Redacción Canal Abierto | En febrero de este año, cinco provincias argentinas firmaron convenios para recibir asistencia técnica de Mekorot, la compañía estatal del agua de Israel, para “hacer más eficiente el manejo del agua”: Catamarca, Formosa, La Rioja, Río Negro y Santa Cruz se sumaron a San Juan y Mendoza, que ya lo habían hecho en septiembre de 2022.
El acto estuvo encabezado por el ministro del Interior, Wado de Pedro, y su par de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, con la presencia de varios gobernadores y gobernadoras, el embajador de Israel, Eyal Sela, el presidente de Mekorot, Yitzhak Aharonovich, y el titular de la Cámara de Comercio Argentino Israelí, el ex montonero Mario Montoto. Se trata de un nuevo mojón, de una larga serie de hitos, en el intento de la empresa israelí de incidir en el manejo de nuestros recursos hídricos.
Mekorot –fuente en hebreo– está denunciada a nivel mundial por restringir el suministro de agua a las comunidades palestinas, en lo que se ha denominado un auténtico “apartheid del agua”. La empresa mantiene el control sobre todos los aspectos del acceso al suministro. El 85% de esta población no tiene acceso al agua, pudiendo disponer de solo 40 litros diarios por persona cuando la recomendación son 100 litros, según los estándares de la Organización Mundial de la Salud.
“El agua es un elemento vital y, sin embargo, millones de personas en el mundo no tienen acceso a él”, sostuvo Yitzhak Aharonovich, presidente de Mekorot, en el acto mencionado previamente. Y resaltó: “Israel tiene una vasta experiencia en la utilización de este valioso recurso estratégico”. Podría ser una declaración más, pero como veremos más adelante, el Estado israelí utiliza “estratégicamente” el recurso como otro instrumento colonial sobre los territorios palestinos. Ese es el modelo que planean exportar y que nuestros gobernantes están comprando.
El viajecito “concientizador”
En abril del 2022 una delegación de gobernadores y funcionarios del ejecutivo nacional viajó a Israel. Los resultados de la visita se van plasmando en proyectos del interés de la empresa israelí.
Entre el 21 y el 28 de abril del año pasado, fruto de la coordinación entre el Ministerio del Interior, la Embajada de Israel y el Consejo Federal de Inversiones (CFI), se realizó la denominada “Misión de cooperación científico tecnológica en manejo del agua al Estado de Israel”, con el fin de conocer el modelo de gestión israelí para afrontar la crisis hídrica.
Participaron Wado de Pedro; el entonces ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez; el ministro de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus; el titular del Consejo Federal de Inversiones (CFI), Ignacio Lamothe; y gobernadores, gobernadoras y representantes de diez provincias.
Viajaron los gobernadores de Raúl Jalil, de Catamarca; Gustavo Bordet, de Entre Ríos; Gildo Insfran, de Formosa; Ricardo Quintela, de La Rioja; Rodolfo Suárez, de Mendoza; Arabela Carreras, de Río Negro; Sergio Uñac, de San Juan; y Alicia Kirchner de Santa Cruz. A estos mandatarios y funcionarios se sumaron Adolfo Scaglioni, ministro de Agua y Energía de La Rioja, representantes de Santiago del Estero, además de senadores nacionales y equipos técnicos provinciales.
Rechazo de organismos de derechos humanos
Desde organismos de derechos humanos, asambleas ambientales, muchas relacionados con la problemática del agua, y organizaciones relacionadas a la causa palestina –el Comité Argentino de Solidaridad con el pueblo Palestino y la Federación de Entidades Argentino Palestinas– se ha organizado un frente de oposición al avance de esta empresa colonial en nuestro territorio que tiene una página web: fueramekorot.org.
“No queremos que Argentina negocie con el apartheid ni lo normalice. La ‘Misión de cooperación científico tecnológica entre Argentina e Israel en manejo del agua’ nos obliga a señalar además que el Estado de Israel restringe el acceso al agua de la población palestina desde 1967. Las extremas diferencias que hay en el acceso al agua por parte de los palestinos y de los israelíes da cuenta del apartheid del agua”, manifestó la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos en ocasión de conocerse la realización de la mencionada misión.
