Redacción Canal Abierto | Las razones que explican el actual fenómeno puntual de desabastecimiento de combustibles líquidos en la Argentina son variadas y complejas. Remiten tanto a factores estructurales como a otros más bien coyunturales, sostienen desde el área energética del Instituto de Pensamiento y Políticas Pública (IPyPP) que dirige Claudio Lozano. En esta nota, un punteo de las mismas.
Caída de la producción
Hay un primer aspecto que llama poderosamente la atención que tiene que ver con la caída de la producción tanto de gasoil como de naftas. Cuando uno mira los números de agosto 2023 están aproximadamente entre un 9 y un 12% por debajo de la producción del mes anterior. Cuando uno hace la comparación anual tiene casos particulares como el de la refinería de Luján de Cuyo, Mendoza, una de las más importantes de YPF, con una baja pronunciada en torno al 19%.
Paradas técnicas
Se ha ido verificando con el correr de las horas la existencia de paradas técnicas de varias refinerías, fundamentalmente la del complejo Ensenada-La Plata de YPF, que es la principal refinería del país y tiene al día de hoy un 30% de su capacidad comprometida. Esta situación fue decidida y se llevó adelante sin prever los inconvenientes que pudiera provocar.
No hay información precisa sobre la existencia de otras dos refinerías con paradas técnicas. La de Campana –perteneciente a Panamerican Energy (PAE), empresa que opera Axion– y la de Dock Sud, controlada por Raízen, una empresa de capitales brasileños que ha adquirido todos los negocios de refinación y comercialización de combustibles de la empresa Shell.
Si se mira el parque de refinación en la Argentina, entre YPF, Axion Energy, Raízen y la empresa vinculada a capitales holandeses Trafigura (Puma) concentran aproximadamente el 90 por ciento de la capacidad de producción de combustibles líquidos del país.
Exportación de combustibles
Otra cuestión relevante son los números de exportación de combustibles líquidos de agosto que, contrastados con la importación de naftas, dejan ver un panorama en el que este año respecto al 2022 se ha exportado un 33% más de combustibles líquidos y se ha importado alrededor de un 23% menos. Respecto al gasoil se importó un 47% menos de agosto 2022 al 2023 por parte del conjunto de las empresas de la Argentina.
Retraso de precios y sobre stockeo
Estos números sugieren otra cuestión que tiene que ver con el retraso de los precios de los combustibles en surtidor. Se podría inferir que el conjunto de las empresas en la Argentina, incluso YPF, han estado especulando con la posibilidad de que se alcance una corrección del precio de los combustibles en surtidor, sobre todo teniendo en cuenta el escenario generado luego de las PASO y el contexto de las elecciones del pasado 22 de octubre.
Entonces, hay un factor coyuntural ligado a la combinación de un aumento importante de la demanda en el mes de octubre, entre el fin de semana largo y el contexto eleccionario, sumado a un posible sobre stockeo de distintos sectores que ha sumado una tensión coyuntural para que se genere este típico efecto de pánico que hace que la situación de estrés de la oferta de combustibles entre en mayor crisis en un escenario como este.
Bajaron de los barcos
La decisión que ha tomado el Gobierno está ligada a la importación de 10 barcos de combustible de los cuales tres deberían estar llegando en estas horas con la idea de tener durante un mes debidamente abastecido al mercado y pasar este cuello de botella.
Abastecimiento y soberanía
La Argentina produce todos los años entre el 75 y el 80% de los combustibles líquidos que consume y necesita importar entre el 20 y el 25%. Aquí hay un rol central que debe jugar YPF y resulta extraño este comportamiento en términos de comercialización de maximización del factor de exportación y de minimización de la importación.
Esta situación se liga a un factor estructural que es el rediseño de la política energética del país. Allí, YPF debe jugar un rol testigo estratégico en el mercado y debe asegurar, con un adecuado monitoreo, que no falte el debido abastecimiento en cualquier periodo del año.
YPF es responsable de proveer el 56% de los combustibles líquidos que se producen en la Argentina; el otro 44% está distribuido entre el resto de los actores. Pero es YPF, a partir del control estratégico que tiene el Estado de la empresa, la que debe dar cuenta del abastecimiento del mercado interno y cumplir con la ley 17.319 de hidrocarburos vigente desde 1967 e incluso la ley de Soberanía Hidrocarburífera que es la que sirvió para expropiar parcialmente el 51% de las acciones de YPF en el año 2012, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
En ambas legislaciones está establecido que debe asegurarse el abastecimiento del mercado interno como una cuestión estratégica fundamental y por ende cualquier proceso exportador tiene que estar en línea con esta garantía.
Es por esto que el ministro de Economía Sergio Massa expresó que era necesario garantizar el abastecimiento del mercado interno y también habló de otro aspecto, que no es tan considerado en los debates, que es que la energía debe tener un precio razonable, de manera tal que se garantice su accesibilidad.
Estructura de costos y márgenes de ganancia
Otra cuestión estructural, además del rol de YPF como regulador del mercado de hidrocarburos, se debe definir una política energética que en materia de hidrocarburos pueda regular y coordinar adecuadamente la situación entre todos los actores, en todo el proceso. Desde el IPPyP llaman a esto la economía política de la energía, desde la producción hasta la distribución y el consumo.
