Redacción Canal Abierto | Cada 9 de septiembre se conmemora el Día del Síndrome Alcohólico Fetal (SAF). La fecha sirve para concientizar sobre los peligros de consumir alcohol durante el embarazo y la lactancia.
El Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo bonaerense elaboró un informe sobre el impacto de esta problemática a nivel global, y los indicios que existen sobre su incidencia en la Argentina.
Allí, las estadísticas muestran que, internacionalmente, alrededor del 10% de mujeres y cuerpos gestantes que consumen alcohol durante el embarazo dan a luz a un hijo o hija con este síndrome. En Argentina, la prevalencia estimada es de 19,2 casos por cada 10.000 nacidos vivos, por encima de la media mundial (14,6 casos).
En el país, actualmente el consumo de alcohol comienza a edad temprana, durante la adolescencia. En el 80% de los casos, arrancan antes de los 15 años. Si se tiene en cuenta que aproximadamente el 45% – 50% de los embarazos no son planificados, y que este porcentaje es aún mayor entre adolescentes, entre un 15% y 25% de las gestantes que consumen alcohol de manera excesiva expondrán al feto a cantidades significativas y peligrosas de alcohol antes de reconocer su estado de embarazo.
¿Qué es el Síndrome Alcohólico Fetal?
El SAF es la punta del iceberg del Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF), que se manifiesta con malformaciones faciales características. El diagnóstico clínico reposa en un grupo compuesto por tres elementos semiológicos que constituyen el conjunto nuclear de las manifestaciones del síndrome:
- Retraso del crecimiento intrauterino y extrauterino
- Dismorfismo facial característico
- Anomalías morfofuncionales del neurodesarrollo en el Sistema Nervioso Central (SNC)
Si bien no existe evidencia científica suficiente para definir ningún umbral de consumo seguro de alcohol durante el embarazo, la abstinencia es la opción más prudente para una persona que está o podría quedar embarazada.
El SAF provoca daño cerebral y problemas de crecimiento que varían según el niño, pero los defectos provocados por este síndrome son irreversibles. Si hay sospechas de que el niño tiene SAF, se recomienda una visita al médico lo antes posible. El diagnóstico temprano puede ayudar a reducir algunos problemas, por ejemplo, dificultades de aprendizaje y problemas de conducta.
Defectos físicos
- Rasgos faciales característicos, entre ellos, ojos pequeños, el labio superior excepcionalmente delgado, nariz corta y hacia arriba, y superficie de la piel lisa entre la nariz y el labio superior
- Deformidad de las articulaciones, extremidades y dedos
- Crecimiento físico lento, antes y después del nacimiento
- Dificultades de la visión o problemas de audición
- Perímetro de la cabeza y tamaño del cerebro pequeño
- Defectos cardíacos y problemas en los riñones y los huesos
Problemas cerebrales y del sistema nervioso central
- Coordinación o equilibrio deficientes
- Discapacidad intelectual, trastornos del aprendizaje y retraso en el desarrollo
- Mala memoria
- Problema de atención y para procesar la información
- Dificultad para razonar y resolver problemas
- Dificultad para identificar las consecuencias de las decisiones
- Habilidades de razonamiento deficientes
- Nerviosismo o hiperactividad
- Cambios repentinos de humor
Problemas sociales y de comportamiento
- Dificultad en la escuela
- Problemas para relacionarse con los demás
- Habilidades sociales deficientes
- Problemas para adaptarse al cambio o para cambiar de una tarea a otra
- Problemas de comportamiento y de control de los impulsos
- Concepto de tiempo deficiente
- Problemas para concentrarse en una tarea
- Dificultad para planificar o trabajar hacia un objetivo
Causas
Durante el embarazo, si se bebe alcohol, éste ingresa al torrente sanguíneo de la persona gestante, cruza la placenta y llega al feto en desarrollo. El alcohol se concentra en cantidades mayores en el feto, lo que hace que éste lo metabolice mucho más lento que un adulto.
El alcohol interfiere en el suministro de oxígeno y la nutrición óptima del bebé en desarrollo. Es por ello que la exposición a estas sustancias puede el desarrollo de tejidos y órganos, o provocar daños permanentes en el cerebro del feto.
Como resultado de la ingesta de alcohol durante el primer trimestre, se puede producir el deterioro de los rasgos faciales, el corazón y otros órganos, como los huesos y el sistema nervioso central. Es en ese momento cuando estas partes del feto están en las etapas claves de desarrollo. Sin embargo, el riesgo está presente en cualquier momento durante el embarazo.