Redacción Canal Abierto | Luego de las PASO y frente a una inflación de agosto que los analistas prevén cercana al 11%, que los candidatos que más votos obtuvieron el 13 de agosto hablen de dolarización o bimonetarismo despierta más miedo que alegría entre quienes tienen unos pesos ahorrados.
“En esta coyuntura, todo lo que hagas con los ahorros es una apuesta”, es la respuesta del economista Alejandro López Mieres, puesto a analizar el escenario.
“Estamos en un contexto de nominalidad de la economía, que significa el crecimiento de las variables nominales: cada mes que pasa tenemos una inflación mayor —explica—. El promedio nacional de inflación, que se conocerá hoy, estará cerca del 11%, y un plazo fijo está pagando más o menos un 10% mensual. Todo haría pensar que cuando se conozca la inflación de agosto van a quedar por debajo”.
Para atajarse ante la inflación, existe una opción más largoplacista pero hasta el momento efectiva: los plazos fijos UVA. Sin embargo, consultado sobre ellos, López Mieres hace hincapié en sus debilidades: “Son una opción para el ahorrista, pero tienen el inconveniente de tener los ahorros retenidos por tres meses, con una posibilidad de precancelación durante el primer mes a una tasa más baja de la que sería un plazo fijo tradicional. Serían la opción racional, desde el punto de vista de la cifras, pero significa asumir que los plazos fijos no van a ser reestructurados, que no van a ser canjeados por un bono a largo plazo”.
Y es que, de ganar la presidencia Javier Milei (La Libertad Avanza) o Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio), sus propuestas anticipan medidas que echarían mano a los ahorros.
“En un contexto de altísima volatilidad, donde los asesores de los dos partidos que tuvieron más votos en las PASO están hablando o de dolarización o de bimonetarismo (estructuras monetarias en las cuales previamente habría una licuación de la moneda local: se derivaría en una hiperinflación y una caída de los ingresos en términos reales), meterse en un plazo fijo implica quedar atrapado en un riesgo de, o bien reprogramación, que sería algo parecido a un Plan Bonex, o bien licuación de los ahorros”, aclara el experto.
Sin certezas
Una opción adicional de inversión podrían ser los títulos públicos del Tesoro. Sin embargo, López Mieres advierte que, en un escenario de dolarización, “quizá tuvieran un tratamiento tan o más severo que le que tendrían los plazos fijos”.
“Alguien podría pensar que la opción segura es ir a un tipo de cambio ilegal, como el dólar blue, o bien a los tipos de cambio alternativos. Pero estamos hablando de valores arriba de $700, con lo cual al comprarlo uno convalida transformar los pesos al doble que el tipo de cambio oficial. E implica también licuar tus pesos, por lo que conlleva asumir un costo a priori también muy alto”, resume.
“Hay un montón de hipótesis detrás de estas decisiones, llamémosle optimistas, que implican tomar una decisión. Es un momento que es como una moneda en el aire, donde cada uno hace su propia apuesta en función de las intuiciones que tenga para el futuro inmediato. La realidad es que no existe la opción segura para el ahorrista. Estamos en un terreno muy pantanoso. No hay certezas”, concluye el especialista.
Ilustración: Marcelo Spotti