Por Daniel Godoy* | Es evidente que la nueva oleada de contagios, la irrupción de la variante Omicron y el creciente nivel de cobertura poblacional mediante vacunas en la mayoría de los países del mundo son las nuevas composiciones de la actual etapa por la que atraviesa la Pandemia por COVID-19.
En este contexto y probablemente como parte integrante de este momento epidemiológico, el costo de vidas producto de la enfermedad (mortalidad) se ha reducido a una muy baja expresión.
Algunos observadores comienzan a entrever la posible extinción de la enfermedad tal como la conocimos hasta ahora, y su pasaje a una nueva forma de malestar estacional símil gripe.
Sin embargo, la prudencia y la toma de decisiones momento a momento parecen ser las herramientas más eficaces y razonables.
Omicron, surgida en noviembre 2021 en Sudáfrica, ha generado un estallido de casos sin precedentes y una baja letalidad y riesgo de hospitalización -la mitad o un tercio respecto de variante Delta, por ejemplo-.
Nada puede asegurar que no aparezcan en éste 2022 nuevas variantes que se agreguen a las cinco en circulación.
Es probable que la desigualdad global en la vacunación, sobre todo en el continente africano, siga permitiendo la circulación del virus y favoreciendo la aparición de nuevas variantes.
La mayoría de los países de Europa en época invernal, viven momentos de incremento acelerado de la incidencia (Francia, Italia, España, Reino Unido, Turquía, Alemania, a la cabeza), y casi ninguno ha entrado en periodo de meseta o declive.
Para la Región de las Américas, hemos pasado según OPS (Organización Panamericana de la Salud) de “3,4 millones de casos el 1 de enero a 6,1 millones el 8 de enero. Para comparar con el año pasado, durante la semana que finalizó el 8 de enero de 2021, las Américas habían notificado un total de 2,4 millones de casos, mientras que este año para la misma fecha había 6 millones de casos notificados, lo que representa un aumento del 250% de un año a otro. Todas las miradas están puestas en Omicron, que ha llegado a casi todos los países del mundo, incluyendo 42 países y territorios en las Américas”.
Argentina vive un periodo similar
En los últimos 28 días hemos tenido registro de 1.4 millones de casos nuevos, la mitad de ellos (55.6 %) a expensas de la población de 20 a 40 años. Poco (11.3 %) menores de 19 años, y muy poquito los adultos y las adultas mayores (8.6 % mayores de 60 años).
Los fallecimientos en el país en el mismo periodo fueron 813 casos, o sea una letalidad de 0.063 por ciento. Recordemos que la letalidad promedio de la primera y segunda ola fue entre 2 y 3 por ciento. La letalidad en Uruguay también en el último mes fue de 0.012 por ciento, casi idéntica a la del área metropolitana de Chile, y un poco más alta que en Lima, Perú: 1.01 por ciento.
Es en este panorama de vertiginosidad extrema en el crecimiento de casos (por segunda vez se rompe el record mundial con más de 3 millones de casos día), la bajísima letalidad y la persistente alza en la cobertura poblacional de vacunación (3 de 4 argentinos ya tienen su segunda dosis al menos), es que se han adoptado medidas que es necesario analizar su eficacia en el tiempo, como son la morigeración de los protocolos de aislamiento y el uso masivo de auto test.
Para el primer caso, tenemos el ejemplo cercano de Uruguay que sobre el fin de año emitió una norma similar, y la situación no ha generado desbordes epidemiológicos.
La crisis de ausentismo en los lugares de trabajo (cercana al 15 %) y el presunto resentimiento de algunas cadenas de aprovisionamiento han llegado a oídos del gobierno y probablemente ésta ha sido su respuesta.
Las causas de la actual velocidad de expansión del virus, tienen que ver más probablemente con las características de Omicron, la temporada de verano, los eventos y espacios de masividad extrema y cierta reducción de las alertas sociales.
El uso de auto determinaciones de COVID autorizado por la propia ANMAT, parece ser un recurso excepcional ante el colapso de los centros de testeo (Alemania autorizó su uso hasta el 31 de enero de 2022). La trazabilidad de casos es el talón de Aquiles de la medida, pero tampoco imposible de resolver.
La sencillez del método y su uso orientativo y programado, podrían ser pistas a seguir. En Reino Unido están disponibles de forma gratuita, en línea a través de los Centros oficiales, y Luxemburgo autoriza en farmacias a toda la población a 2 (dos) autopruebas semanales (martes y jueves) con reportes de reducción de incidencia de 50 por ciento evitando medidas restrictivas de carácter social.
Argentina “descansa” en un acertado comportamiento de políticas públicas de carácter integral (sobre todo sanitarias) que este gobierno implementó y que nos ubica en los marcos situacionales de la mayoría de los países.
Ya no estamos “mendigando” vacunas ni respiradores al Norte global, ya expandimos nuestra capacidad sanitaria instalada, ya le devolvimos al Estado su legitimidad, ya pasamos un momento de extrema gravedad y tensión de manera consistente.
Debemos ir por la agenda post pandemia, que corone el tramo pandémico con una priorización extrema de la agenda de las y los trabajadores de la Salud. Es necesario darle un cierre virtuoso al esfuerzo y los logros de un momento de tanta complejidad. Y que tuvo a las trabajadoras y trabajadores de la salud como las piezas más nobles y vigorosas.
Mejorar salario, achicar la brecha entre las provincias, promover una carrera sanitaria única nacional y constituir un ámbito paritario federal que comience a armonizar la parcelación penosa de nuestro Sistema Sanitario.
* Director de IDEP-SALUD de ATE ARGENTINA
Foto: Testeos en Mar del Plata / Cronista.com