Redacción Canal Abierto | Desde el vencimiento de la tregua de una semana, el viernes pasado, se reanudaron con fuerza los bombardeos aéreos e incursiones terrestres de las tropas israelíes sobre Gaza en represalia a los ataques del 7 de octubre, que dejaron unos 1.200 muertos, en su mayoría civiles, y 240 secuestrados, incluyendo una veintena de argentinos.
En estos casi dos meses, el Ministerio de Salud de Gaza informó que fueron asesinados unos 15.500 palestinos, en su mayoría civiles (más de la mitad, mujeres y niños). La cifra podría incluso ser mucho mayor si se tienen en cuenta unos 7.000 desaparecidos, muchos de ellos bajo los escombros.
En las últimas horas, el jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Herzi Halevi, aseguró que están expandiendo sus operaciones hacia el sur de la Franja, zona donde hasta ahora no habían irrumpido las tropas terrestres y anteriormente calificada como “zona segura” para la evacuación masiva de civiles.
Aunque ya había sido blanco de múltiples bombardeos, el área se encuentra saturada por cientos de miles de refugiados que huyeron del norte a instancias del propio gobierno de Benjamín Netanyahu.
En este sentido, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, ha avisado este domingo de que «ya no hay lugar seguro» en Gaza debido a los bombardeos israelíes y reivindicado la necesidad de emprender algún tipo de investigación sobre posibles crímenes de guerra.
Sin ir más lejos, la propia ONU infirmó que, durante las primeras primeras cuatro semanas de escalada militar, fueron asesinados 92 de sus trabajadores y trabajadoras. Si bien Tel Aviv no confirmó ni desmintió la denuncia, el sábado pasado filtró a los medios lo que habría sido el supuesto hallazgo de decenas de misiles de Hamas escondidos debajo de una oficina del equipo de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA, por sus siglas en ingles).
“Me estoy quedando sin formas de describir los horrores que viven los niños aquí”, expresó James Elder, portavoz de la agencia de la ONU para la niñez (Unicef) en un video grabado en el hospital Nasser en la sureña Khan Yunis.
Israel ha permitido hasta ahora que se suministre menos del 4% del agua que consumía la población de Gaza antes del ataque del 7 de octubre, y según la ONU el riesgo de muertes por infecciones “es inminente si no se permite la entrada inmediata de agua y combustible”.
Según el organismo internacional, la guerra ha dejado 1,8 millones de desplazados en la Franja, el 80% de la población total.
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Fuente: Télam