Canal Abierto Radio | Un estudio realizado por la unidad Argentina Futura en colaboración con FLACSO abordó el tema de la relación de la juventud con la política. El trabajo tuvo dos etapas, una primera en la zona AMBA y otra de alcance nacional y con instancias cuantitativa y cualitativa a partir de entrevistas en profundidad.
Entrevistado por Canal Abierto Radio, el sociólogo y titular de Argentina Futura Nahuel Sosa, dio algunos detalles del trabajo. “Una de las cuestiones interesantes que apareciera es que muchos de los jóvenes que votaban a Javier Milei o que se sentían representados por su figura, no necesariamente tenían la misma agenda de derecha que propone. Un poco esta idea que surgió en los últimos tiempos de que los jóvenes que votan a Milei son de derecha y lo que encontramos era al revés: muchos de esos jóvenes después estaban a favor de la universidad pública, estaban a favor de que el Estado intervenga en determinadas áreas, estaban en muchos casos a favor de que haya políticas de justicia ambiental, incluso de a favor de de la ley voluntaria de interrupción voluntaria del embarazo”, señaló.
Y agregó que “lo que empezamos a notar era que en vez de ser un bloque homogéneo, como puede pasar en juventudes en Alemania o en España, que es un voto muy consolidado por lo general en las expresiones de extrema derecha, acá había una serie de contradicciones. Por lo tanto, lo que sí se ha observado es un enojo y una rechazo hacia los políticos, pero que no era todavía un voto consolidado hacia esa figura”.
Consultado acerca de qué análisis podía hacerse de que ese enojo fuera capitalizado por fuerzas o personajes de extrema derecha en vez que por espacios orientados a la izquierda del gobierno, Sosa marcó que “es algo que no solo está pasando en nuestro país, sino a nivel global. Uno lo puede ver en España con Vox y lo que era antes Podemos. Me parece que no sólo es a la izquierda en términos de del FIT o sea de la izquierda, sino que también incluso a lo que son las expresiones peronistas más transformadoras o kirchneristas”.
Y analizó que son varios los motivos que confluyen para que esto sea así: “por un lado, creo que con la pandemia y los impactos que tuvo, las extremas derechas crecieron con un discurso que por lo general apela mucho al miedo y al odio. Me parece también que hay un debate pendiente del campo de las izquierdas o de los espacios de protagonismo popular que tiene que ver con cómo recuperar imaginación política y pensar en nuevas utopías”.
En tal sentido, el sociólogo señaló que “algunas cuestiones que en su momento lograron capitalizar muy bien, por ejemplo todos los procesos en las primeras oleadas populares en América Latina del siglo XXI, Evo Morales, Lula en Brasil, Néstor y Cristina acá. Entonces, ¿como se vuelve a conectar con demandas que capaz que en algunos casos sean iguales y en otras no? Ahí creo que esta suerte de derechas lograron construir una falsa rebeldía. Porque por lo general son derechas que pueden ser muy rebeldes contra los gobiernos, pero sin embargo muy obedientes contra los poderes fácticos. No cuestionan al poder financiero, no cuestionan al poder económico concentrado, ni cuestionan al poder mediático. Entonces de alguna manera, es una rebeldía más estética que una rebeldía que tenga ciertos contenidos de alternativa política”.
Uno de los aspectos resaltados por Sosa es el de la salud mental como problemática presente en lo jóvenes de entre 16 y 25 años. Al respecto, resaltó “la idea de no haberse sentido escuchado durante la durante la pandemia”, mientras que “en los jóvenes que están más en la franja de 25 o 30 años ahí sí, ya aparecía con más fuerza las preocupaciones como trabajo o vivienda”.
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Ilustración: Marcelo Spotti