Redacción Canal Abierto | Aunque aún no está confirmada la fecha, el ministro de Economía, Martín Guzmán, prevé viajar a Washington con el objetivo de acelerar negociaciones con el Fondo Monetario Internacional y cerrar un acuerdo antes de mayo.
Hasta el momento, Guzmán baraja la misma propuesta que llevó a los bonistas en agosto del año pasado: posponer entre 7 y 10 años el plazo de los vencimientos. De esta manera se desembolsaría el pago en 2025 y no en septiembre de 2021 como establecía el acuerdo anterior. Desde el Gobierno apuestan a cerrar este acuerdo con el FMI antes de encarar una nueva negociación con el Club de París.
El economista y ex titular de la Unidad de Información Financiera (UIF), José Sbattella, dialogó con Canal Abierto y se refirió a los posibles escenarios de negociación, las irresponsabilidades del FMI, y el camino hacia la recuperación económica pos pandemia en Argentina.
¿Qué es lo que se espera que pase en esta negociación?
-En principio, lo que hay que reconocer es postergar los pagos. De esta manera, el Gobierno se autolimita en la pretensión de usar los errores que cometió el Fondo Monetario al financiar sin ningún criterio racional este préstamo de US$44.000 millones. Se puede llegar a entender que la estrategia es no hacer olas ni conflictos en este momento de pandemia y donde la situación económica heredada ha sido un desastre, pero lo que se está perdiendo es la oportunidad de usar ese error en la política del FMI, donde claramente quedó fuera de los cánones que históricamente tenía que cumplir. Ahora, solo se está tratando de pasar los pagos a diez años en un esquema donde se ganarían cuatro años de no pagar, de acuerdo a lo trascendido, pero en los últimos seis hay que pagar los US$44.000 millones. No hay posibilidad de que haya quita ni algún beneficio extra en lo que es la deuda.
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En esta situación se convalida todo ese accionar del Fondo y, de la misma manera, se blanquearía la política del macrismo de sobreendeudamiento alevoso, y el destino de ese dinero que ingresó también quedaría licuado en el sentido de que se estaría legalizando toda una política. Ese es el error. Lo beneficioso sería que en esta administración no habría exigencias y existiría una posibilidad –en la salida de la pandemia- de reactivación económica, que naturalmente se va a dar.
¿O sea que el escenario de flexibilidad que el Fondo tiene en estos momentos por la crisis sanitaria, y el error de haber otorgado el crédito hoy juegan a favor del Gobierno argentino?
-Aparentemente, porque en realidad sería lamentable que además de pagar tengamos que tener cumplimiento con las históricas políticas del Fondo. Lo que debería aceptar el FMI es no pagar la deuda a costa de la reactivación interna y del bienestar de los argentinos, por lo menos en el corto plazo que corre. Si en medio de la pandemia hay que cumplir con las políticas históricas del FMI (equilibrio fiscal inmediato, congelamiento de salarios y jubilaciones, flexibilidad laboral) cada vez que se renegocia, entiendo que habría que aprovechar la coyuntura para no esperar el cumplimiento de estas exigencias. Si el error es del Fondo, bastante es que se les pague. La situación admite decirle al Fondo que no pida locuras.
Entonces, ¿se puede pensar que no habría lugar para ajustes, ya sea por parte del FMI o como estrategia de Guzmán?
-Insisto, sería lamentable que además de pagarles tengamos que cumplir condicionalidades. Al pagar se le está concediendo algo que perfectamente Argentina podría exigirle al Fondo que, por el incumplimiento de los propios estatutos, que no paguemos un préstamo que es totalmente antiestatutario en el FMI, donde además Argentina es miembro y tiene voto.
Estamos en un año electoral. Si esta especie de “jugada maestra” de Guzmán sale bien, ¿favorecería al Frente de Todos?
-Si hay una reactivación después de la pandemia y culmina con éxito la vacunación, se liberaría una cantidad de fuerzas que quedaron muy apretadas y que llevaron a los datos estadísticos más feos de la historia económica argentina por los años de Macri y la epidemia del COVID-19. Entonces, es natural que haya una reactivación y que eso favorezca la mayoría que le falta al Frente de Todos. El tema es que si el Fondo pide restricciones a la expansión del mercado interno y sus famosos ajustes eso se vería debilitado. Es por eso también que no deberían aceptarse las condicionalidades del FMI.
De haber condiciones, ¿es posible que el ministro rechace ese acuerdo?
-En las negociaciones con los bonistas que no eran del Fondo se vio claramente la necesidad de postergar los plazos. Pedir un acuerdo que no requiera las condicionalidades del Fondo es difícil pero, de mínima, lo que hay que hacer por un poco de dignidad es pedir eso. Ya que le van a pagar a posteriori, que no haya condicionalidades. Supongo que ese será el escenario.
¿A futuro? ¿Qué se espera para la economía argentina pos pandemia?
-Desde el punto de vista del funcionamiento económico, son impresionantes las demandas salariales que quedaron postergadas desde el macrismo hasta acá. Va a haber un movimiento fuerte de recuperación salarial perdida en las negociaciones paritarias, sobre todo en el sector público.
Es muy probable que haya una posibilidad de recuperación vía salarios, no por otras variables. Eso es lo que va a determinar un poco la tensión social de los meses que vienen.
¿Y cómo se recuperan los salarios?
-Esto se alcanza dejando las paritarias libres, sin topes, que recuperen los puntos perdidos de inflación, que en la época de Macri estuvo alrededor del 20%, sumado al deterioro que se produjo en la pandemia. Eso es sano que ocurra porque va a ser el motor de la recuperación interna.