Redacción Canal Abierto | Luego del 4,3% de diciembre, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que acaba de publicar el INDEC cerró en 4% para enero, lo que significó una variación interanual del 38,5% en relación con enero de 2020 y la confirmación de que la inflación aún no se desacelera.
El número –que junto con diciembre fue el más alto de los últimos doce meses- subió empujado por el rubro Comunicación, que aumentó un 15,1%, seguido por Restaurantes y hoteles (5,4%), Alimentos y bebidas no alcohólicas (4,8%), Recreación y cultura (4,8%), Transporte (4,6%), y Bebidas alcohólicas y tabaco (4,5%).
En cuanto a regiones, la más afectada fue el Noroeste argentino, donde el IPC fue del 5,5% y donde menos se sintió fue en el Gran Buenos Aires (3,3%).
En lo que refiere a los alimentos, el rubro más sensible al bolsillo, lo que empujó las subas fueron las carnes y derivados, frutas y aceites, y las grasas y manteca. Lo que menos subió fuer el azúcar, los dulces, el chocolate, las golosinas, las verduras, los tubérculos y las legumbres.
Por su parte, el rubro comunicación subió de la mano de los aumentos en los servicios de telefonía e internet y el transporte se encareció como producto de las subas en los combustibles y en los vehículos nuevos.
Los rubros Educación (0,6%) y Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles (1,1%) fueron las de menor incremento mensual.
Proyecciones
El IPC oficial está en línea con el que en estos días difundió el Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET), impulsado por la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), para enero.
El mismo había calculado que la canasta de consumo de los trabajadores formales se había incrementado 4% en relación a diciembre, empujada por los aumentos de telefonía celular, combustibles, cigarrillos y alimentos y bebidas.
Según el IET, “será difícil que la inflación desacelere significativamente si el ritmo de devaluación se mantiene como el de los últimos meses o si no se implementan mecanismos de desacople de los precios internacionales”.
En efecto, para el instituto las razones de la suba inflacionaria tiene que ver con la depreciación del tipo de cambio (que beneficia a la industria pero presiona sobre la inflación), las reaperturas de actividades que estuvieron cerradas durante la cuarentena más estricta de la pandemia, y el aumento en los precios internacionales de los commodities, que permiten aumentar reservas pero también presionan sobre los precios.
En tanto, el Gobierno confía en que la inflación anual para 2021 estará en el orden del 29%. Para lograrlo, tomó algunas medidas, como la reducción de la devaluación del Banco Central –que está en torno al 3% mensual- como forma de anclar la inflación al dólar. Y negocia un acuerdo de precios y salarios en reuniones que está teniendo esta semana con sindicalistas, sectores del agro, y empresarios de varios rubros.
Pero el mercado prevé una inflación bastante mayo. Según el último Relevamiento de las Expectativas del Mercado (REM), publicado el viernes por el Central, los analistas encuestados hablan de un IPC del orden del 50% para 2021, a pesar de todas las restricciones y controles que hay.