Redacción Canal Abierto | A dos semanas de iniciado marzo, gremios, patronales y gobiernos avanzan en definir las pautas salariales para el año. Hasta el momento, pocos son los sectores que hayan logrado cerrar un acuerdo para este 2022. Sin embargo, hubo algunos que finalizaron las negociaciones del 2021 igualando o superando la inflación.
Los únicos acuerdos salariales de relevancia que se cerraron hasta ahora fueron la paritaria nacional docente con un 45,5%, con revisión en septiembre; y en la provincia de Buenos Aires el sector público que también está cerrando en torno al 41%.
La semana pasada trascendió que el Gobierno nacional fijó un piso de discusión en 40%, aduciendo que este porcentaje sería suficiente para no perder contra la inflación, aunque estableció una revisión para septiembre.
Al respecto, Luis Campos, coordinador del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma, señaló: “La pauta del 40% anual diría que es solamente discursiva y difícilmente haya alguna actividad que termine cerrando con esos números. Lo que va a terminar pasando es que el porcentaje final de los acuerdos va a terminar dependiendo mucho más de las revisiones de la segunda mitad del año”.
Asimismo, hizo hincapié en la incertidumbre que genera el aumento descontrolado de precios. “La pauta inflacionaria que prevé el acuerdo que se firmó con el FMI habla de una banda entre el 38% y 48% anual, pero con un 4% en enero, un 4,7% en febrero y con marzo que todo indica que va a estar incluso por encima de estos números, esa banda ya quedó desactualizada porque todo indica que la inflación va a estar por encima de ese 48%, y con un escenario de mucha incertidumbre de hasta dónde puede llegar”, añadió.
En este sentido, Campos vaticinó: “Vamos a un año donde las paritarias van a tener revisiones muy periódicas. Ya hay algunos acuerdos que firmaron la revisión en agosto. No sería raro que algunas de esas cláusulas se adelanten en un escenario de aumento de precios, es decir, si la inflación sube por encima de lo esperado en la primera mitad del año. Tampoco sería raro que ciertas actividades tengan acuerdos que se vayan a revisar con cierta periodicidad a lo largo del año. Sin dudas, incertidumbre es la palabra que caracteriza al año, tanto en materia de incrementos nominales de los salarios como incremento de precios”.
Y es que es justamente la inflación de los alimentos la que genera el malestar en los sectores que aún no han tenido noticias paritarias. En este escenario, ¿conviene especular o cerrar un acuerdo rápido?
Para Campos, hay dos situaciones posibles: “La especulación depende mucho de cada actividad y cada sector. En principio nunca es bueno postergar una discusión salarial si se puede cerrar un acuerdo que se haga efectivo lo más pronto posible, sobre todo en este contexto de incremento de precios. Pero también es cierto que en este escenario es muy difícil firmar un acuerdo sobre pautas que posiblemente en 15 días o en un mes queden desactualizadas. Ahí está el dilema de la situación que tiene que ver con la necesidad urgente de recomponer salarios pero al mismo tiempo de firmar acuerdos que no te aten de manos en caso de que esas pautas que tuviste en cuenta a la hora de negociar queden rápidamente desactualizadas y necesites volver a sentarte a discutir acuerdos salariales que todavía están muy en veremos”.
Por otra parte, advirtió que no sería extraño un cambio en las revisiones salariales. “No sería rara la idea de que algunas actividades terminen avanzando en firmar acuerdos trimestrales. De hecho ya SMATA viene con una modalidad así, Sanidad la consolidó en los últimos años. En Estaciones de Servicio se está hablando también de pasar a estas formas de acuerdos. Se trata de acortar los plazos para garantizar una revisión en menor tiempo. Es todo parte del mismo sendero de incertidumbre”, señaló.
El Salario Mínimo Vital y Móvil
El Consejo del Salario se reunirá este miércoles para comenzar la discusión de la pauta para este año. Actualmente el SMVM está fijado en $33.000, muy lejos de cubrir una canasta de bienes y servicios de un trabajador para asegurar su reproducción en condiciones mínimas.
“Este monto es tan bajo que cualquier aumento porcentual, por más importante que sea, va a terminar siendo insuficiente. Hay que tener en cuenta que hoy la canasta básica del INDEC para una familia de cuatro integrantes está por encima de los $80.000. Es cierto que el SMVM es para un trabajador sin carga familiar, pero da la pauta de la diferencia que hay entre el salario que es y lo que necesitaría un trabajador para poder reproducirse por encima de los niveles de pobreza”, destacó Campos.
Al mismo tiempo, añadió: “Al momento de discutir el SMVM no habría que poner el eje en los porcentajes si no tratar de determinar cuál es la canasta de bienes y servicios que un trabajador debería poder adquirir mínimamente con su salario, y en función de eso generar un plan para que en el menor tiempo posible el SMVM se acerque al costo de la canasta. Pero esta lamentablemente es una discusión que no se viene dando hace mucho tiempo en el Consejo del Salario”.
Trabajadores, los perdedores de esta ecuación
“Un escenario de incertidumbre no le sirve a nadie, y mucho menos a los trabajadores”, sostuvo Campos. Hace unos días se conocieron los datos de evolución salarial de los trabajadores registrados de enero, y en ese mes los salarios le ganaron a la inflación. En la variación interanual hubo un aumento en términos reales de un 4%, que es un incremento muy importante.
“Lo que pasa es que eso, en un contexto de inflación tan elevada, es un problema, no sólo porque no es sostenible en el corto y mediano plazo, sino porque además lo que uno gana en un mes lo puede perder en el mes siguiente, que es lo que básicamente estamos viendo en estos días donde gran parte de los bienes que las y los trabajadores necesitan comprar cotidianamente (alimentos sobre todo) están sufriendo aumentos muy importantes, con lo cual un aumento salarial que pudo verificarse hace 45 días ya hoy quedó completamente desactualizado”, finalizó el coordinador del Observatorio del Derecho Social.
Ilustración: Marcelo Spotti