Por Federico Chechele | Esta semana hubo una noticia que conmovió al mundo de la política. En el marco de las elecciones que se llevaron a cabo en Alemania para elegir la sucesión de Ángela Merkel, los habitantes de Berlín además votaron un referéndum para elevar el proyecto de expropiación de más de 240 mil viviendas con el fin de bajar el costo de los alquileres. La propuesta ganó por el 56% de los votos.
Esta noticia trajo aparejada varias lecturas en el largo trecho hacia la Argentina en la víspera del inicio de la campaña electoral oficial de cara a los comicios generales que tendrán lugar el 14 de noviembre. En primer lugar, el uso de una herramienta democrática como lo es el referéndum para que el pueblo brinde su opinión a la hora de resolver temas. En segundo lugar, la decisión de una de las capitales más importantes del mundo para solucionar su problemática habitacional; y en tercer lugar, que la medida parezca anticapitalista en el corazón del capitalismo. En síntesis, una decisión que interpela al gobierno nacional para alcanzar convicciones y ejecutarlas, pero también a la oposición de derecha que resuelve estos problemas con desalojos violentos como el que se realizó en la Villa 31 por orden de Horacio Rodríguez Larreta.
Ayer se supo que el expresidente Mauricio Macri fue citado a indagatoria por el espionaje a familiares de marinos del ARA San Juan y tendrá que comparecer ante la justicia el próximo 7 de octubre. Previamente le fue notificado que se le prohíbe salir del país aunque en estos momentos se encuentra en el exterior. Por este mismo hecho, se dispuso también el procesamiento de la cúpula de aquella AFI macrista.
Quizás no la vio venir cuando, al principio de la semana, el ex presidente agitó la interna que tiene con Patricia Bullrich al compartir en sus redes sociales una denuncia por campaña sucia contra la titular del PRO al felicitar al diputado riojano Julio Sahad por bajarse de las elecciones del 14 de noviembre para evitar que el peronismo se quede con las dos bancas en juego en esa provincia. Pero no se quedó ahí: mientras existe un coqueteo mediático entre Bullrich y Javier Milei para aunar recursos derechistas de cara al 2023, Macri se metió en el medio e hizo trascender que está tejiendo acuerdos con el economista fan de Domingo Cavallo. En el camino, Martín Tetaz, el periodista independiente que trabajaba para el Grupo Clarín, afiliado a la UCR desde que cumplió 18 años y que hoy acompaña el armado de Larreta como candidato a diputado por la Ciudad, dijo que Macri no es el líder de Juntos por el Cambio y sufrió el hostigamiento de los trolls macristas.
Además pasó algo impensado: los focus groups macristas volvieron a tropezar e hicieron a un lado la frase “cuando el enemigo se equivoca, no lo interrumpas” y revivieron a Nicolás Dujovne, Marcos Peña y Guillermo Dietrich, parte de lo que fue aquel “mejor equipo de los últimos 50 años”. Dujovne salió a cuestionar la gestión económica del gobierno y defendió el acuerdo contraído por él con el FMI; Peña apareció como “asesor externo” de María Eugenia Vidal y criticó la estrategia electoral del larretismo y Dietrich se fotografió en La Plata junto al intendente Julio Garro y se jactó de un paso a nivel, una obra realizada bajo su gestión…
Pero hubo más. Envalentonados por los resultados de las PASO, el macrismo comenzó la embestida para quedarse con la presidencia de la Cámara de Diputados. Vidal se alió a Patricia Bullrich y Elisa Carrió para reclamar la titularidad cuando en diciembre se renueven las autoridades de la Cámara Baja que actualmente preside Sergio Massa. Están convencidos que se repetirán los resultados, y si concreta, el Frente de Todos quedará lejos del quórum propio y con pocos aliados. Si los números no los acompañan, ya enviaron a su editorialista preferido Carlos Pagni para instalar la idea de fraude. El periodista del establishment disparó la teoría de que el peronismo está “convenciendo” a los fiscales para fraguar el conteo. Dato: Macri descontó casi 10 puntos entre las PASO y las elecciones generales de 2019 sin que nadie hablara de fraude.
Finalmente, Juntos por el Cambio ratificó su plataforma de campaña e insistió en una “reforma laboral” para que haya creación de empleos. A través del candidato Ricardo López Murphy, instaron esta semana en eliminar la indemnización por despidos “para que las pymes puedan contratar” a quienes “no logran reinsertarse en el mercado laboral”. Como en el torneo de Wimbledon, muestran pureza y juegan todos de blancos pero están manchados de verde.
***
Mientras tanto, el Gobierno quiere instalar la idea de que “acá no pasó nada”. Pusieron en primer plano a Juan Manzur durante toda la semana, se intentó mostrar que se logró recuperar la agenda y se realizaron anuncios que no terminan de impactar económicamente en la sociedad, llámese electorado.
A su vez, el presidente Alberto Fernández resignó protagonismo y se corrió de la escena política. No participó de los anuncios y se mostró en charlas barriales junto a los ciudadanos. Salvo en el acto del jueves en el cual Julián Domínguez logró juntarlo con Cristina Kirchner. La vicepresidenta volvió a la Casa Rosada luego de estar sólo en dos oportunidades desde que el Frente de Todos es gobierno. La primera vez fue para anunciar el acuerdo con bonistas y la segunda para el velorio de Diego Maradona.
En un plano más cotidiano para la mayoría de la población, esta semana se conocieron los datos que nadie quiere ver. La pobreza trepó al 40,6% en la primera mitad del año y alcanzó a 18,8 millones de personas en todo el país. Mientras que la indigencia fue del 10,7% en la primera parte de 2021.
El Gobierno se reparte entre reordenar la gestión y recuperar los votos perdidos en las PASO para llegar más holgado a las elecciones de noviembre. Sabe que se perdieron 5 millones y medio de votos entre 2019 y 2021, un número difícil de recuperar. También reconoce que la sociedad no mide a la hora de castigar con el voto. En el 2015 optó por buscar otra alternativa; en el 2019 dio por terminado un nuevo experimento neoliberal y semanas atrás se cansó de la falta de respuestas. Con este escenario, el Gobierno presentó en las últimas semanas la ley de Presupuesto que viene guionado por el FMI; el proyecto de ley de hidrocarburos y la ley de “Fomento al Desarrollo Agroindustrial”; nada para vanagloriarse. Mientras tanto, siguen en espera los anuncios del nuevo IFE y los bonos a jubilados y a las AUH.