La situación en los territorios palestinos ocupados
En noviembre de 1967, las autoridades israelíes promulgaron la Orden Militar 158, que establecía que la población palestina no podía construir ninguna nueva instalación para el abastecimiento de agua sin obtener el permiso previo de las fuerzas armadas israelíes. Desde entonces, la extracción de agua de cualquier nueva fuente o el desarrollo de cualquier nueva infraestructura hídrica requiere el permiso de Israel, y su obtención es prácticamente imposible.
La población palestina que vive bajo la ocupación militar israelí continúa sufriendo las consecuencias de esta orden. No puede perforar nuevos pozos, instalar bombas ni profundizar los pozos existentes. También se les niega el acceso al río Jordán y a los manantiales de agua dulce. Las fuerzas armadas israelíes también controlan la acumulación de agua de lluvia en la mayor parte de Cisjordania y frecuentemente el ejército destruye las cisternas que poseen las comunidades.
Como resultado de estas políticas alrededor de 180 comunidades palestinas de zonas rurales de la Cisjordania ocupada no tienen acceso a agua corriente. En ciudades y pueblos conectados a la red de suministro de agua, a menudo las cañerías están secas.
“Mekorot se crea en 1937, antes de la Nakba –catástrofe en árabe, evoca el éxodo de al menos 750.000 palestinos obligados a dejar sus hogares tras la creación del Estado de Israel en 1948–, con el objetivo de hacerse de los recursos hídricos del pueblo palestino. En el año 48, David Ben-Gurión hablaba de envenenar aguas como forma de combatir a la resistencia palestina frente a la partición del territorio ancestral”, explica en diálogo con Canal Abierto Tilda Rabi, presidenta de la Federación de Entidades Argentino Palestinas.
En la investigación “La guerra biológica de Israel de 1948” de los historiadores Benny Morris y Benjamin Kedar, publicada en la revista Middle East Studies, describen la operación Cast Thy Bread que tenía como objetivo envenenar pozos de agua en pueblos árabes.
“En la actualidad, Israel controla más del 85% de los recursos hídricos en Palestina, eso indica a las claras que es una política racista, sin precedente a nivel internacional. Este año ha sido un año muy duro, la falta de agua se ha hecho notar en casi la totalidad de Cisjordania y Gaza. La reducción de las cuotas de agua está siendo enorme. Los colonos que ocupan territorios palestinos del 67 tienen acceso a casi 300 litros de agua diarios, mientras en Cisjordania el consumo apenas llega a los 40 litros por persona”, explica Rabi.
Otro ingrediente para este panorama es que los palestinos deben pagar por el agua, cuando los colonos israelíes tienen el agua subsidiada. “Los colonos tienen grandes piletas, mientras los palestinos sufren, además, el deterioro de sus pozos contaminados con aguas residuales. Los campesinos palestinos denuncian que Israel tapa los pequeños pozos que utilizan para darle de beber a sus animales”.
“Cuando pagás por el agua el precio que se paga en Israel, la gente sale corriendo a ser más eficiente ¿por qué? porque es mucho, el costo es alto”, sostiene el argentino-israelí Diego Berger, coordinador de Proyectos Especiales de Mekorot, al que muchos señalan como el principal promotor de los negocios de la empresa en el país. Esta es la lógica, un agua mercantilizada para quien pueda pagarla.
“El milagro israelí del agua consiste en robar agua de las Alturas del Golán y de las Granjas Shebaa (un territorio ocupado por Israel en la frontera entre Líbano y Siria), que les permite acceder con facilidad al recurso. Están depredando el río Jordán, lo están casi dejando seco”. Esta milagrosa ‘tecnología’ es la que utiliza el estado israelí para promocionar a su empresa hídrica.
“La misión argentina que viajó a Israel fue una bofetada. Se sabe que esta empresa está catalogada dentro del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas como una de las empresas responsables del apartheid en Palestina”, concluye Rabi.
Antecedentes de Mekorot en Argentina
“Mekorot, como muchas empresas de Israel, tiene una fuerte incidencia en todo el territorio argentino porque la embajada israelí tiene un rol bastante activo desde hace tiempo en nuestro país. Mekorot tuvo convenios con la provincia de Santa Cruz y en Córdoba hizo un trabajo de consultoría en una planta de tratamiento de aguas residuales. En el 2011, en la provincia de Buenos Aires, hubo un intento un poco más ambicioso de construir en la ciudad de La Plata una planta potabilizadora de aguas con una licitación bastante amañada, un contrato por 170 millones de dólares”, cuenta a Canal Abierto Silvia Ferreyra, militante ambiental y participante de la multisectorial ¡Fuera Mekorot!.
