Canal Abierto Radio | El próximo 22 de marzo, Argentina debería abonar uno de lo primeros vencimientos fuertes con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por 2.800 millones de dólares. En este marco, Alberto Fernández aprovechó el inicio de las sesiones ordinarias del Congreso para anunciar que en los próximos días se elevará al recinto el acuerdo que vienen trabajando desde el ejecutivo con el staff del organismo.

En comunicación con Canal Abierto Radio, el economista Alejandro López Mieres enumeró tres ejes para dar cuenta de la significación de este acuerdo para el país que se traducirían en «una reducción del déficit fiscal del 3% que estaba planificado al 2,5%; una reducción mucho más importante de la asistencia monetaria del Banco Central del Tesoro; y la acumulación de 5 mil millones de dólares en reservas al cabo del año 2022».

Cabe destacar, que las condiciones del acuerdo no son de público conocimiento más allá de algunas pre condiciones que fueron comunicadas e información que se filtró hace al menos diez días. Sin embargo, el anuncio del acuerdo por el Ministro de Economía, Martín Guzmán «generó un debate, renuncia de Máximo Kirchner incluida, respecto a si eso era o no un ajuste». «Lo que Guzmán nos dice es que si bien el déficit fiscal iba a disminuir, como la economía iba a crecer y aumentar la carga impositiva el gasto medido en términos reales, o sea deducido a la inflación, iba a ser positivo. Ahora las pre condiciones son muy complejas y vuelvo a lo que fue el debate donde vimos que esto fue un corte de fuego en el Frente de Todos (FdT) respecto a estas pre-condiciones porque en realidad para que esto sea posible no solamente hay que generar un crecimiento muy sostenido de la economía al cabo del tiempo, sino que además hay que mejorar la recaudación impositiva», indicó el especialista.

«Por otro lado, nos enteramos que esto va sin un paquete impositivo adicional, o sea que no íbamos a presenciar el impuesto a las grandes fortunas, que no iba a haber un aumento de retenciones y que el aumento en la recaudación adicionado al tema del crecimiento solamente iba a venir por una mejora en la recaudación impositiva», añadió López Mieres resaltando que la «infiltración» del modelo del memorándum de entendimiento con el FMI dio un poco de «claridad» sobre el asunto y el debate comenzó «a ser más profundo».

En este punto, el economista señaló «tres dimensiones del problema: criterios de rendimientos cuantitativos que un poco tiene que ver con lo que ya había dicho Guzmán con respecto al déficit fiscal; la asistencia del tesoro, tipo de cambio y acumulación reservas; pero también hay objetivos indicativos con puntos de referencia estructural». Y remarcó que «los ruidos que tiene el acuerdo con Argentina pertenecen a un problema endógeno e interno del establishmen estadounidense. Hay toda una discusión entre el sector demócrata globalista y el sector republicano que se autodenomina `continentalista´, o sea que considera que América Latina es el patio trasero de sus intereses».

«Cuando empezamos a ver el borrador cambia esta estructura porque habla de que se recalibraría todo el proceso del memorándum si se modifican las condiciones internacionales -por ejemplo una invasión de Rusia-Ucrania que implicaría una caída en el comercio global, una modificación en el precio de los commodities (algo que a argentina le favorece), una suba de la tasa de interés en EEUU-, en esos casos se va a volver a reconsiderar la política con el FMI», explicó López Mieres, expresando que si bien le «parece muy fuerte hablar de co-gobierno», habrán «revisiones que son vinculantes, o sea que todos los flujos que nosotros le tenemos que pagar al FMI por el acuerdo con Macri de acá al 2024, que suman actualmente 40 mil millones de dólares si retraemos lo que ya se pagó, va a ser dado por el FMI en este acuerdo de facilidades distendidas, que la misma letra dice que se puede rever».

Al respecto del «eje central del ajuste que son los subsidios», sostuvo que «dada la inelasticidad por estar de alguna forma vinculada la inflación con las jubilaciones y pensiones, o de los beneficios sociales, iba a ir sobre el tema de la segmentación con el 20% de aumento en tarifas para los sectores más pudientes». «Sin embargo, cuando se hacen los números finitos, esto no representa un número importante, era menor al 010% del Producto Bruto Interno (PBI) cuando el FMI está pidiendo, y lo vemos en el borrador, el 06%. O sea, está pidiendo seis veces más de ajuste con lo cual no alcanzaría esta segmentación y se calcula que el aumento debiera estar en el orden del 100% pero para el 70% de los usuarios. Imagínense el impacto en los bolsillos y los consumos de productos que podría tener sobre el pueblo, y esto también lo dice el acuerdo», advirtió.

A su vez, destacó que «como en los 90 se habla de la focalización del gasto social y para las empresas del Estado, o sea que también esto va a ir a consulta con el FMI, replicando un esquema vigente» en esa década. Además, sostuvo que el acuerdo «restringe transferencias directas a las provincias y empresas públicas» señalando que días atrás «se dio toda una discusión cuando se conoció que se iban a revisar los regímenes jubilatorios e incluso tuvo que salir el Presidente a decir que eso iba a ser sólo sobre la justicia pero qué va a pasar con el tema de los maestros e investigadores», cuestionó el economista comentando que «para que el esquema de Guzmán sea consistente hubiera necesitado impuestos nuevos o aumentar cuotas a los sectores más beneficiados pero de eso no hay absolutamente nada en el borrador», por lo que aseguró que «esta cuestión de la revisión permanente es central».

