Redacción Canal Abierto | Uruguay atraviesa la peor crisis de abastecimiento de agua potable de por lo menos los últimos 40 años en el área metropolitana de Montevideo y en varios centros urbanos del país. El severo impacto sobre la imagen del gobierno de Luis Lacalle Pou llevó a funcionarios de diferentes entes estatales y del Poder Ejecutivo a responder con vaguedades, contradicciones e imprecisiones sobre el mayor drama que vive el país en las últimas semanas.
Sabor salado, color marrón, poca cantidad y baja presión acompañan los desesperados intentos del gobierno por minimizar el uso domiciliario e industrial recomendando horarios y modalidades de uso, lo que ha generado mayor impaciencia, reclamos y agudización de las necesidades.
La organización por la justicia ambiental REDES – Amigos de la Tierra Uruguay, emitió en los últimos días un par de informes brindando información precisa sobre los motivos que originaron la falta de suministro, y respondiendo con argumentación científica a las “aseveraciones absurdas y decisiones que generarán aún más problemas” brindadas por los voceros oficiales.
Una resolución de Obras Sanitarias del Estado de aumentar los valores en cloruros de 250mg/L a 720mg/L., y en sodio de 200mg/L a 440mg/L. en el agua potable, incluyó –según explican- “aseveraciones contradictorias y falsas sobre los efectos en la salud de la población”.
Enumera REDES Uruguay:
El 26 de abril de este año el presidente de OSE, Raúl Montero, dijo que la empresa estatal decidió aumentar el límite de salinidad en el agua potable y advirtió que cambiaría el gusto al momento de beberla, aunque no afectaría la salud de la población.
El 4 de mayo, la ministra de Salud Pública, la doctora Karina Rando, aclaró que no se han visto problemas de salud para la población en general. Sin embargo, advirtió que al aumentarse los valores, en particular de sodio, puede afectar la dieta, “sobre todo de pacientes con hipertensión arterial severa, insuficiencia cardíaca o insuficiencia renal”.
En tanto, según una nota de la diaria del 8 de mayo, con el respaldo del Ministerio de Salud Pública (MSP) y otros organismos públicos, OSE aclaró que las personas con “hipertensión” y “enfermedades renales”, así como las personas que por recomendación médica llevan “una dieta restringida en sal”, deben “extremar los controles de presión arterial, no descuidar sus controles médicos y, en caso de ser posible, consumir agua embotellada”.
También el 8 de mayo, la vicepresidenta de OSE, Susana Montaner, hizo una sugerencia a la población en el programa Doble Click, de radio Del Sol: “Hay mucha gente que puede dejar de comprar una Coca Cola y comprarse el agua”.
La reforma constitucional de 2004 estableció en el artículo 47 que “el agua es un recurso natural esencial para la vida”, y que “el acceso al agua potable y el acceso al saneamiento, constituyen derechos humanos fundamentales”.
“Veinte años después –denuncian-, las autoridades, en lugar de asumir su responsabilidad de garantizar este derecho humano fundamental como mandata la Constitución, ponen en riesgo la salud pública cambiando los estándares y abasteciendo agua que puede afectar a una parte importante de la población. Ofrecen respuestas que son absolutamente irresponsables, transfiriendo la responsabilidad a las personas, dándoles como única opción la compra de agua embotellada en el mercado. De esta forma exacerban la injusticia, porque sólo pueden acceder a agua sin los elevados niveles de sodio quienes tienen dinero para comprarla.
¿Cómo se llegó a esta situación?
“La gestión irresponsable de las autoridades de OSE y el Ministerio de Ambiente, y la orientación caótica de la política de aguas del gobierno hacia la privatización (en múltiples facetas), en violación flagrante de la Constitución, tiene varios componentes”, dice REDES, y detalla:
- -Reducción progresiva de las inversiones en infraestructura y de personal en la OSE, en lugar de resolver las pérdidas de agua en el sistema de suministro (se pierde más del 50% del agua en la distribución) y de buscar la eficiencia en el uso del agua potable.
- -Ausencia de planificación territorial y de políticas de gestión adecuadas en las cuencas hidrográficas, lo que ha generado una situación crítica en la cuenca del Río Santa Lucía, fuente de agua para más del 60% de la población del país.
- -La no incorporación de nuevas medidas sugeridas por la sociedad civil y la academia para reducir el impacto del agronegocio. Un ejemplo es la negación a formar un grupo de trabajo para evaluar el impacto de la forestación en las nacientes de las cuencas y analizar la recalificación de suelos de prioridad forestal en esas zonas, por el impacto directo en la disminución de los caudales de hasta un 50% en momentos de estrés hídrico como el actual.
- -Límites y recortes a la participación de la sociedad civil en la planificación, gestión y control de los recursos hídricos, obstaculizando el normal funcionamiento de las comisiones de cuenca y los consejos regionales de recursos hídricos.
- -Nuevas apuestas a la privatización del servicio de agua potable: el proyecto Neptuno y las estrategias seguidas para saneamiento y pérdidas de agua son un claro reflejo de esta orientación.
- -Total pasividad frente a los efectos que el cambio climático ha generado, como el aumento en la frecuencia de eventos extremos con importantes períodos de sequía.
- -Se ha eludido y negado un debate profundo sobre el modelo productivo y la insustentabilidad que reproduce, con impactos en nuestros bienes comunes, muy especialmente en el agua.
