Redacción Canal Abierto | Como si de un gran logro se tratara, el Ministro de Economía Luis Caputo anunció el establecimiento de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. A pesar de que en el anuncio se refirió a la deuda con el organismo como contraída por el gobierno de Alberto fernández, se trata de la que fue tomada en 2018, cuando el propio Caputo era ministro, pero de Finanzas.
El acuerdo estipula el desembolso de 4.760 millones de dólares, importe con el que se cubren los pagos al mismo Fondo pautados hasta el mes de abril.
Canal Abierto consultó al especialista en finanzas del Instituto de Pensamiento y Políticas püblicas Alejandro López Mieres, quien planteó que “esto más que un nuevo acuerdo, es el anuncio del cumplimiento de cosas que habían quedado pendientes del año pasado. Estabas en la séptima revisión, que debió haber empezado en noviembre, y de la cual se tendría que haber gatillado un desembolso de 3.300 millones de dólares. Eso no ocurrió porque todos los indicadores pactados con el Fondo, sea asistencia al Tesoro de manera directa por parte del Banco Central, cantidad de reservas netas acumuladas y déficit fiscal se habían incumplido, y por bastante. Entonces, eso se abandonó. Lo que este comunicado del ministro Caputo, y surge también del texto de del staff del Fondo, es que en realidad no se hunde el acuerdo, sino que el acuerdo se reflota”
López Mieres recordó que “el vencimiento de casi 1.000 millones de dólares que operó en el mes de diciembre, Argentina lo pudo pagar al fondo con un préstamo de la Corporación Andina de Fomento (CAF). Eso obviamente lo estamos debiendo. Lo que se informa es que va a haber un desembolso que va a cubrir los vencimientos del FMI, asumiendo que Argentina se autofinancia ese préstamo con la CAF”.
En las últimas semanas, desde la cartera económica se hicieron correr versiones según las cuales el monto que se conseguiría podría ascender a 15.000 millones de dólares. Lo que finalmente se logró no llega a un tercio. “Aparentemente las pretensiones de Caputo eran mayores, o sea que el Fondo pudiera adelantar todo el 2024. De todos modos no está mal, en el sentido de que le está financiando prácticamente todo el puente temporal hasta la cosecha gruesa de soja que precisamente empieza entre abril y mayo”, estimó López Mieres.
El economista advirtió que lo reflejado en las comunicaciones del ministro y del FMI plantea “nuevas pautas que serían mucho más exigentes que las pautas firmadas con el Fondo en 2022. Lo que nosotros tenemos que recordar es que en el acuerdo con Guzmán, se llegaba al equilibrio fiscal general en el año 2027. Y ahora el Fondo habla de una política fiscal donde se va a conseguir superávit primario del 2% en el 2024, que es compatible con el equilibrio total. O sea, superávit primario financiero del 2% y déficit cero financiero, que es el primario más los intereses”.
Al respecto, valoró que “es absolutamente utópico pensar esto. Más allá de la instrumentación del 5,5% por ciento del ajuste, que entre aumento de impuestos y ajuste tarifario por el achicamiento de los subsidios, reducción de transferencias a las provincias y gastos generales, pretender hacer esto sería mucho más exigente”.
“Pero dado lo que es la política económica del gobierno, que implica una licuación absoluta no sólo de los ahorros sino también de los ingresos de los argentinos, es esperable en este contexto una caída del consumo muy grande que sin duda va a impactar seriamente en los ingresos impositivos”, afirmó.
Y vaticinó que “iremos viendo mes a mes cómo van cayendo los ingresos reales, con lo cual suponer un 2% de superávit es en mi opinión absolutamente utópico y quizás mucho más utópico que los planteos previos que se pudieron haber hecho respecto a la política de reservas”.
Sobre ese tópico, López Mieres planteó que “se está hablando de una acumulación de unos 10.000 millones de dólares de reservas netas a lo largo del 2024. Dada la fragilidad de las reservas que estamos teniendo, también es utópico, más allá de las posibilidades de un superávit comercial esperable importante durante el 2024 fundamentalmente por cómo se ha normalizado todo el sistema agrario y lo que se espera para las exportaciones de trigo y de soja fundamentalmente”.