Redacción Canal Abierto | Tras 14 años de trabajo al frente del Quinteto Negro La Boca, el bandoneonista, compositor, arreglador, director y ahora también cantante Pablo Bernaba dio a conocer su primer trabajo en solitario. Se trata de Vozaneón, disco en el que reúne diez tracks con predominancia de la voz y el fueye.
En las canciones del disco, que será presentado oficialmente en vivo el próximo 11 de noviembre en el CAFF, predominan tangos provenientes del repertorio de la era dorada del género durante la primera mitad del siglo pasado. También el clásico de Fito Páez Un vestido y un amor y dos composiciones del propio Bernaba, una de ellas inédita hasta la fecha.
Amén de que a lo largo del disco aparecen otras sonoridades como cuerdas, las voces de Dolores Solá y Patricia Malanca y el combo de electro-tango de Tangorra Orquesta Atípica, Vozaneón se sostiene sobre el fueye y la voz de Bernaba, rugosa y gastada que remite a las de cantantes como Tom Waits o Louis Armstrong.
“Remite a voces negras como la de Armstrong o como la de Tom Waits, que más allá de que el personaje sea de color o no, son voces que yo denomino negras. También es el caso de Joe Coker, la del último Rubén Juárez o el Polaco Goyeneche más maduro. Son esas voces rotas, con una impronta particular. Ese color de voz ya transmite una serie de cosas que me interesan, que pueden ser la nocturnidad, pero también la esclavitud de los negros americanos, como lo hacía Louis Armstrong en su momento, transmite el exilio y transmite el dolor”, explica Bernaba a Canal Abierto.
Y agrega que “ese es el color que a mí me gusta y también me gusta muchas veces jugarlo en contra punto con otros colores de voces», en referencia a los juegos vocales que hace con Dolores Solá y Paula Penacca. «Me interesa el contraste que hay entre el tipo de voz que yo utilizo con otras más dulces o aniñada como es el caso de Dolores Solá. Esa es parte de la búsqueda del disco”, señala.
Bernaba cuenta que la idea de realizar un material en este formato surgió en medio del confinamiento dictado por el gobierno como prevención al coronavirus. “Una de las de las cosas buenas dentro de todo lo malo que pasó, fue que pude meterme en lo personal y enfocarme con más tiempo y con la mente sin la vorágine de la velocidad de la vida urbana acá en Buenos Aires. Pude detenerme en algunas cosas puntuales y ahí empezar a jugar un poco con cosas que yo venía haciendo. Todos cantamos, pero yo lo hacía jugando con el bandoneón y tratando de dar un carácter especial, con una cierta teatralidad de sonido en particular que es lo que creo que intenta plasmar Vozaneón”, recuerda.
“Ni lo planifiqué ni salió de un día para el otro, son procesiones que van por dentro como dice el dicho. Uno siempre está gestando cosas y la pandemia habilitó esa posibilidad más introspectiva de indagar. Después lo otro fue animarme. Ahí aparecieron un par de colegas de semana en carnaval Fernández que me dijeron sí, metele y casi que me convencieron”, cuenta.
En cuanto al momento de plasmar esta nueva faceta, Bernaba señala que “a lo que más habitualmente estoy acostumbrado es a dirigir cantores y cantantes. Ahí lo que hago es hacer entender la manera de cantar para determinado arreglo que uno hizo. Y esta vez me paso esa dirección a mí mismo. En este proyecto lo hago sin intermediar y transmitiendo para mí mismo la expresión y lo que busco directamente. Es como una extensión de mi música”.
Consultado sobre el repertorio elegido, Bernaba explica que “fue pensado como algo que tiene que rendir para que yo lo pueda hacer con este estilo. Hay tangos que me encantan, pero que no me quedan, por decirlo más vulgarmente. Esto es lo que yo plasmé con muchos casos clásicos del tango y que me encantan y que los venía masticado mucho tiempo desde diferentes puntos de vista: como instrumentista tocándolo con el bandoneón, como arreglador como oyente o como espectador y son tangos, que yo interpreto que va que caben como ese estilo tango o temas como el de Fito o los míos propios que sume en este disco son que coinciden y que pueden quedar bien”.
“Con el Quinteto Negro La Boca nos hemos manejado más con la idea de discos conceptuales. Ahí el orden de los temas tiene una lógica. En este caso me manejé con una lógica más azarosa y más en línea con lo que es la forma de escuchar hoy, con las playlist y las aleatorios. En general los discos muy rara vez se escuchan enteros. Así que es como una sumatoria de tracks sin que haya necesariamente un hilo conductor”, sostiene Bernaba.
“Lo que sí es un hilo conductor, es que es un disco minimalista, con poca carga instrumentística. Fijate que 4 de los 10 temas solo son sólo la voz y el bandoneón dialogando. Después en algunos temas se suma el bajo, el contrabajo o la guitarra. Son dúos o, como máximo, tríos”, agrega.
El disco presenta dos composiciones firmadas por el músico. Una es la inédita Garzas del Richuelo, en coautoría con Patricia Malanca, del que se presentará un video en redes el próximo viernes. “Ella me propuso la letra y en la parte lo que es estrofa, es bastante fraseado, no bastante dentro del estilo de Vozaneón, donde me permito ahí jugar con la voz quebrada y rasposa. Después de la parte que canta esa que sería la sección B de la canción ahí aparece más una invitación a cantar más del estilo Piazzolla por el tres-tres-dos del compás, pero también bastante troileano si tuviera otro acompañamiento”, cuenta.
La otra pieza de su autoría es Severino. No se trata de un inédito, sino que formó parte de Tangos libertarios, el trabajo que el Quinteto Negro la Boca hizo junto a Osvaldo Bayer plasmando en música el trabajo del escritor como Severino Di Giovanni o La Patagonia rebelde.
“El término libertario se está poniendo en jaque por algunos personajes de la derecha que nada tienen que ver con el término en sí y se lo están llevando para ese lado. También los medios le concedieron eso y me parece que es una afrenta. Frente a eso quise rescatar esa milonga que escribimos con Bayer hace 12 años. La tocamos siempre con el Quinteto Negro La Boca, pero quise hacerla de otra manera. Además quería darme el gusto de cantarla yo. A su vez, Dolores Solá es admiradora del personaje y también quería participar. Entonces me pareció que estaba buenísimo también jugar con ese contraste de voces y hacer una versión un poco más de milonga campera que la que hace el Quinteto Negro La Boca”, plantea el músico.