- –El acceso al agua potable es un derecho humano fundamental, consagrado en nuestra Constitución. Hoy no se está garantizando ese derecho, ya que una parte importante de la población, más de un 40%, no puede tomar el agua que sale de las canillas por los efectos adversos para su salud.
- -Con la distribución de agua que pone en riesgo la salud de la gente, OSE no cumple con su mandato de abastecer de agua potable y segura para todos y todas.
¿Mentirosos o mal informados? Respuestas a las versiones oficiales
¿Mentirosos o mal informados? Respuestas a las versiones oficiales
En otro artículo de reciente publicación, REDES–Amigos de la Tierra Uruguay responde y desmiente dichos del gobierno a la vez que explica que la eventual construcción del proyecto Neptuno tendrá graves consecuencias que comprometen la capacidad de garantizar el derecho al agua potable para toda la población.
En conferencia de prensa del 16 de mayo, el Secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, planteó tres grandes errores:
1) “El Río de la Plata es una fuente de agua infinita”.
En los últimos 20 años se ha demostrado claramente que no existen fuentes de agua infinitas, ya que la cantidad de agua dulce en el planeta es limitada y disminuye progresivamente. Resulta clave diferenciar las situaciones: “estrés hídrico” es la dificultad de obtener fuentes de agua dulce durante un cierto período; “déficit hídrico” es la escasez de agua causada por cambios climáticos; “crisis hídrica” es cuando la disponibilidad de agua dulce no contaminada es inferior a la demanda.
Sin embargo el Secretario de la Presidencia de Uruguay insiste en el error, o ignorancia, o malicia, de hablar de “fuente infinita” o “fuente inagotable” de agua al referirse al estuario del Río de la Plata, donde ingresa agua marina (salada) y progresivamente aumenta sus niveles de contaminación.
2) “Este gobierno hace un año y medio viene trabajando en un proyecto alternativo para el suministro de una fuente segura e inagotable de agua potable, como es el proyecto Arazatí (conocido también como Neptuno) para la zona metropolitana, para que este tipo de situaciones no pase nunca más”.
El portavoz de la Presidencia miente, o está mal informado, porque no debería decir que es una fuente inagotable para el suministro de agua potable, cuando los altos niveles de salinidad durante muchos días en el año en Arazatí implicarán que la planta potabilizadora no pueda funcionar, según surge del estudio de factibilidad presentado por el consorcio a cargo (IPA – Estudio de Factibilidad Vol 1_r01, página 117).
En ese trabajo se mencionan tres eventos que suman 93 días, en el lapso de tiempo que va del 10 de julio de 2021 al 9 de marzo de 2022, en los que la planta potabilizadora de Neptuno hubiera estado sin funcionar porque la salinidad del Río de la Plata superó los umbrales máximos para potabilizar. O sea, en esos días esa planta no hubiera servido para dar agua, aunque hubiera una emergencia sanitaria. Neptuno es una muy falsa solución al problema.
3) Además, Delgado transmitió seguridad a la gente ya que OSE seguiría brindando agua de la misma calidad que la actual a la población del área metropolitana, aún sin que ocurran precipitaciones de importancia, con la construcción de una represa en el Río Santa Lucía, en Paso Belastiquí.
En pocos días se terminan las reservas de agua dulce en la represa de Paso Severino, y por tanto, el agua que ingrese a la planta de aguas corrientes será solo agua del Río de la Plata, aumentando los contenidos de cloruros y sodio, y disminuyendo la calidad del agua que se suministra. El Secretario de la Presidencia debe informarse mejor y ser responsable respecto de lo que comunica a la población.
4) En tanto, en la interpelación a los ministros de Ambiente y Salud realizada el 17 de mayo ante la crisis hídrica, el senador Sergio Botana, del Partido Nacional, aseguró en su intervención que el proyecto Neptuno no tiene riesgo de enfrentarse a la presencia de cianobacterias. “La fuerza con que baja el torrente del Río Uruguay (…) destruye toda posibilidad de que en Arazatí tengamos la presencia de cianobacterias, salvo que vengan de adentro del territorio del Uruguay”, dijo Botana.
¿Error, ignorancia o malicia? Las evidencias demuestran que los altos flujos del Río Uruguay favorecen la ocurrencia de floraciones en la costa norte del estuario del Río de la Plata, justamente en el área de Arazatí (Zabaleta et al, 2023).
Cuando los flujos del Río Uruguay aumentan, las floraciones generalmente están fuertemente restringidas a la costa uruguaya (zona de Arazatí). Las investigaciones recientes destacan una fuerte eutrofización en el estuario del Río de la Plata y el papel clave de los eventos climáticos extremos en la dinámica de las floraciones, y por tanto de la vulnerabilidad ambiental actual de Río de la Plata.
Es decir, las floraciones de cianobacterias en la zona de Arazatí son permanentes y están presentes durante todo el año, con mayor intensidad en verano y primavera. Situación que está condicionada por el aumento de la disponibilidad de nutrientes en el estuario del Río de la Plata.
“Es alarmante que se estén manejando conceptos tan erróneos y alejados de la evidencia científica por parte de las autoridades de gobierno en esta situación de emergencia hídrica que atravesamos. Estas afirmaciones implican un engaño a la población sobre la situación actual y la defensa continua de una falsa solución como el Proyecto Neptuno”, concluye REDES Uruguay.
Más información en REDES.org.uy