Redacción Canal Abierto | Entre el 18 de agosto de 2020 y el 1 de febrero de 2021, Argentina acumuló un 36% de aumento en los combustibles, básicamente la inflación con la que concluyó el año pasado sólo en seis meses.
¿Qué hay detrás de estos incrementos? ¿Cuáles son los elementos que intervienen en el esquema de formación de costos de la cadena productiva de los combustibles? El especialista en energía del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas, Gustavo Lahoud, lo explica a través de un repaso por los últimos acontecimientos y vaticina los posibles escenarios a futuro.
La crisis de YPF
“Hay varias cuestiones combinadas. Por un lado está el problema financiero y el flujo de caja de YPF, que es la principal empresa de hidrocarburos del país y controla el 57% del mercado de expendio de los combustibles”, expresa Lahoud.
La crisis de demanda energética comenzó en abril/mayo de 2019, la cual se incrementó con el comienzo de la pandemia. A nivel global, la crisis sanitaria generó un remezón económico muy importante en todas las petroleras. YPF, al ser la más importante de Argentina, tiene el 60% de su flujo de caja vinculado a la venta de combustibles. “Esa es la primera razón por la que en agosto decidió generar aumentos hormiga, programados mes a mes para empezar a reconstituir esa caja”, dice el especialista.
Por otra parte, YPF se encuentra en plena renegociación de su deuda y con una perspectiva de incremento de sus inversiones muy dificultada para 2021. En este sentido, Lahoud sostiene: “Allí hay un primer elemento de por qué el Gobierno decidió dar vía libre a estos aumentos. Y, como el mercado de combustible está muy concentrado, el resto de las operadoras se vio en la necesidad de hacer lo mismo”.
El impuesto a los combustibles líquidos
Otra variante en el aumento de las naftas es el impuesto a los combustibles líquidos y al dióxido de carbono. Este se actualiza por trimestre en función al índice inflacionario de devolución. Tras las PASO, la actualización quedó suspendida y durante los primeros meses de 2020 no hubo aumentos, producto de la situación económica heredada de la gestión del Gobierno anterior.
“Esta actualización trimestral se fue haciendo a través de sucesivos decretos desde agosto en adelante y ahora llegamos nosotros a tener la última actualización del tercer trimestre de 2020 que se va a ser recién en marzo. Y en ese mismo mes vamos a tener un nuevo aumento en los combustibles, esta vez vinculado a la corrección de la variable impositiva”, completa Lahoud.
Los biocombustibles
Un componente más a la hora de fijar precios es el de los biocombustibles. A comienzos de este año, el Gobierno decidió aumentarlos. ¿Qué tienen que ver los biocombustibles con los precios de las naftas en surtidor? En primer lugar, desde que comenzó la producción de biodiesel en Argentina, la producción de gasoil se corta técnicamente con biodiesel, obtenido principalmente de soja u otro oleaginoso.
“En enero, cuando se produce el aumento del 60% en el precio del biodiesel y el 33% del bioetanol –presente en las naftas-, se explica a primera vista por qué estamos viviendo estos movimientos de precios permanentes que parecen no parar”, afirma el especialista del IPyPP.
El precio del crudo
Por último, un componente más que interviene en la formación de los precios finales de los combustibles es la cotización internacional del barril de crudo. Sobre esto, el referente de Energía del IPyPP, explica: “Argentina tiene un precio interno del barril. Entonces ahí tenés un componente más de implantación de un precio internacional que cuando sube, lamentablemente se transforma en una fuerza más para que se manifieste en el precio del combustible. Nosotros hasta hace unos meses no la teníamos, pero como estamos en pandemia, una baja importante en la producción a nivel mundial se reflejó en el país”.
Si bien se empezó a ver una lenta demostración del precio del petróleo, Argentina sigue el valor del barril Brent, que estaba entre US$20 y US$20 hace unos meses y hoy está en US$ 57. Si hay un aumento persistente como hemos tenido estos meses, el precio del petróleo presiona en el surtidor. En definitiva, lo que se paga al adquirir un litro de nafta o un litro de gasoil son básicamente estos elementos.
Para Lahoud, “esto lamentablemente va a seguir presionando sobre la evolución alcista. En el Gobierno se sabe muy bien, por eso uno hace una interpelación para que nos sentemos entre todos los sectores y analicemos la composición de costos y el funcionamiento en términos de rentabilidad de los sectores, pero que también las empresas se comprometan a trabajar bajo un esquema de eficiencia en materia de costos para que lo que se traslade sea algo sostenible para el bolsillo del ciudadano. En esto el Gobierno tiene que tener un rol regulador fundamental que lo debería jugar a través de YPF, que es quien concentra el mercado”.
Y agrega: “Esta es una situación que no puede ser sostenible en los próximos meses y que habla de la necesidad de recuperar una estrategia nacional en materia energética. Esto es lo que no está pasando definitivamente porque YPF sigue operando como una empresa privada -que de hecho lo es, pero como asesoría estatal- y el Estado debería poder reflejar en el management de la empresa la defensa de los intereses de los ciudadanos argentinos”.
El alimento de la inflación
Si bien las tarifas de gas, luz y agua se encuentran congeladas por Decreto de Necesidad y Urgencia, el movimiento en los precios de combustibles genera preocupación puesto que éste es un insumo básico de cualquier cadena productiva y un componente esencial para la economía, junto con las tarifas para los agrarios. “Si el combustible se mueve, así sea con aumento hormiga mes a mes, lo que vos tienes garantizado es un aumento inflacionario permanente, más en el contexto en que estamos donde terminamos diciembre con un 4 % de inflación y al parecer el INDEC establecería un 4% para enero 2021”, dice Lahoud.
Entonces, a partir de todas estas actualizaciones, ¿qué nos espera a futuro? “Si los aumentos continúan aún de esta manera tenemos una situación compleja porque sigue empujando a la inflación. Esto da cuenta de la inexistencia de una coordinación macroeconómica importante en el equipo de gobierno, en áreas como Economía y el Banco Central”, precisa Lahoud.
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