En el caso mencionado, a través de pedidos de informes y de investigaciones posteriores quedó demostrado que la empresa había tenido una incidencia muy fuerte en la elaboración de los pliegos de la licitación. Ese contrato pudo detenerse por la movilización y la denuncia de distintos sectores: las organizaciones de la diáspora palestina, ATE y la CTA y algunos legisladores provinciales. “Se armó un proceso de debate, de movilización, de difusión y se pudo frenar ese contrato. No sólo por las irregularidades sino por lo que implicaba que el Estado provincial convenio con una empresa condenada internacionalmente por violaciones a los derechos humanos y, además, por el modelo de gestión que propone para la gestión de los recursos hídricos que implica la mercantilización del agua ”.
Tras el viaje de egresados de los gobernadores a Israel, se empezaron a firmar convenios entre las provincias participantes y la empresa. “Con la intermediación del Consejo Federal de Inversiones, las provincias de San Juan, Mendoza, La Rioja, Catamarca, Formosa, Río Negro y Santa Cruz firmaron de manera directa con Mekorot para poder recibir los servicios de la empresa. Posteriormente, a través del Consejo Federal de Inversiones (CFI), Santiago del Estero y Santa Fe firmaron también convenios para las mismas tareas. Casi todos los convenios son para diseñar los planes maestros de aguas de las provincias, para poder adecuar la normativa legal a los cambios que sea necesario a hacer y otros proyectos menores.
Desde la campaña Fuera Mekorot y distintas organizaciones que luchan por el agua en estas provincias, se hicieron pedidos de informes para conseguir información sobre los convenios. “Nos interesa saber cuál es el alcance, cuál es la contraparte, qué compromisos hacen los gobiernos en relación a esta asesoría, quién paga. Sobre todo sabiendo que en Argentina nosotros tenemos un montón de organismos que tienen especialistas y profesionales de larga trayectoria en la materia de recursos hídricos que podrían brindar los mismos servicios –el INA (Instituto Nacional del Agua), el ENOHSA (Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento), y otros–. Nunca nos otorgaron la letra de los convenios. Lo único que logramos del CFI es una respuesta que dice que ellos no están obligados a responder porque no están alcanzados por la Ley de Acceso a la Información Pública, porque son un ente autárquico y no tienen obligación de rendir cuentas”, explica Ferreyra.
El agua como mercancía
El modelo de gestión que propone la empresa israelí postula que toda la inversión sea abonada por los usuarios a través de la tarifa. Son los usuarios los que amortizan la inversión de la empresa. También propone un esquema de dos aguas: un agua potable de mayor calidad, a un costo mayor, y un agua corriente de menor calidad, proveniente del reciclaje de los residuos cloacales y de las aguas residuales, que se utiliza para el riego, usos industriales y otros. “Entonces, es el mercado el que regula el uso entre una y otra calidad del agua, sabiendo que eso perjudica a los sectores de menores recursos, que tienen más a mano un agua de menor calidad por un menor precio. Es la tarifa la que regula el consumo de agua”, concluye la referente de ¡Fuera Mekorot!.
[mks_toggle title=»Fuera Mekorot» state=»open»]De la multisectorial Fuera Mekorot participan: Asamblea Agüita Pura Para San Juan; Asamblea El Algarrobo y Asamblea Pucara (Catamarca); Asamblea Riojana Capital; Asamblea Las Heras Por El Agua; Asamblea Socioambiental de Guaymallén; El Foro Río De La Plata; APDH; Liga Argentina por los DDHH; BDS (Boicot, Desinversión, Sanciones) Argentina; Comité Argentino de Solidaridad con el Pueblo Palestino; Comisión Sur por Palestina – Federación de Entidades Argentino Palestinas; Tribuna Ambiental; Ambiente En Lucha; Red Ecosocialista; Instituto Futaleufu; Tierra Para Vivir; Marabunta; Corriente Nuestra Patria; Coordinadora Basta De Falsas Soluciones (Bfs); Asamblea de Choyacatamarca; Asamblea Permanente del Comahue Por El Agua; Frente de Izquierda y de los Trabajadores-Unidad (FIT-U).[/mks_toggle]
Foto principal: Eyad Al Baba / APA images