Redacción Canal Abierto | En lo que va del año, 18 provincias eligieron futuros gobernadores o sus candidatos de cara a futuros comicios generales.
El último test electoral tuvo lugar en Chubut, donde el postulante de Juntos por el Cambio, Ignacio Torres, se impuso por un pequeño margen sobre Juan Pablo Luque.
De esta manera, el distrito patagónico se sumó al lote de batacazos opositores en provincias donde hasta hace poco parecían imbatibles los liderazgos peronistas. En San Juan, por ejemplo, Marcelo Orrego desplazó a los ex gobernadores José Luis Gioja y Sergio Uñac (tras un fallo de la Corte Suprema que invalidó su postulación, este último finalmente debió llevar en la boleta su hermano Rubén).
La otra gran sorpresa también fue cuyana: en San Luis, Claudio Poggi -aliado de Juntos por el Cambio y apoyado por Adolfo Rodríguez Saá- derrotó al candidato del actual gobernador, Alberto Rodríguez Saá, poniendo fin a décadas de hegemonía saaista.
El 16 de julio, Santa Fe eligió en primarias quiénes serán sus candidatos en las generales del 10 de septiembre. Los pretendientes de Unidos para Cambiar Santa Fe –la marca local de Juntos por el Cambio- sumaron el 35,95% % de los votos frente al 15,93% acumulado por las opciones oficialistas. El exministro de Seguridad provincial, Maximiliano Pullaro, se perfila como el próximo gobernador.
En medio de un clima enrarecido por el femicidio de Cecilia Strzyzowski y los vínculos de sus supuestos homicidas con la política local, las primarias en Chaco resultaron en una victoria opositora y muchos dolores de cabeza para el actual mandatario, Jorge “Coqui” Capitanich. Habrá que esperar al 17 de septiembre para saber si el oficialismo logra una remontada, o si se confirman las tendencias y la provincia cambia de signo partidario.
Entre tanta derrota y provincias perdidas, el peronismo sí pudo celebrar en La Rioja, Formosa, Tucumán, La Pampa y Tierra del Fuego. En todos los casos, se trata de actuales gobernadores logrando sus respectivas reelecciones. Otro hilo en común es que salvo Tucumán, son todos distritos con padrones relativamente pequeños.
Si bien la oposición la nivel nacional hizo todo lo posible por capitalizar lo ocurrido en Neuquén, la cuestión es más compleja. Y es que el 16 de abril el ex vicegobernador y actual diputado nacional por el Movimiento Popular Neuquino (MPN), Rolando Figueroa, se impuso con el 35,55% de los votos ante el candidato oficialista y actual vice Marcos Koopmann, obtuvo el 32,93% de los votos. La derrota del delfín orgánico del partido provincial derivó en un sinfín de comentarios y titulares que anunciaban el fin del caudillismo en un distrito que lleva seis décadas de hegemonía del MPN. Pero lo cierto es que el hoy gobernador electo es del riñón de un espacio local que siempre supo acomodarse a los vaivenes nacionales (sin ir más lejos, Figueroa había cosechado respaldos variopintos de Horacio Rodríguez Larreta y Sergio Massa).
Donde no hubo sorpresas fue en Río Negro: el senador Alberto Weretilneck fue electo gobernador en las elecciones de esa provincia con el 42,1% de los votos, estirando a 12 años el dominio de la fuerza provincialista Juntos Somos Río Negro (JSRN).
También fueron esperables los resultados en Salta y Misiones, donde se impusieron peronismos provinciales que no responden a los liderazgos de Unión por la Patria y poco tienen que ver con Juntos por el Cambios. Similar es el caso de Córdoba, donde el schiaretismo sí tuvo que pelear cabe a cabeza con el cambiemita Luis Juez.
Quedaron afuera tres distritos que no fueron a las urnas y que tienen peso decisivo: Buenos Aires, la Capital Federal y Entre Ríos. El primero, un histórico bastión peronista, aún es una incógnita; el segundo parecería continuar en manos de Juntos por el Cambio, en su versión PRO (Jorge Macri) o radical (Martín Laousteau); y el tercero, en disputa, pero con un Rogelio Frigerio en alza. También falta ver qué sucederá en Santa Cruz y Catamarca, dos provincias donde la tendencia parece favorable a los oficialismo peronistas.
Ilustración: Marcelo Spotti