojo y sometimiento, de una política estatal genocida y sus consecuencias”, explica en esta entrevista con Canal Abierto el integrante de la Red de Investigadores en Genocidio y Política Indígena, Mariano Nagy. “En todo caso, cuando se retoma lo histórico, se suele caer en un sentido común que suele ser atractivo por su simplismo: `los mapuches no son argentinos, vinieron de Chile y entonces no tienen derechos, son delincuentes, etc.´”.
Sobre la discusión histórica en torno a cómo se edificaron los latifundios pampeanos y patagónicos, el historiador señala: “Hay millones de hectáreas apropiadas o mal vendidas, incluso con gente y recursos adentro, a magnates extranjeros. Ahora, no vaya a ser que una comunidad indígena se acomode en un sector: recién ahí pareciera estar en riesgo la columna vertebral de `lo que somos´, como si nuestra identidad se estuviera poniendo en riesgo ante el avance de indígenas `extranjeros´, `salvajes´ y `bárbaros´”.
“En términos generales, hubo una mayor actualización y problematización de estas discusiones en la escuela que en los medios hegemónicos. Y si bien es cierto que cada vez más gente se informa por canales o medios alternativos, es muy difícil competir con el nivel de fijación e instalación de agenda que tienen –por ejemplo– Clarín, La Nación o Infobae”, analiza Mariano Nagy, quien en este diálogo aborda los silencios y complicidades del relato oficial, la relación entre el Estado y el mercado, y cómo opera la reconstrucción histórica de los conflictos territoriales.
También te puede interesar: Qué se esconde detrás de la criminalización a los mapuches
Entrevista: Diego Leonoff (@leonoffdiego)