Redacción Canal Abierto | Cuando dos años y medio después del femicidio de Lucía Pérez el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 consideró que el mismo no había podido probarse, la respuesta de su familia escandaloso fallo fue pedir que se anulara el juicio.
Para agosto de 2020, la lucha inclaudicable de Marta Montero, su mamá, y resto de su familia había logrado que la sala 4 del Tribunal de Casación bonaerense anulara la sentencia y ordenara un nuevo juicio contra Matías Farías y Juan Pablo Offidani por abuso sexual y femicidio. Y hace pocos días, consiguió una nueva hazaña: la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires desestimó el recurso de la defensa para desechar la iniciativa.
“Hicimos todo ese camino con la pandemia. Ahora tenemos que esperar hasta el 28 de mayo, que vence el plazo para que la defensa apele. Creemos que lo van a hacer, ante la justicia federal. Pero la Corte bonaerense tiene la potestad de negar esa apelación”, explica Marta en diálogo con Canal Abierto, a quien en cuatro años las circunstancias la volvieron experta en cuestiones legales.
Y agrega: “Ya estamos buscando una nueva jurisdicción porque no queremos que el juicio sea en Mar del Plata, por la mafia y la corrupción que hay acá. Offidani padre es un escribano de la época de la dictadura, con vínculos en el Poder Judicial, en el Municipio. Fue hasta escribano del Banco Nación y presidente del Colegio de Escribanos”.
El camino hasta aquí
El 8 de octubre de 2016, Lucía Pérez, de 16 años, fue drogada, abusada y asesinada por tres hombres, y luego abandonada sin vida en el hospital de Playa Serena, en Mar del Plata.
El 26 de noviembre de 2018, el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 dictaminó que no se pudo probar que hubo abuso sexual ni que fue un femicidio, y condenó a Farías y Offidani a ocho años de prisión por la venta de estupefacientes. Alejandro Maciel, el tercer acusado, llegó a juicio sospechado de encubrimiento pero fue sobreseído.
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El femicidio de Lucía significó, aquel 19 de octubre de 2016, el primer paro nacional de mujeres. El fallo que lo negaba motivó, el 4 de diciembre de 2018, el segundo.
“Nosotros tenemos la misma convicción desde el primer día de que la mataron a Lucía. A mí ese fallo no me cambió la vida porque yo sabía que eso iba a pasar –asegura Marta-. Pensaron que nosotros, después de esa sentencia, íbamos a quedar aniquilados. Lejos de eso, aprendimos lo que es el Poder Judicial, y con las mismas herramientas que nos dieron empezamos a luchar. Dimos vuelta una sentencia, hoy Casación les niega la queja que están presentando. Lo hicimos con la lucha de una familia a la que le arrancaron una hija y encima después la presentan de la peor manera y se rieron en nuestra cara. ¿Ellos nos presentaron esta batalla? Bueno, nosotros estamos para seguirla”.