Redacción Canal Abierto | En el marco de los 50 años del golpe de Estado que derrocó a Salvador Allende, este lunes 9 de octubre a las 18 en la sede de la CTA Autónoma (Bartolomé Mitre 748, CABA), se podrá ver por primera vez en Argentina una película que fue perseguida por la dictadura de Augusto Pinochet.
En una actividad con entrada libre y gratuita, y promovida por la Secretaría de Cultura de la CTA-A, el SiPreBA y ATE Cultura, se proyectará Un verano feliz, cortometraje dirigido por Alejandro Segovia y producido en 1971 por el desaparecido Departamento de Cine y TV de la Central Única de Trabajadores.
De la actividad participará el periodista y realizador chileno Felipe Montalva Peroni, restaurador de la grabación, quién además presentará su libro Escenas perdidas sobre la historia del espacio audiovisual de la CUT.
El Departamento realizó una serie de películas, mayormente cortometrajes, y por sus filas pasaron personajes notables como el reconocido documentalista chileno José Román, el camarógrafo argentino Diego Bonacina y el célebre escritor y realizador Luis Cornejo. No obstante, un rasgo del equipo fue su autodidactismo. Carlos Fénero fue su responsable.

Tras el Golpe, el equipo se dispersó. Gran parte de sus producciones se perdió. Un caso distinto fue el de Un Verano Feliz.
La película promovía las Villas de Turismo Social, también conocidas como “balnearios populares”, instalaciones construidas por el Estado para el descanso y recreación de obreros y sus familias, en especial durante la temporada estival. Hasta 1973 funcionaron dieciséis de estos centros, ubicados desde el extremo norte hasta la región del Bio Bio. Varios se localizaron en la costa central, en localidades como Pichidangui, Los Vilos, Papudo, Loncura, Ritoque, Puchuncaví, Las Cruces y Rocas de Santo Domingo. Era el objetivo de la medida nº 29 del programa de la UP, que buscaba fomentar la recreación y el turismo popular.
Con el Golpe de Estado, gran parte del material del Departamento de Cine de la CUT se perdió. Pero Un Verano Feliz, gracias a que Alejandro Segovia la escondió en su casa en Playa Ancha, Valparaíso, se preservó.

La cinta se ha transformado en un archivo documental de la experiencia de los balnearios, así como de instalaciones fabriles como la Textil Progreso, en Santiago, y un registro del balneario “Carlos Cortes Díaz”, localizado en Rocas de Santo Domingo. Tras el golpe del 11 de septiembre de 1973, ese lugar fue ocupado por el Ejército. Allí se instaló la escuela de instrucción de la DINA, y luego sus cabañas en forma de A fueron convertidas en centros clandestinos de detención. Innumerables militantes y simpatizantes de izquierda fueron torturados, algunos asesinados y desaparecidos durante los años 70, como lo ha investigado el periodista Javier Rebolledo, en su libro El Despertar de los Cuervos (2014).

En 2020, gracias a un financiamiento del Fondo de Fomento Audiovisual, el documental fue reparado y digitalizado en 2K por el Laboratorio de la Cineteca Nacional de Chile. También se mejoró el sonido y se hicieron dos copias en 35 mm, en Labodigital de México.
Foto principal: Fotograma de Un verano feliz