Redacción Canal Abierto | La cooperativa textil Nueva Generación ubicada en la localidad de Wilde enfrenta por estas horas una situación que la deja al borde de un desalojo que de concretarse dejará a 84 familias sin sustento.
En la tarde de ayer, se acercó a la planta en la que funciona el taller un oficial de justicia a notificar una orden de desalojo como producto de una causa legal con muchas zonas confusas. El lugar fue adquirido por la Nueva Generación en 2005 y en 2011 una persona inició una causa aduciendo que era el legítimo dueño. «Es una situación rara porque en un mes tuvo título de propiedad», explica a Canal Abierto la presidenta de la cooperativa, Alicia Gutiérrez.
«Nosotros construimos en un baldío y de repente vino este señor a decirnos que él era el dueño, que él lo había comprado y que había escriturado a nombre de él y ahí comenzó el juicio. El episodio muestra aparentemente que es una persona o unas personas que están muy acostumbradas a hacer esto. Viene, muestra todo y te lo ató con moño como el dueño del lugar», sigue su narración.
Uno de los puntos que los textiles tienen en su favor es el reconocimiento por parte de las autoridades. En 2012 se logró una ley de expropiación del Senado bonaerense, pero esta cayó en 2017. Por su parte la Municipalidad de Avellaneda condonó todas las deudas que el inmueble arrastraba de dueños anteriores para posibilitar que el trabajo de la cooperativa no se fuera en afrontar costos que no les correspondían. Fue también para esa misma época que recibieron subsidios de INAES. También lograron inscribirse como proveedores del Estado.
«Esta persona dice haberlo comprado en el 2011, que lo comprobó ante la Justicia y la Justicia le dio la razón. Pero nunca entró, no conoce el lugar ni sabe qué es lo que compró. Es todo muy raro. El tema final y el desenlace de esto es que somos 84 familias que nos quedamos sin trabajo», lamenta la trabajadora.
Lo que desde hace unos años viene siendo una pesadilla burocrática para quienes trabajan en Nueva Generación, ayer tomó un primer coto de realidad. «Nosotros hablamos con todos los funcionarios en este momento, desde Presidencia de la Nación al ministerio Desarrollo Social; con la provincia de Buenos Aires y con Derechos Humanos. Con todos lo que te puedas imaginar, hemos hablado con todo el mundo. Pero no hemos tenido respuestas positivas y por eso ayer se presentó el oficial de justicia a la puerta diciéndonos que ya estamos desalojados y ahora estamos en guardias permanentes custodiando, esperando a la policía que nos venga a desalojar«.
A pesar de la indiferencia estatal, la cooperativa Nueva Generación ha tenido el apoyo y la solidaridad de los vecinos del barrio Los Tanos, en el que habitan. «La mayoría trabaja con nosotros en la cooperativa y otros colaboran. Somos parte y creo que en este barrio es el único lugar que tiene un servicio como el que tiene la cooperativa, abierto a la comunidad. Por eso la defensa al barrio, que es más bien de clase media baja. Imaginate que es gente tranquila que está muy dolida y nos han hecho cartas y todo el apoyo», relata Gutiérrez.
«Recién vinieron a comprarnos ropa porque de alguna manera se manifiesta que están con nosotros y que quieren ayudarnos. Inclusive muchos nos dicen ´si tuviese lugar en mi casa, les daría espacio porque esto es injusto´. Esto no tiene que suceder y mucho menos en una Argentina en la que hoy necesitamos incorporar puestos de trabajo a los desocupados, a los que tienen planes sociales. Y nosotros siempre somos los que le aliviamos la tarea al Estado en ese sentido«, concluye.
Foto: Pedro Pérez / Tiempo Argentino