Canal Abierto Radio | El 30 de marzo, se cumplieron 40 años de la gran movilización del movimiento obrero a Plaza de Mayo en 1982 para expresar el rechazo al gobierno militar. Mientras la dictadura comandada por Leopoldo Fortunato Galtieri planificaba mandar jóvenes a luchar a Malvinas, los trabajadores y organismos de Derechos Humanos sentenciaron el comienzo del final de la dictadura cívico-militar tomando las calles de todo el país.
“En el 82, ya estábamos institucionalizados y formábamos parte de la CGT Brasil que organizó y convocó el 30 de marzo de ese año en medio de una lucha nacional muy importante”, relató Víctor De Gennaro, dirigente y fundador de la CTA, en comunicación con Canal Abierto Radio.
“Acá fue el ‘se va a acabar, se va a acabar la dictadura militar’. Creo que fue el fin porque fuimos a Plaza de Mayo”, recordó el sindicalista que en esos años ya era dirigente gremial. A su vez, narró cronológicamente las acciones llevadas a cabo por el movimiento obrero y los organismos de Derechos Humanos, “los dos brazos de la pelea”, como los definió De Gennaro.
“La primer denuncia sobre los desaparecidos fue de la Comisión de los 25 en el 78, en Ginebra, para dar cuenta de lo que estaba sucediendo. En el 79 hubo un paro nacional con varios gremios, en 1980 se crea la CGT Brasil que se transformó en la referencia nacional más importante. Al año siguiente comenzó la marcha a San Cayetano con la consigna ‘Pan, Paz y Trabajo’ donde se confrontó con los policías; también en el 81 hubo un paro nacional y recorrimos el país acompañando otras luchas en los territorios. En el 82 se dijo ‘vamos a Plaza de Mayo, vamos a pelear la recuperación de las instituciones constitucionales’. Los trabajadores eran un brazo de la pelea, el otro brazo eran los DDHH con las Madres y Abuelas conformando una resistencia muy importante”, contó el militante.
En este punto, compartió “una anécdota de mucha conmoción cuando Nora Cortiñas entra en la noche del 30 de marzo de 1982 a una de las comisarías, se pone el pañuelo y es ovacionada por todos los los presos que no solo estaban en los calabozos porque eran miles. Ahí fue el final de la dictadura, después de Malvinas fue la huida”, sostuvo.
Asimismo, refirió a la articulación de estos “dos brazos de pelea” y su invisibilización: “La mancomunión entre los trabajadores y el movimiento de DDHH no se cuenta porque no conviene a los poderes de turno”, al igual que “la solidaridad latinoamericana de nuestro lado, mientras la OTAN y EEUU se ponían del lado de Inglaterra. Es importante recuperar ésto porque no se cuenta en la historia de los que ganan”, remarcó.
De Gennaro, reconoció la importancia de la resistencia de la clase trabajadora así como que “fue la castigada con las miles y miles de personas desaparecidas de las comisiones internas”. “Ese genocidio fue contra la clase trabajadora que junto a los movimientos de DDHH fuimos quienes volteamos a la dictadura militar sin una conducción estratégica porque Perón ya no estaba vivo”, manifestó.
“En todo el país se replicó esta marcha con un compañero lamentablemente asesinado en Mendoza y mucha represión en una Plaza de Mayo totalmente vallada”, contó destacando que “entender estos dos brazos es entender que son la clave para la discusión de estrategia en Argentina”.
A 40 años de dicha movilización, el país se encuentra en crisis económica con un reciente acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que no fue acompañado por la Central de Trabajadores de Argentina, en sus dos vertientes, y un elevado índice de pobreza. Sobre esta actualidad política, económica y social, De Gennaro expresó: “No es que no ganamos, hubo momentos de triunfo”.
Y añadió: “El Golpe a vino a terminar con la potencialidad del gobierno de los trabajadores y la recuperación de las instituciones constitucionales pero la pulseada evidentemente sigue. No es un tema de si estamos derrotados o ganamos definitivamente, pero sí luego de la dictadura se continuó tergiversando a los movimientos populares, primero con Menem en el PJ y luego con De la Rúa en la UCR, toda la década del 90 con dolarización. Y después la continuidad de Macri del 15 al 19”.
“Sigue siendo la misma discusión del campo popular y la posibilidad de emanciparse definitivamente, así que la pulseada sigue viva y por eso estamos recordando el 30 de marzo, lo que es un triunfo de la memoria”, concluyó.
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Foto de portada: archivo Hasenberg-Quaretti.