Una cuestión que cada vez que se discute la problemática energética queda ausente es el adecuado conocimiento de la estructura de costos de producción de las empresas y los márgenes de ganancia que tienen las empresas refinadoras.
Otro aspecto muy ligado a este que no se pone sobre la mesa es que empresas como PAE, Axion e YPF son empresas integradas de producción de energía. Tienen un eslabón en la producción y en la refinación y, por otro lado, una presencia importante en la distribución y comercialización de combustibles. Por ende, son empresas que actúan como grupos con distintas unidades de negocio integradas y que, de un modo u otro, pueden incorporar o absorber alguna pérdida parcial en alguno de sus eslabones o en un ejercicio económico determinado.
Los roles de YPF
Más aún esto hay que decirlo respecto de YPF. En primer lugar está el rol de YPF como empresa testigo en el mercado desde la producción hasta la distribución de combustibles líquidos. Esto hay que definirlo urgentemente y es una deuda pendiente que la Argentina no discute adecuadamente.
En segundo lugar, un monitoreo y un adecuado conocimiento de las estructuras de costos en todos los eslabones del negocio hidrocarburífero. Hay que poner a YPF a la cabeza de esta dinámica, sobre todo porque el Estado tiene un rol director indelegable y debe ponerlo en acción de manera prioritaria.
En tercer lugar, es relevante tener en cuenta la mirada de empresas que, como YPF, constituyen grupos de empresas de producción y comercialización de energía y es esperable que cualquier dificultad en materia de rentabilidad que pueda ocurrir en alguno de los eslabones pueda ser debidamente compensada por la mayor rentabilidad de otro eslabón.
Hidrocarburos como commodities
Finalmente, hay una problemática que tiene que ver con otra cuestión estructural de cómo funciona el mercado local, muy mal regulado, ligada a la idea de los hidrocarburos como commodity.
Las empresas que extraen hidrocarburos en la Argentina suelen maximizar en distintos momentos la situación favorable de precios internacionales. En el último año se está viendo una tendencia al aumento de la exportación de crudo, fundamentalmente desde Vaca Muerta, a partir de la mayor producción de hidrocarburos, de shale oil y shale gas, o sea de no convencionales, que crecen en forma incesante en los últimos dos años y son la base de esa recuperación de producción de hidrocarburos que estamos viendo en la Argentina.
Entonces, recursos para refinar hay pero debe poder regularse adecuadamente el sector y evitar que el sesgo exportador actúe de manera independiente sin tener en cuenta el adecuado abastecimiento interno. Esto, sobre todo hay que procurarlo en YPF, empresa sobre la cual el Estado tiene un rol director y regulador que debe ser consistente con el interés nacional y con el hecho de que la energía configura un derecho cuyo acceso debe ser universal y debe ser garantizado.
Además, es un bien estratégico para recuperar o consolidar la producción industrial nacional. Cada vez que hay una crisis con factores coyunturales como esta situación del inadecuado abastecimiento de combustible líquido, aparece la posibilidad para reflexionar sobre el rol que le cabe a una empresa como YPF en la adecuada planificación del mercado energético en Argentina.
En el mercado interno, las empresas que producen petróleo se lo venden a los eslabones de refinación a un precio que está entre los 56 y los 58 dólares (por barril), pero como no tenemos un adecuado conocimiento de los costos de extracción y de los costos totales de desarrollo en el eslabón de producción, convalidamos costos que no conocemos y una renta extraordinaria que terminan capturando las empresas, a través de sus distintos eslabones, y que maximizan cuando tienen la posibilidad de exportar lo que extraen a precios locales al mercado internacional, con precios de 68 a 72 dólares el barril.
La Argentina hoy por exportar ese producto está obteniendo un precio en torno a los 68 y los 72 dólares. El precio internacional ha oscilado en los últimos meses entre 80 a 85 y hasta 90 dólares. El mercado interno a las refinadoras se lo vende entre U$S 56 y 58; ahí hay una diferencia y las refinadoras, esa diferencia respecto de ese precio internacional solían obtenerlo a través del incesante aumento de los precios de los combustibles líquidos en surtidor.
Esta es una dinámica que no es posible sostener en un país que desea asegurar un acceso adecuado a los combustibles líquidos y que además desea consolidar su proceso de industrialización. Por ende hay que intervenir políticamente de manera adecuada sobre la planificación energética porque sino queda en manos de la mirada extractivista y de sesgo exportador.
Incentivo exportador
En los últimos meses, el gobierno incorporó en el programa de incentivo exportador a buena parte de las actividades de exportación de la Argentina. La decisión estuvo ligada a incentivar la exportación del complejo petrolero con la posibilidad de liquidar una parte de los dólares a un tipo de cambio que está más ligado al llamado similar al del denominado Contado con Liqui que lo puso hasta arriba de los 500 pesos por dólar. Esto ha exacerbado la exportación en los últimos dos meses, tanto de crudo como de combustibles líquidos. El dato es consistente con el aumento de exportaciones en agosto del 2023 que mencionamos previamente. Así se generó una brecha sobre la cual se ha montado un comportamiento especulativo por parte de las empresas.
Por otro lado, la importación de combustibles para asegurar el abastecimiento se vio desincentivada ya que había que hacerla a un dólar que les implicaba a las empresas absorber una pérdida que intentaron recuperar presionando el aumento de precios.