Redacción Canal Abierto | El caso de Flavia Saganías “está atravesado por un sinnúmero de violencias que fueron sistemáticamente desatendidas e invisibilizadas por los operadores jurídicos que en su momento tuvieron el caso penal en sus manos”. La definición de su abogado defensor, Carlos González Quintana, sintetiza los últimos cinco años de la vida de esta mujer cordobesa, madre de cinco hijos, cuyo derrotero se parece peligrosamente a una ficción kafkiana.
En una conferencia de prensa, que tuvo lugar este miércoles, su defensa y las organizaciones que la apoyan hicieron público el recurso de queja que acaban de elevar a la Corte Suprema, “última posibilidad concreta de que la sentencia condenatoria, de 23 años, a nuestra defendida, pueda ser revisada de manera integral y juzgada con perspectiva de género”, detalló el letrado.
El caso
La historia de Flavia comenzó en 2017, cuando notó cambios de conducta en su hija que evidenciaban que había sido víctima de abusos sexuales y acudió a la Fiscalía de Cosquín, a cargo en ese momento de Martín Bertone, para denunciar como abusador a su ex pareja, Gabriel Fernández. Por entonces, sus mellizos acababan de nacer y la niña victimizada tenía 7 años.
“Flavia en ningún momento buscó ajusticiamiento del abusador de su hija. Llegó al lugar donde debió haber sido informada de sus derechos como denunciante: contar con asesoramiento jurídico gratuito, saber que puede proponer peritos de control en instancias de pericias psicológicas, recibir una contención adecuada para ella y para la niña, o derecho a que su denuncia respete todos los protocolos que el abordaje que los delitos sexuales en las infancias señala. Nada de eso sucedió —detalló González Quintana—. En tiempo récord, el fiscal que tomó la denuncia decidió archivarla por no encontrar elementos de prueba para imputar a la persona denunciada, quien hoy por hoy ni siquiera está imputada, goza de su libertad, se maneja impunemente en su pueblo, hostiga a Flavia y a su familia, persigue a sus hijos en lugares públicos de la ciudad de Capilla del Monte”.
Ante la falta de respuesta de la Justicia y la agresividad del denunciado, Flavia hizo un posteo en Facebook para visibilizar su caso y buscar protección. La mamá y hermano de Flavia leyeron el posteo y se trasladaron de Buenos Aires a Córdoba para enfrentar a Fernández, a quien le ocasionaron lesiones físicas y daños materiales en la madrugada del 13 de agosto de 2017.
La Fiscalía entendió el posteo como “instigación a la violencia”, pese a que Flavia no estuvo en el lugar de los hechos, y tras ser denunciada por Fernández como autora intelectual del hecho y en un fallo sin precedentes, fue condenada por un jurado popular, integrado por 12 personas y los tres jueces que integran la Cámara del Crimen de Cruz del Eje a 23 de prisión. La prueba incriminatoria —según la sentencia— son dos llamadas telefónicas de su madre la noche anterior a los hechos, ninguna de las cuales superó el minuto.
Una sucesión de injusticias
El día que se conoció su sentencia, en noviembre de 2019, Flavia fue encarcelada en una prisión de máxima seguridad, violando todos los preceptos judiciales que dicen que una persona que llega a juicio en libertad puede mantener ese estado hasta que la sentencia quede firme.
“Lo que ha recibido Flavia es una sistemática injusticia continuada desde el día uno en el que acudió al lugar natural donde se denuncian los delitos que son las oficinas de los fiscales federales”, detalló su abogado en compañía de Zuleika Esnal (Actrices Argentinas), Daniela Rosso (madre protectora), Marcela Cano (abogada defensora de la niña) y Rodrigo López Tais (abogado integrante del equipo técnico de la defensa).
La mujer de 44 años permaneció siete meses en prisión hasta que sus defensores, con el apoyo de múltiples organizaciones, lograron su prisión domiciliaria, beneficio del que puede gozar hasta que sus hijos menores tengan 5 años, edad que sus mellizos acaban de cumplir.
En octubre del año pasado, el Tribunal Superior de Justicia de Córdoba rechazó el recurso de casación que presentó la defensa en 2020 para rever su condena. Ahora, el equipo solicitó a la Justicia de Cruz del Eje, donde reside la causa, la extensión de la prisión domiciliaria e impulsa un recurso de queja ante la Corte Suprema, que esperan sea acompañado por distintas organizaciones en calidad de amicus curiae (amigos del tribunal), y del propio Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad a cargo de Elizabeth Gómez Alcorta.
Desde su defensa, aseguran que el fallo contra Saganías es “aleccionador” para las madres que denuncian por “no callar” ante los abusos. En un audio de la propia Flavia, asegura que llevó su caso hasta el Supremo Tribunal “no para pedir clemencia, sino justicia”.
Como fecha tentativa, se espera también una marcha el 24 de mayo frente al Palacio de Tribunales en la Ciudad de Buenos Aires para impulsar que la Corte revise la sentencia que aún no está firme.
Foto: Diana Segado para La Tinta