En cuanto a la reducción de «la asistencia monetaria al tesoro», afirmó que «es un golpe y una definición de contracción monetaria muy fuerte, algo que ya vivimos cuando fue el esquema del acuerdo monetario con Macri y la emisión cero» que en este caso «en teoría va a ser emisión 1% porque el 1% del PBI es lo máximo que el FMI va a aceptar de asistencia directa del Bco. Central al Tesoro».

Para entender qué significa esto esbozó un «esquema fiscal» donde al «2,5% que se va a admitir hay que sumarle un 1,6 de intereses de deuda, por lo que Argentina necesita juntar en el año 2022 el 4,1% de su producto para financiar. El 1% van a permitir que lo financie el Bco. Central, el 0,9 dice que van a permitir que lo financien organismos internacionales, y se espera que el mercado financiero banque el resto, lo que significa que los títulos públicos que el Tesoro está poniendo a disposición, que los emite tres veces por mes, van a ser la fuente de financiamiento y para que ocurra hay que subir las tasas de interés ya que hay que tener tasa de interés positiva respecto a la inflación», cosa que se «vino haciendo antes de la firma con el Fondo y la infiltración del borrador en enero y febrero».

«Esto obviamente tiene un impacto sobre el crédito y la actividad, son medidas recesivas que solamente pueden aplicarse en el corto plazo y no sostenidas en el tiempo, hay que decirlo y es muy importante porque en definitiva nosotros ya tuvimos una experiencia bastante nefasta con la firma del acuerdo con el FMI en 2018 y que lo vivimos con tasas de interés del 80%», indicó el economista. Y añadió: «El temor, el miedo, el pánico es que este acuerdo, cuya letra chica no conocemos, replique cosas de ese esquema y eso es lo no dicho».

«Conocemos algunas cosas de este borrador pero ahí no están las cuestiones técnicas y la letra chica de lo que puede venir, y eso lo vamos a saber recién en la presentación en el Congreso o cuando se defina, por eso está muy bien abrir el paraguas y analizar momento a momento lo que se va conociendo», dijo López Mieres.

En este sentido, refirió a la denuncia penal que presentó el Gobierno «vía la procuración del tesoro contra los responsables del préstamo de Macri, Nicolás Dujovne y tres ex presidentes del Bco. Central por defraudación al Estado, violación a los deberes de funcionario público y malversación de fondos. Ahí tanto el Bco. central, la procuración del Tesoro, la UIF, la sindicatura general de la nación y la oficina anticorrupción presentaron todos los elementos para que esto se haga». «El FMI violó sus estatutos, lo dice el mismo Fondo en este documento que se conoció en diciembre y que EEUU no quiso votar, donde se auto inculpa respecto a que Argentina debió hacer cosas junto con este acuerdo como por ejemplo el control de cambio, cerrar la cuenta capital y no permitir que se fuguen todos los dólares a otro lado», indicó.

Con respecto al impacto que tendría para Argentina el ataque de Rusia a Ucrania, el economista sostuvo que si bien «ningún conflicto de esta naturaleza puede ser bueno porque tiene un impacto directo sobre el comercio internacional, Argentina necesita conseguir dólares y aumentar sus exportaciones, eso es una realidad». «También es cierto que este tipo de situaciones sumado a la hiperliquidez que hay en el mundo; hay un elemento que no hay que soslayar producto de lo que fue la emisión gigante que hubo en los EEUU que subió sus activos, lo que termina teniendo un correlato en los commodities porque el petróleo está en 100 dólares, la soja en 600, valores que eran absolutamente impensables y que modifican la ecuación macroeconómica de argentina», analizó.

A su vez, anticipó que el país «va a tener una ventaja importante en la exportación de granos indudablemente, pero estamos teniendo un cuello de botella muy grande con el tema de la energía. El gas se triplicó el último año entre la potencialidad de este conflicto que estamos viendo en este momento. Rusia es el principal abastecedor de este producto, casi monopólico, en Europa y fijensé que a pesar de que están hablando de sanciones económicas muy severas a Rusia no se están tomando porque Alemania no levanta el pulgar porque si Rusia le baja el pulgar los alemanes si quedan sin gas. Están tratando de llevar las negociaciones a su punto más alto para que la sangre no llegue al río aunque ya hay sangre puesta en juego sin duda», lamentó.

En el caso de Argentina, «el tema de energía es muy conflictivo y en este sentido sería el elemento que le juega en contra porque si bien hay producción local, importa el 20% de Bolivia y el resto viene envasado en buques», remarcó. A su vez, refirió al impacto de la inflación en EEUU: «El dólar en los últimos años se devaluó un 10%, y para un país endeudado como Argentina con acreedores privados y con taza fija, la deuda real medida en dólares se licuó prácticamente», lo que calificó de «beneficioso» teniendo en cuenta que el país «va a seguir exportando commodities granarios, bienes intermedios o productos alimenticios procesados, pero esto va a ser central porque los precios van a seguir subiendo en la medida que el dólar se devalúe a nivel mundial».

Frente a este escenario, el economista sostuvo que con «un evento de esta naturaleza le juega en contra (a Argentina) porque hace que la mayoría de las inversiones financieras hagan lo que se llama `el vuelo a la calidad´ y el dólar se revalúe». «Son muchas las variables que se juegan a favor y en contra cuando se dan este tipo de situaciones. Por eso es algo complejo de analizar», finalizó Alejandro López Mieres.

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