Por Melissa Zenobi | “Lo no dicho” es una obra que cuenta con sensibles actuaciones de Emiliano Marino, Mirtha Oliveri, Angie Pagani, Luciano Rojas, Juan Trzenko, Silvia Villazur, y relata la historia de una familia que luego de la muerte de Amanda, decide festejar su primer cumpleaños. El ambiente festivo contrasta fuertemente con un clima de mentiras, silencios y reproches. “La obra busca instaurar la pregunta sobre qué pasa con todo eso que no decimos”, afirma Gimena Racconto Giunta, autora que también dirige la puesta, en diálogo con Canal Abierto.
“Es una obra que pensamos hace unos años en el marco de una muestra para alumnos, y por supuesto sufrió muchos cambios, porque el teatro está vivo. Muchos años después agarré el texto y pensé que tenía potencial -recuerda la directora y remarca- Yo quería hablar sobre lo que no se dice”.
“Lo no dicho” es la historia de la familia Colombo, pero podría ser la de cualquier otra familia o grupo de pertenencia: “La usamos de excusa para hablar sobre qué pasa con todo eso que no nos animamos a decir. Nosotros usamos una familia pero puede ser un grupo de amigos, amigas, laboral. Tiene que ver con este filtro social y cultural que tenemos sobre qué decimos y qué callamos”.
En términos de Racconto Giunta, “nos educan para seguir determinados cánones sociales para ser aceptados, y entonces no decimos por miedo por ejemplo a perder el amor del otro, por vergüenza, por censura, por no sentirme egoísta, etc. A mí me ha pasado de no decir algo por miedo a perder el amor de alguien, y una vez que lo dije, el otro no me dejó de querer”.
“Afortunadamente estamos viviendo cambios sociales muy grandes en torno a la importancia que tiene el decir, que tiene la palabra. Y ahí me parece muy importante el rol de la ESI en las escuelas, porque empezamos a hablar de lo que no se hablaba. Porque todos podemos nombrar muy fácilmente la cabeza, la nariz y la boca, pero no podemos nombrar nuestros genitales o nuestras emociones”, destaca la directora.
¿Por qué crees que no hay lugar para las emociones?
-Hay un termómetro para ver cuánto está bien llorar, si sos muy emotivo o emotiva, y acá los hombres han padecido mucho más que nosotras. Nos falta un montón, pero igual se están replanteando muchas cuestiones y la obra busca instaurar una pregunta: ¿Qué pasa con todo eso que no decimos? ¿Desaparece? Entonces la obra es un laboratorio donde esta familia tiene muchos secretos, silencios, que repercuten en el otro. Porque si yo no hablo, puedo generar una ausencia en el otro, que puede sentirse abandonado por mí. Es muy intrincado el mundo de las emociones y fascinante a la vez. Y si bien es muy particular y personal, hay características que nos hermanan como seres humanos.
Y el arte es justamente lo contrario ¿Cómo vivís esto como actriz y escritora?
-Me considero principalmente actriz, y toda la vida escribí poesía, cuentos, y desde hace un tiempo empecé a escribir teatro. El arte en sí me parece un vehículo hermoso de expresión. No me entra en la cabeza que el arte no sea considerada una materia fundamental en el colegio. Y ahí creo que tiene que ver con un sistema educativo pensado para generar mano de obra, entonces que las personas sientan o piensen por fuera de eso, se silencia. Y el arte justamente es lo que nos enseña a conocer y disfrutar las emociones. Si me enojo con alguien y no lo digo, terminó siendo lascivo con el otro porque no puedo decirle qué es lo que realmente me angustia. El teatro tiene esa maravilla de contar la idea que tengo de una manera empática.
¿Cómo fue el trabajo para incorporar un personaje con un retraso madurativo?
-Trabajo en discapacidad hace 25 años y fue intencionado el modo en que tocamos el tema. Sami es una chica con un retraso madurativo, pero quería que no fuera el centro de la obra. Porque en general esta clase de historia está en torno a las dificultades, y quería que Sami fuera un personaje más, que transite los mismos conflictos del resto de los personajes. Y Angie Pagani hizo un trabajo bárbaro, y aportó toda la esencia y la dulzura que tiene el personaje.
FICHA TÉCNICO ARTÍSTICA
Libro: Leopoldo Minotti, Gimena Racconto Giunta
Actúan: Emiliano Marino, Mirtha Oliveri, Angie Pagani, Luciano Rojas, Juan Trzenko, Silvia Villazur
Diseño de escenografía: María Oswald
Diseño de luces: Del Bianco Estudio
Realización de escenografía: Fernando Arsenian
Música original: Santiago Barceló
Fotografía: Leopoldo Minotti
Arte digital: Arte En Foco
Diseño gráfico: Sabrina Lara
Asistencia de dirección: Paula Sanabria
Supervisión Artística: Leopoldo Minotti
Dirección general: Gimena Racconto Giunta
Duración: 70 minutos
Clasificaciones: Teatro, Presencial, Adultos