Redacción Canal Abierto | En la página 78, de las 183 que tiene la “Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos” que el presidente Javier Milei envió al Congreso, se encuentra el artículo 226. Uno de los más polémicos pero también de los más previsibles.
“Dispóngase la transferencia de los activos del Fondo de Garantía y Sustentabilidad creado por el Decreto 867/07 al Tesoro Nacional. Facúltase el Poder Ejecutivo Nacional a adoptar todas las medidas necesarias para la instrumentación de lo previsto en el presente artículo”, sostiene su texto.
La previsibilidad de que el Gobierno iría por ese Fondo radica en que el mismo es, tanto para el macrismo como para los libertarios, el equivalente a lo que Emilio Ocampo llamaba “las joyas de la abuela”.
Para que lo entendiera “Doña Rosa”, el 18 de abril Ocampo —uno de los voceros de la dolarización predicada por Milei— explicaba la situación con una metáfora: nos iba a llegar una herencia muy grande el año que viene pero necesitábamos “un montón de guita ahora”. “¿Qué hacés? Y… le vas a pedir a la abuela que te dé las joyas y vas a la calle Libertad y las empeñás”, remataba.
Ya entonces no fueron pocos los analistas que infirieron que entre las joyas a empeñar estaría el Fondo de Garantía y Sustentabilidad (FGS) de la ANSES, del que Mauricio Macri ya echó mano durante su Presidencia.
El FGS se creó en 2008, cuando el gobierno de Cristina Fernández reestatizó el sistema previsional. Está compuesto por las acciones de empresas privadas que conformaban la cartera de las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP), creadas cuando Carlos Menem, en los noventa, privatizó el sistema jubilatorio. Desde entonces, el Fondo constituye —como su nombre lo indica— un reaseguro de que el sistema sea sustentable, ya que la suba de las acciones, plazos fijos y títulos públicos que lo conforman aporta valor que puede ser trasladado a los haberes jubilatorios.
En honor al viejo dicho que asegura que “el que avisa no es traidor”, la plataforma de La Libertad Avanza sostenía que en una reforma de “segunda generación” se proponía modificar el sistema previsional con la idea de “recortar el gasto del Estado en jubilaciones y pensiones de los ítems que más empujan el déficit fiscal alentando un sistema de capitalización privado”. En otras palabras, un retorno a las AFJP. Desfinanciar el sistema público de jubilaciones es el primer paso en ese camino.
El estilo Macri
En cuanto a su socio en el Gobierno, también hay coherencia. A poco de iniciada su gestión, el macrismo comenzó a utilizar el FGS para prestare al Tesoro y a vender acciones a bajo precio. Según los informes oficiales, el 10 de diciembre de 2015, cuando asumió Mauricio Macri, el Fondo de Garantía de Sustentabilidad era de 67 mil millones de dólares. Al final de su gobierno apenas llegaba a 22 mil millones, es decir que perdió el 70% de su valor en dólares (hoy recuperó su valor, a cerca de 63 mil millones de dólares).
Como consecuencia, durante la gestión macrista el organismo recortó los subsidios a discapacitados y las jubilaciones perdieron sólo en el último año de su presidencia (2019) un 12% de poder adquisitivo. Gracias a la nueva fórmula de movilidad impuesta por el macrismo, y en comparación con la anterior que Alberto Fernández repuso, en un año y medio los jubilados de la mínima perdieron casi un mes de haberes.
En lo que refiere a la fórmula de movilidad, la nueva ley de Milei también sostiene, en su artículo 106, suspenderla y facultar al Poder Ejecutivo Nacional “a establecer una fórmula automática de ajuste de las prestaciones”. Luego asegura que, hasta tanto se establezca esa fórmula “el Poder ejecutivo nacional (sic) podrá realizar aumentos periódicos atendiendo prioritariamente a los beneficiarios de más bajos ingresos”.